

Enfrentamiento abierto entre patronal y sindicatos en el primer día de huelga del metal en Cantabria
La representación de los trabajadores habla de un seguimiento del 90%, pero Pymetal lo rebaja al 25% y CEOE pide «contundencia» contra los piquetes
El diferente dato de participación que aportan Pymetal y sindicatos del primer día de huelga del sector siderometalúrgico sirve para ejemplificar lo opuestas que se ... sitúan ambas perspectivas. Mientras las organizaciones convocantes (CC OO, UGT y USO) estiman que un «90%» de los 22.000 trabajadores del sector secundó la huelga a la que estaban llamados, la patronal lo redujo a un «25%». Lo que está claro es que el inicio del paro deja una estampa algo convulsa. Hubo piquetes ante las empresas del sector –que en muchos casos tuvieron que paralizar su actividad– e incluso barricadas en los principales polígonos de la región que en algunos casos dificultaron a los empleados de la zona acudir a su puesto de trabajo, también para algunos de otros sectores.
A las seis de la mañana empezaron a congregarse los trabajadores de la siderometalurgia cántabra. Los puntos neurálgicos fueron la Global Steel Wire (GSW) de Santander, Solvay en Torrelavega, Teknia en el polígono industrial de Ampuero y frente a Sidenor en Reinosa. Pero sin lugar a dudas, uno de los focos más candentes fue Guarnizo, donde los manifestantes prendieron varias fogatas con contenedores y ruedas en la rotonda de acceso al polígono industrial a modo de barrera e impidieron el paso a personas a sus centros de trabajo. Mientras que en Nueva Montaña y en Barreda también se produjeron retenciones debido a que los huelguistas ralentizaron el acceso de vehículos a las instalaciones de GSW y Solvay.
Unas escenas que no gustaron al presidente de CEOE-Cepyme de Cantabria, Enrique Conde, que pidió a las administraciones que se actuara con «contundencia» ante hechos que tildó de «delincuencia». El responsable de la patronal en la región incluso mencionó que se había «incendiado un coche e instalaciones», un extremo que niegan tanto los sindicatos como la Delegación del Gobierno en Cantabria, que aseguró por su parte que «no ha habido incidentes reseñables con los trabajadores que se han concentrado en las factorías».
Conde, al referirse a los piquetes, llegó a decir que «cuando una persona es un delincuente lo que hay que hacer es llevarlo a la cárcel», en unas declaraciones que no gustaron a más de uno, entre ellos los secretarios generales de CC OO, Rosa Mantecón, y UGT, Mariano Carmona, este último tildó la intervención de «desafortunada». También hubo reproches desde el PSOE, cuya portavoz, Ainoa Quiñones, afirmaba que no había habido ningún altercado grave, por lo que remarcó que las declaraciones del presidente de la CEOE eran «irresponsables al alimentar la crispación y el enfrentamiento».
Desde el Gobierno de Cantabria por su parte el consejero de Industria, Eduardo Arasti, intentaba mediar y recordó que hay que «aprender de los errores del pasado» para no repetir una huelga como la de hace tres años, que se prolongó durante más de 20 días. Es por ello que, a petición de Arasti según él mismo señaló, el viernes se celebrará una nueva sesión de mediación en el Orecla, por lo que pidió «un esfuerzo» a las partes para llegar a un acuerdo. No obstante, se mantiene la segunda jornada de paro de mañana. Al respecto el consejero aseguró que se garantizará el derecho «tanto de hacer huelga como de acudir al trabajo», para lo que se puso en contacto con la delegada del Gobierno de Cantabria, Eugenia Gómez de Diego, para coordinar los efectivos.
Alcance
Las protestas además implicaron el cese de la actividad de varias factorías. «La mayoría de empresas afectadas no han abierto», como es el caso de Teknia y Sidenor, según trasladaron los sindicatos. Asimismo, otras como GSW, pese a tener un convenio propio y no estar alcanzadas de manera directa por el conflicto también optaron por parar la producción tanto de este martes como de mañana jueves dado que muchas de sus subcontratas sí que están involucradas en el conflicto. De esta forma, la representación de los trabajadores valoró la «alta participación de la convocatoria».
Por su parte, el secretario general de la Pymetal, Albero Gómez Otero, no veía el escenario desde el mismo punto. «La huelga no está teniendo el seguimiento que el movimiento sindical pretendía», aseguró el responsable de la patronal. Incidió, además, en que las empresas que se vieron más afectadas son las ubicadas en polígonos debido a los piquetes que cortaron el paso y «muchos trabajadores han optado por no acudir a sus puestos para evitar conflictos, no porque secunden el paro». «No hay un seguimiento del 90% que se plantea porque al menos el 60% del sector está trabajando con total normalidad y del sector industrial más de la mitad de ellos también», aseguró Gómez-Otero demostrando que la discordancia entre las partes es tal que patronal y sindicatos ni siquiera se aproximan en su valoración sobre los efectos del primer día de paro.
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