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Álvaro Machín
Miércoles, 10 de agosto 2016, 07:35
En la valla que no deja arrimarse al boquete en el suelo quedan los restos del papel arrancado. Más de tres años dan para poner muchos carteles.
Desde fuera, al pasar por Los Castros, lo único que se ve es la pared del fondo y una gran pintada. SOS agua potable, Fracking No. Esa es la estampa de la futura residencia de estudiantes Juan de la Cosa, frente a la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
Entre comillas porque su futuro no está, precisamente, nada claro. El proyecto sigue en la lista de asuntos pendientes de resolver por parte de la Universidad de Cantabria, que sigue buscando una empresa interesada en el concurso para volver a poner en marcha las máquinas.
Por pararlas en su día, según se detalla en la memoria de Gesvicán del año 2015, la UC ha pagado una indemnización a la empresa que inició los trabajos. En total, 726.177 euros. A eso hay que sumar el millón de euros largos que ya se gastó en la cimentación del nuevo edificio. El que se quedó a medias.
Fue la primera gran obra adjudicada por el Ejecutivo del PP. Septiembre de 2011. El 19 de diciembre colocaron la primera piedra para levantar sobre un solar de 4.426 metros cuadrados lo que iba a ser las plantas en las que se iban a distribuir 89 habitaciones.
A eso se sumarían las plazas de aparcamiento subterráneo, con capacidad para 210 vehículos. Una inversión de 7,6 millones. Pero la Universidad y Gesvicán decidieron parar las obras de la residencia en enero de 2013.
La aprobación de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Santander les permitía modificar el proyecto y ganar alturas destinadas a habitaciones para los estudiantes. Por entonces pensaron que los trámites administrativos demorarían unos seis meses el reinicio de la obra. Que no estaría para el inicio del curso 2013/2014, pero que merecía la pena.
Se dijo, incluso, que el aumento de los alojamientos hacía más rentable el proyecto. Más apetecible. Pero además del proyecto cambió también la fórmula: la obra se llevaría a cabo a través de un contrato de colaboración público-privada. Un plan que supondría ahorrarse un buen puñado de millones a cambio de ceder la gestión temporalmente a la empresa que se encargara de pagar la obra. El problema es que la UC no encontró constructor y los trabajos no se han reanudado todavía.
El pago
«La sociedad mantenía en el ejercicio 2014 una provisión por importe de 502.182 euros para hacer frente a las posibles indemnizaciones derivadas de la demanda que interpuso la empresa constructora de la residencia Juan de la Cosa en reclamación de los daños y perjuicios derivados de la rescisión del contrato de obras. Esta provisión se había constituido con fondos aportados por el cliente de la obra (Universidad de Cantabria)», pone en la memoria de Gesvicán, que indica poco después que, la sociedad «ha abonado a la empresa demandante la que llevó a cabo esa parte de la obra era la temporal formada por FCC y VICE la cantidad de 726.177 euros aplicando la provisión constituida y haciéndose cargo de la diferencia la Universidad de Cantabria».
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