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Pilar González Ruiz
Jueves, 25 de septiembre 2014, 14:11
Lina Morgan ha muerto y resucitado en espacio de 40 minutos. La noticia 'saltaba' en la tarde de ayer y miles de twitteros se hacían eco del supuesto hecho al instante. La artista permanece ingresada desde finales de agosto en un hospital madrileño, sin que se hayan producido cambios significativos en su estado. Al menos, no en sentido mortal. Ella ha sido otra de las numerosas víctimas de las redes sociales, que generan más defunciones en lo que a personajes conocidos se refieren que cualquier sustancia química en los años 70.
No es una novedad, se trata de un fenómeno global, propio de sociedades donde la inmediatez se convierte en norma y se cuenta antes de preguntar. También fruto de mentes retorcidas, algún fan fatal o publicistas arriesgados que recurren a ciertos métodos cuestionables para poner a los artistas en primera plana. Aunque sea a costa de su propia muerte.
¿Quiénes han muerto últimamente? Pues antes de Lina Morgan, Morgan Freeman, por ejemplo, ha sido uno de los cadáveres sonados. Hasta la CNN cayó en el bulo de mal gusto difundido por algún bromista que el propio actor se encargó de desmentir diciendo sentirse feliz de informar que mi otra vida es idéntica a mi vida de cuando estaba vivo.
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En ocasiones, personajes falsos anuncian muertes falsas. Así ocurrió con un pseudo John Le Carré que lamentó, vía Twitter, la muerte de la autora de Harry Potter, J.K. Rowling, especificando incluso que se trataba de un accidente.
Jon Bon Jovi dijo que el cielo se parecía bastante a Nueva Jersey en el mensaje que con día y hora publicó en las redes para demostrar que seguía vivo.
Otro cantante que muere de vez en cuando, es Luis Miguel. Al parecer se sometió a una cirugía plástica en el estómago que acabó con su vida. La segunda parte de esta afirmación no es cierta. En cuanto a la primera, sigue sin confirmarse.
Y no por el mordisco de un vampiro, sino por una supuesta sobredosis en una fiesta murió Taylor Lautner, que también resucitó para decir por sí mismo que seguía tan sano como siempre. Charlie Sheen, conocido por su vida de excesos, no murió sin embargo por ellos, sino debido a un accidente de esquí.
De dos en dos
Pueden incluso morir por parejas, como ocurrió con Britney Spears y Justin Timberlake, quienes fallecieron juntos en 2001 en un accidente de coche. Al parecer, ellos superaron tal ficticio drama. No así su relación.
Y de esta corriente letal no se salvan ni siquiera los adolescentes. En 2010 y tras 14 horas sin actualizar su cuenta de Twiiter (margen a partir del cual se produce la muerte, según parece, en la redes sociales), se dio por muerto a Justin Bieber. Puestos a seguir su ejemplo, otro cantante y adolescente, pero español, Abraham Mateo, fue asesinado allá por el mes de mayo.
Parece que la vida de los actores está en continuo riesgo. Indiana Jones, es decir, Harrison Ford superó en la ficción mil y una vicisitudes, para acabar falleciendo (presuntamente) en un yate. Casi al mismo tiempo (y el mismo día que Michael Jackson y Farrah Fawcett) moría Jeff Goldblum durante uno de sus rodajes, al caer por un acantilado, o Jackie Chan de un ataque al corazón. Tres rumores más desmentidos por sí solos.
Michael Jackson es, por cierto, el difunto 2.0 más poderoso del mundo según la consulta británica Starcount, entre otras cosas, por los mil millones de reproducciones de su canal de vídeos en YouTube.
Tampoco es extraño encontrar comunicaciones del más allá, realizadas por algunos personajes que, a pesar de haber muerto realmente, siguen enviando mensajes a través de sus plataformas de difusión pública. Los objetivos son diversos, pero el principal es continuar con la promoción de sus obras. Chavela Vargas o Jorge Luis Borges son dos ejemplos de este caso.
En nuestro país también tenemos algunas muestras. El 16 de abril de este mismo año falleció virtualmente David Bisbal. La fábrica musical de OT parece no sentar bien al futuro de sus alumnos, pues el otro David (Bustamante) también murió, en su caso, debido a un accidente de tráfico. Un día más tarde, el cantante se recuperaba milagrosamente y aparecía promocionando su perfume.
A Pedro Almodóvar lo mató un ministro. Falso, claro. Cristóbal Montoro fue suplantado por un cibercriminal que asesinó al director manchego. El protagonista, que hoy cumple 65 primaveras, ni confirmó ni desmintió.
Es tal el ímpetu criminal que se da en estos espacios virtuales que algunos usuarios han pedido que por favor, se deje de matar famosos en internet, dado que Twitter está empezando a convertirse en un arma letal. Ante la duda, y antes de lamentar, mejor actualizar el timeline.
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