El desvío del tren da forma a su enlace clave y alcanza ya los dos años de obras
Los operarios construyen un viaducto sobre el río, entre Barreda y el centro de Torrelavega, para empalmar el trazado original con la vía auxiliar, cuyos trabajos doblan el plazo de ejecución
El desvío provisional del tren, en el arco norte de Torrelavega, da forma a su enlace clave con el trazado original, entre la rotonda ... de entrada al centro y Barreda, mediante un gran viaducto sobre el río. Cuando Adif empiece a ejecutar el soterramiento en Torrelavega, los trenes que vengan desde Santander, en lugar de atravesar el centro como siempre, girarán para engancharse a la nueva vía, superando el desnivel que ven en la fotografía y atravesando el arco norte hasta llegar al entorno del skatepark de La Lechera, en la zona de Torres, donde se reengancharán al trazado original. En sentido contrario, lo mismo. Y mientras, en el centro, una empresa ya estará enterrando las vías por 144,8 millones de euros.
Solo este desvío provisional cuesta más de 5,5 millones de euros, un poco más de lo previsto tras algunos modificados que han elevado su coste en más de 800.000 euros. La razón: tareas sobrevenidas, desde el montaje de la vía, la catenaria, la reposición del pozo de saneamiento y la hinca de carriles, que se ha complicado más de lo previsto hace ya dos años.
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Esa es otra. La complejidad de la obra ha costado más dinero de lo inicialmente calculado (4,6 millones), pero también más tiempo. Ya el doble. Desde que comenzó a principios de 2024 con doce meses de plazo, la obra ha sufrido bastantes retrasos y todavía resta por ejecutar buena parte de la infraestructura. El viaducto es, sin duda, una parte clave de esa complejidad y que ahora, parece, se va salvando poco a poco.
Esa complejidad y los retrasos sobrevenidos tienen una consecuencia clara muy importante y que ya figura en la documentación de Adif y la empresa redactora del proyecto del desvío -la UTE de Geocontrol-Training Ingeniería y Planificación-: la vía, aún terminada dentro de unos meses, seguirá sin entrar en funcionamiento todavía. No es una previsión agorera; lo avanza el propio proyectista en la documentación sobre los modificados del plan, apuntando a un «desfase temporal entre la finalización de dichas obras y el comienzo de las correspondientes al soterramiento, momento en el que se preveía la entrada en servicio del desvío».
Esto, que ya tiene enjundia en sí mismo, trae consigo una consecuencia clave para la circulación del puente entre Aspla y Sniace, donde el tráfico permanecerá abierto y sin cortes aún con la vía terminada, hasta que el desvío absorba el tráfico ferroviario. Durante ese lapso de tiempo, entre el fin de las obras del desvío y el inicio del soterramiento, Adif colocará -vía adenda- un pórtico de control de gálibo en ese puente, junto a la vía, para limitar el paso a los vehículos inferiores a la altura de la catenaria.
Es una decisión que no se consideraba en la planificación inicial. Se toma ahora, basándose en ese desfase y, como reza el escrito, en los «diferentes retrasos en el proceso de redacción y aprobación del proyecto de construcción del soterramiento, supeditados a numerosas vicisitudes».
¿Y el soterramiento?
Y todo esto, al margen de las soluciones de señalización y control de altura, pone el foco en ese intervalo de tiempo entre el fin de la obra y el inicio del soterramiento, un proyecto que sigue sin ver la licitación. La pregunta clave es cuánto tiempo estará esta vía terminada y sin uso. El consuelo es que el Consistorio tendrá más tiempo para ejecutar las actuaciones planificadas para apaciguar el tráfico en los puntos sensibles a este escenario.
Esos deberes son importantes. Cuando el soterramiento empiece a ejecutarse, el puente entre Aspla y Sniace quedará cortado durante todos los años de obras, alterando el tráfico de Torrelavega de forma drástica, y desplazará a miles de conductores a las rotondas de Torres, La Inmobiliaria y la Avenida de Solvay todos los días durante años.
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