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Ana del Castillo
Sábado, 15 de agosto 2015, 14:58
En París son bonitas hasta las farolas. Todo es fotografiable, incluso las barandillas. Si están pensando darse un 'caprice' y viajar hasta la capital del amor, aquí tienen una modesta guía que intenta hacerles el viaje más fácil.
Lo primero. Sí, hagan mil fotos a la Torre Eiffel. Desde el avión, desde el coche, desde la salida de metro, desde el hotel (si tienen la suerte de verla), desde lo alto de París, desde La Défense(Zona de negocios y rascacielos)... desde abajo, desde arriba, de día, de noche... Al fin y al cabo es el símbolo turístico más representativo del país.
Si les apetece, una buena idea es alquilar una bicicleta. Al mismo tiempo que hacen deporte ven la ciudad sin machacarse las rodillas y los tobillos, porque en París hay mucho que 'patear'. Pedaleen en paralelo al Sena y déjense llevar. Por el camino encontrarán unas cuantas paradas interesantes como mercadillos, artistas callejeros que le dejarán con la boca abierta o bancos con unas vistas únicas. Lo mejor, como dicen los que hacen de viajar su modo de vida, es perderse por la ciudad.
Hablemos de museos. Tienen cantidad y muy bien señalados en los mapas turísticos que pueden encontrar en hoteles y puntos oficiales, pero hay uno que no aparece: El Museo de los Vampiros y las criaturas fantásticas. Se ubica en el 14 de Les Lilas, a las afueras de París, y allí todo es oscuro, macabro, escalofriante y con olor a ajo(esto último no es cierto). Fue un estudioso de los colmillos afilados quien levantó el centro tras años y años estudiando 'vampirología' y 'demonología'. Si entran vigilen sus espaldas y paguen siete euros, que es el precio de entrada.
Los dibujos animados más famosos de Francia, Asterix y Obélix , tienen un parque de atracciones con todo lo que pueden imaginar: Espectáculo de delfines, donde cantan, bailan y juegan a la pelota; encuentro con los personajes de dibujos, incluso con Ideafix; atracciones de todos los niveles; y divertidos universos divididos en La Galia, Egipto, Grecia antigua, los vikingos o el imperio romano, entre otros. El precio de acceso al parque es de 35 euros con reserva de siete días de antelación o 38 si se coge en taquilla al momento de acceso. Un plan perfecto para disfrutar en familia.
Si a París acude con su pareja, tiene multitud de opciones románticas, como subir a la Torre Eiffiel e hincar la rodilla si es el momento, hacer una foto a lo Robert Doisneau en cualquiera de sus calles, cerrar un candado y una promesa en cualquiera de sus puentes(si encuentra hueco) o un paseo acaramelados por el Bosque de Vicennes, que parece sacado de un cuento. Se puede recorrer en bicicleta sus 17,5 kilómetros de pistas, a pie disfrutando del lago, la vegetación y el paisaje, o a caballo, más romántico si cabe, con 19 kilómetros de camino disponible.
Si es de los que disfruta con el turismo de cementerios, en París tiene la joya más preciosa: Père-Lachaise, donde duermen eternamente Oscar Wilde, Jim Morrison, María Callas o Frédéric Chopin. La entrada a la ciudad de los muertos es libre y pueden consultar horarios y descargar guías aquí. Un dato, en otro de los cementerios de París, en el Auvers-sur-Oise se encuentra la tumba de Vicent Van Gogh.
Si pasean por la avenida Jean Jaurès les llamará la atención un edificio nuevo plateado y desestructurado, así como el Guggenheim de Bilbao. Se trata de la Filarmónica de París con 2.400 asientos para disfrutar de la música clásica y una fachada de 340.000 piezas metálicas que tratan de dibujar una bandada de pájaros. Se inauguró en enero de este año tras una larga espera.
Aunque el edificio levantó polémica en la capital, con el descontento del arquitecto Jean Nouvel por la premura de la apertura, merece la pena verlo por dentro y fuera. Y ni les cuento si tienen oportunidad de disfrutar de una actuación sentados en una de esas 2.400 butacas.
Y como siempre, no se quede con las ganas de visitar los principales puntos turísticos como El Sagrado Corazón, El Molino Rojo, El arco del triunfo, el Museo de Louvre o la Catedral de Notre Dame. Eso si, vaya con tiempo y sea paciente. París es uno de los lugares más visitados del mundo. Por algo será...
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Lucas Irigoyen y Gonzalo de las Heras (gráficos)
Carlos G. Fernández y Leticia Aróstegui
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