
La foca turista de Puertochico
Santander ·
Un ejemplar de unos tres meses pasó la tarde del martes tomando el sol en la rampa de los prácticos. Creen que es el mismo que el sábado apareció en BikiniEstaba estirada, descansando. Con ese gesto de gusto que regala el sol en la barriga a la hora de la siesta. Como en los planos de los documentales de La 2 –que tanto ayudan en ese rato– si no fuera porque el escenario era el pleno centro de una ciudad. En concreto, en la rampa de los prácticos del Puerto de Santander. Junto a ese banco de tertulias que, de toda la vida, llaman el Congreso y al Centro de Alto Rendimiento de Vela. En Puertochico. Allí se pasó una foca toda la tarde, sin alterarse por la curiosidad de cientos de personas y sus cámaras. Escoltada, a la distancia justa, por un técnico auxiliar del Medio Natural –de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad–, que se limitaba a impedir el acoso. «Lo previsto es estar aquí hasta que se marche». Cuando dejase de sentir ese ‘gustirrinín’ por el calor o le entrara el hambre. Cuando la foca, que se encontraba en buen estado, decidiera irse. Volver al agua.
Lo primero, la ficha. Foca gris, de unos tres meses largos. Se cree, de hecho, que es la misma que apareció el sábado en la playa Bikini, junto a La Magdalena. No es raro que se dejen ver en esta época del año. Nacen entre septiembre y octubre, inician una «migración postnatal» y, a veces, los temporales arrastran a estos ejemplares «juveniles» y aventureros que «ya saben manejarse en el mar» a zonas alejadas de su hábitat más frecuente (el Atlántico Norte). «Es bastante normal que aparezcan y todos los años puede haber por todo el Cantábrico como una docena de ellas». Las explicaciones son de Gerardo García Castrillo, director del Museo Marítimo del Cantábrico.
Luego, las curiosidades. Y hubo muchas en la rampa. «¿Y qué hace ahí una foca?». Preguntas. «Pues creo que tomar el sol». Al técnico de la Consejería le tocó clase práctica. «A veces, cuando nos encontramos con ellas, en cuanto se les acerca alguien, se marchan, se meten en el agua asustadas. Pero ésta parece que en estos días se ha hecho a la gente. Casi no se asusta. Sólo se ha movido un poco con el ruido de algún motor, alguien que tosía antes y con un avión que ha pasado». Lo decía, en todo caso, evitando que las personas que pasaban se acercaran más de la cuenta. Fue un goteo.
«¿Has visto que hay una foca?». En estos tiempos de vida en directo, un filón. Fotos en las redes, vídeos (hasta comentados)... Desde la barandilla del muelle o en la propia rampa. «Nos llamaron sobre las dos y cuarto de la tarde seguramente a través de un aviso al 112 diciéndonos que había mucha gente y que viniéramos para evitarle molestias. Seguramente ya llevaría un rato ahí», explicaba el experto.
Y en eso estaba el hombre pasadas las cuatro. Llamando la atención «a alguno que ha ido incluso a tocarla» y tranquilizando a los que le preguntaban si estaba herida. Dando explicaciones. «Si el animal está bien, lo mejor es no sacarle de su medio. No interferir. Si estuviera herido, se le llevaría al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre que hay cerca de Cabárceno».
La foca, entre tanto, seguía estirándose al sol.
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