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Espacio central. La estructura cuenta con un patio sin techo. javier cotera FOTOGRAFÍAS:
El Impluvium, un referente en construcción

El Impluvium, un referente en construcción

Visiones contrapuestas ·

Los representantes políticos de Reinosa analizan la estructura, la funcionalidad y la actividad del centro sociocultural dos años después de su inauguración

ERNESTO SARDINA

Sábado, 21 de marzo 2020, 08:00

Es el edificio estrella del urbanismo más modero de Reinosa, una construcción reconocida con diversos premios nacionales e internacionales que se erigió en el solar que hasta junio de 2012 ocupó la Plaza de Abastos, calcinada por el fuego y relegada a la historia. Ahora, pasados dos años desde su inauguración, los representantes políticos de la capital campurriana hacen balance del Impluvium, el centro sociocultural de Reinosa, un edificio llamado a marcar diferencias y a aportar soluciones a las necesidades sociales y culturales de la ciudad y a sus condiciones atmosféricas.

«El Impluvium es un edificio que nace de un concurso de ideas al que se presentaron 330 estudios de arquitectura de todo el mundo y simboliza el carácter de esta ciudad y de su entorno», señala José Miguel Barrio (PRC), alcalde de Reinosa.

«A mi modo de ver, es un edificio singular en el urbanismo de la ciudad; diferente en cuanto a estructura y materiales constructivos. Fue el ganador de un concurso de ideas y ha sido premiado en varias ocasiones, pero decir que es un edificio que representa a Reinosa, es mucho decir», sostiene José Luis López (PP), teniente de alcalde de Reinosa.

«Queríamos que fuera una gran plaza de estar cubierta en la que convivir y creemos haberlo conseguido», dice Barrio

Diferentes visiones ofrecen Sergio Balbontín (PSOE) y Victoria Callejo (Reinosa en Común). El edil socialista, que reconoce que el edificio le «gusta», asegura que para que el Impluvium represente a la ciudad no basta tan solo con ser un edificio arquitectónicamente bonito y diferente, sino que además debe tener un valor documental en el tiempo, un valor histórico y, por consiguiente, cultural».

Callejo va más allá y afirma que la Plaza de Abastos era un edificio «que nos encantaba, con tradición, arraigo y mucho más representativo de la identidad de Reinosa. Un edificio con esta tipología no parece característico de esta comarca y además no lo necesitábamos. Tenemos otros edificios como el Concha Espina que si no los damos pronto una función se acabarán deteriorando por completo».

Pero si existen disparidad de opiniones, éstas se multiplican cuando se analiza la estructura del Impluvium y su funcionalidad respecto a los objetivos que se perseguían. En este punto López manifiesta que se trata de un edificio «suficientemente versátil y adaptable a diversos usos. La prueba es que se ha utilizado para un sinfín de actividades».

«No nos parece adecuada la estructura», señalan desde REC. «En urbanismo debe tenerse muy en cuenta la adaptación al entorno». El edificio, explica Callejo, está resultando «poco práctico por nuestras condiciones atmosféricas, ya que no se puede aprovechar suficientemente debido al patio interior y que no es muy sostenible en calefacción».

Nosotros pretendíamos, explica Barrio, que fuera una «gran plaza de estar cubierta en la que convivir encontrarse, relacionarse, que estuviera abierta a la ciudadanía y que contemplara eventos de todo tipo y para los diferentes grupos sociales. Creemos que este objetivo se ha conseguido de forma «muy satisfactoria».

Visión opuesta es la de Balbontín, el socialista considera que uno de los mayores errores fue que «primero se eligió el edificio y después nos pusimos a pensar qué hacer con él, cuando el orden debería de haber sido justo el contrario. Grave error».

Del mismo existen versiones diferentes respecto a las actividades que alberga. Callejo reconoce que el edificio acoge actividades variadas y que los niños «por fin tienen un lugar donde expandirse cuando las condiciones atmosféricas son adversas», sin embargo, subraya, «echamos en falta actividades que capten a la juventud».

Balbontín, por su parte, considera que tanto las actividades como su desarrollo actual son «muy mejorables». «Se deberían reorientar sus objetivos, tanto en el cambio de sus contenidos, como en el de estrategias y actividades». «Ahora mismo es un todo vale, un totum revolutum», asegura.

Contrasta con la valoración, «muy positiva», que hace el alcalde regionalista. La respuesta del público está siendo «muy notable», explica, «tanto por la importante afluencia de gente que se registra de forma regular, como por la masiva afluencia de público a eventos puntuales».

Para el edil popular en el Impluvium se organizan actividades muy variadas que en su mayoría son gratuitas, «lo cual es positivo; pero no podemos olvidar que esto puede causar una merma en la participación en otras actividades que se celebren de forma simultánea ni entrar en competencia desleal con las que se desarrollan en el ámbito privado».

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