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F. FERNÁNDEZ-CUETO
Viernes, 16 de septiembre 2011, 12:00
El inicio de la presente temporada de caza en la Reserva del Saja no ha diferido mucho -se podría decir que nada- del de todas y cada una de las campañas anteriores. Es decir, los resultados, pobres, no se han correspondido con las elevadas expectativas que tenían los cazadores cuando se dirigían a los diferentes montes ni con las que parece tener la Administración, que ha incrementado de forma tan contundente como inesperada los cupos de capturas.
Las causas de este pobre comienzo han sido las de siempre: el fuerte calor, la elevada maleza y el escaso entrenamiento de los perros. Con estas tres variables sobre el tapete, cualquier cosa que no haya sido un fiasco se puede considerar como un soberano éxito. Y es que, pese a que hay jabalíes -se movieron en prácticamente todas las batidas-, cobrar uno en este tiempo es realmente complicado.
Si los perros se encuentran con fuerzas, superan el calor y la sed y aciertan a levantar algún cerdo salvaje, lo que no resulta sencillo en absoluto, la pelota se sitúa en el terreno de los que están en el puesto, habitualmente cubiertos de maleza o, lo que es lo mismo, que presentan todas las facilidades del mundo para que un jabalí tome las de Villadiego y deje con la miel en los labios a quien ha estado soñando con ese lance desde el pasado mes de febrero, cuando se cerró la pasada campaña.
Los aciertos
Sin embargo, y pese a todos estos condicionantes, sí hubo cuadrillas con el santo -o el buen trabajo- de cara. En este sentido, cabe destacar las que cazaron en montes del Nansa y de Campoo. En la primera comarca, se abatieron siete suidos. Los hombres de Samuel Ruiz abatieron cuatro en Hayedo Tejero, mientras que los de Bruno Gómez mataron dos en Caviña y los de Ángel Sierra, uno en Negreo troncos. Por lo que respecta a la zona campurriana, cabe destacar la buena cacería de Mazandrero, de donde los de Ángel Hidalgo se bajaron con tres animales. En Tornero, el grupo que dirige José Emilio López abatió un ejemplar.
Peor fueron las cosas en Liébana, en donde, por calidad de sus montes y abundancia de jabalíes, se esperaban unos resultados mucho más abultados de los que finalmente se consiguieron. En Panda Carrielda la cuadrilla de Cosgaya que dirige José Antonio Casares consiguió hacerse con cinco cerdos salvajes, dos más de los que sumó la cuadrilla de Manuel A. González en Dobra Regaos. En Calejo Linares, Celestino Cuevas y los suyos abatieron dos ejemplares.
Por último, en Valdeiguña el único jabalí que se abatió cayó en el monte de Coo, en donde cazó la cuadrilla de Javier Fernández, mientras que en Cabuérniga los resultados fueron algo mejores, ya que se mataron dos ejemplares en Monte Aa y en Peña Fresneda, en donde 'actuaron' las cuadrillas de Fernando González y Francisco Galguera, respectivamente.
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