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Las tomas 'eternas' son uno de los signos de un mal enganche.
Para dar de mamar hay que estar preparada

Para dar de mamar hay que estar preparada

Un libro te enseña todos los trucos y consejos que hay que tener en cuenta para que dar el pecho a tu hijo no se convierte en una pesadilla

pilar manzanares

Martes, 24 de enero 2017, 09:51

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Las enfermeras y comadronas expertas en Obstetricia y Ginecología y asesoras de lactancia materna Alicia Rodríguez y Lorena García saben que el 'amamantamiento' es uno de los pasos más complicados a dar en la maternidad, sobre todo cuando se es 'novata'. Y es que aunque cuando lo vemos desde fuera parece sencillo, no es fácil que el bebé se enganche bien al pecho de la madre y se alimente.

Para ayudar en esta tarea, entre las dos han escrito el libro 'Vas a ser mamá. Cómo prepararse para la lactancia', donde cuentan todo lo que rodea a este universo: desde la forma correcta para que el bebé mame a las herramientas que pueden facilitar esta tarea, así como la respuesta a preguntas tan frecuentes como «¿se está alimentando bien?» o «¿cuándo se aconseja otra alimentación alternativa?».

Lo más importante, un buen enganche

Se llama «enganche» al modo en el que el bebé 'atrapa' el pecho de la madre para alimentarse. Los signos de un buen enganche son: boca bien abierta (el bebé debe abarcar el pezón y al menos dos terceras partes de la areola inferior), labios evertidos o doblados hacia fuera a modo de ventosa (sobre todo el inferior), nariz y mentón próximos a la piel de la madre y mejillas lisas.

Si se permite que el bebé recline ligeramente la cabeza hacia arriba y hacia atrás, el mentón queda más adelantado que la mandíbula superior y en contacto con el pecho y puede mamar y tragar mejor. Aunque hay muchas posturas que se pueden adoptar además de la clásica, como nos muestran las expertas en su libro, entre otras la del 'caballito', con el bebé bien sujeto sentado sobre el muslo de la madre, o las posturas tumbadas. Serás tú quien elija cómo le das mejor el pecho a tu hijo.

Ten siempre en cuenta que las pistas que hacen sospechar de un enganche incorrecto son: dolor en el pezón, deformación o grietas, hundimiento de mejillas en el bebé, sonido de chupeteo, el bebé pone boca de piñón y solo abarca la punta de pezón y las tomas que parecen no acabar nunca.

Lactancia a demanda

Es el niño el que pide mamar, sin horarios estrictos. Hay que tener en cuenta que para el bebé mamar no es solo saciar su hambre, también su sed y su necesidad de sentir calor, cariño, acceder a olores conocidos... Pero, ¿qué señales indican que podemos darle de mamar? Son sutiles y no hay que esperar a que llore, la señal más evidente pero tardía. Basta con tenerlo cerca, en contacto piel con piel el máximo tiempo posible, porque de esa manera seremos más conscientes de cuándo se despierta y podremos aprovechar esos momentos de vigilia para ofrecerle el pecho. Los recién nacidos duermen mucho, pero sus periodos de sueño suelen ser cortos, de una hora, y al despertar hacen ruiditos, abren los ojos, se llevan los puños a la boca... Hay que estar alerta, ya que puede que si en ese momento no se les responde vuelan a dormirse, y suelen mamar entre 8 y 12 veces al día, incluso más.

Productos de lactancia

Has oído hablar de todos ellos, pero ¿para qué sirven? ¿Son realmente útiles? ¿Cuándo debo usarlos? ¿Cómo deben ser?

-Cojines de lactancia: son muy útiles, ya que se puede dejar el cuerpo del bebé sobre el cojín semicircular mientras que con una de las anos logramos un buen enganche. No hay que olvidar que el cuerpo del bebé siempre tiene que estar muy bien pegado al de la madre, con o son cojín.

-Sacaleches: nos puede servir de ayuda para lograr una mayor estimulación del pecho y aumentar la producción de leche y también cuando otra persona va a ser la encargada de alimentarlo. Para pequeñas cantidades no están mal los manuales, pero si lo vas a usar mucho es mejor uno eléctrico.

-Pezoneras: cuando el niño se ha acostumbrado a las tetinas artificiales o si la madre tiene un pezón plano pueden ser de utilidad, en algunos casos. De hecho, para los bebés prematuros que no tiene mucha energía para succionar la pezonera permanece en su sitio cuando paran de mamar y necesitan menos trabajo para tenerlo todo en su lugar. El mayor riesgo es que el niño se acostumbre a engancharse al pecho con pezonera y la deshabituación puede ser un reto.

-Biberones y tetinas: ya existen tetinas en el mercado con las que la leche no sale tan rápidamente como con las tradicionales. Estas tetinas llegan hasta el paladar blando como lo haría el pezón y el niño debe mover la lengua y provocar el vacío para que la leche salga.

-Lanolina: esta cera natural se utiliza normalmente para las grietas (que se producen por un mal enganche). Eso sí, aunque la lanolina alivia, las grietas solo se curan si logramos un buen enganche, de otro modo irán a más.

-Discos absorbentes: los discos sirven para evitar manchar las camisetas, pero no son recomendables si tienes el pezón irritado o alguna grieta, pueden agudizar el problema al provocar mucha mayor sequedad en la zona.

-Sujetadores de lactancia: para sentirte más cómoda úsalos de algodón transpirables y prácticos, aquellos con los que puedas destapar al máximo tu pecho para permitir mayor contacto de tu piel con la de tu hijo. Es importante que no tengan aros (pueden provocar una mastitits si obstruyen algún conducto) y que los compres cuando tu pecho haya crecido para que la talla sea la correcta.

Kit de supervivencia

Cuando los padres llegan a casa, los primeros días pueden ser 'duros' por el cambio experimentado.

Algunos consejos que las expertas dan en su libro para las mamás son:

-Establecer prioridades: primero el bebé, después una misma y a continuación la pareja. Otros temas como el cuidado de la casa, los recados, el trabajo o atender a los familiares y visitas pueden esperar.

-Cuidar la logística: tener pensada una zona agradable y confortable donde la madre pueda amamantar, descansar y comer y donde tenga a mano lo necesario para el día a día.

-Aceptar que las primeras semanas el bebé necesita mucho contacto con la madre: no preocuparse de «malcriarlo», hacer oídos sordos a los comentarios negativos acerca de «acostumbrarlo a los brazos», dado que los bebes ya vienen acostumbrados de fábrica, pues para ellos el contacto físico es una necesidad vital. Es mejor no luchar contra las necesidades del bebé.

-Alimentarse bien y aprovechar para dormir o descansar en los momentos en los que el bebé dueme o está con la pareja.

-Contar con el apoyo de otras mujeres que estén amamantando o hayan amamantado.

-Confiar en una misma como madre.

Más información: 'Vas a ser mamá. Cómo prepararse para la lactancia', de Alicia Rodríguez y Lorena García. Ed. Pirámide.

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