El Alvia Alicante-Santander descarrila y colapsa Chamartín durante varias horas

El viaje en Alvia entre Alicante y Santander se convirtió este jueves en una verdadera carrera de obstáculos. La primera la asumieron los viajeros que cubrían todo el recorrido que, al sacar el billete, fueron advertidos de que la ruta de tren sería Alicante-Palencia y que los últimos 200 kilómetros (entre Palencia y la capital cántabra) se cubrirían en autobús debido a las obras que están en marcha en esta línea ferroviaria.

Pero además, un viaje que, habitualmente, se hace en siete horas y media, llevó diez debido a una avería. El convoy que sale a las 10.26 horas de la capital valenciana tiene entrada en Chamartín a las 13.40 h, donde hace una breve parada antes de seguir hacia Santander. Aquí normalmente arriba cuatro horas más tarde, algo antes de las 18.00 h. Pero no entró en las estaciones de la ciudad hasta las 20.15 horas.

Y es que el tren descarriló en la maniobra de entrada en la estación madrileña –se salió un eje de la locomotora, explicó Adif–, lo que provocó una caída de la tensión eléctrica en la infraestructura, la interrupción del tráfico ferroviario en este punto y, por consiguiente, el caos: por Chamartín pasan, en una jornada laborable unos 400 trenes de alta velocidad.

Los que circulan por el corredor Norte (hacia Galicia, Asturias, Castilla y León y Cantabria) se fueron recuperando poco a poco. Pero Adif avisó en los primeros compases de la tarde de que las conexiones con Valencia, Alicante y Murcia no se recobrarían tan deprisa, por lo que instó a los usuarios a no acercarse a la estación en unas horas. El secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano, advirtió de que tras una caída de tensión como esta volver a la normalidad es «complicado: va a tener una afección durante un tiempo».

El primer tren retrasado fue el Madrid-Santander, que era en realidad el Alicante-Palencia (Santander). Los viajeros cántabros que estaban a la espera de asignación de andén para ocupar su sitio en los convoys fueron los primeros en ver el mensaje de «demorado» en los paneles de información. Sin saber qué ocurría y con el recuerdo fresco del embrollo que generó en la línea de AVESevilla-Madrid el robo de materiales de las vías (que acabó afectando a miles de viajeros en el día final de la Feria de Abril), se armaron de paciencia.

Las informaciones, además, enseguida empezaron a ser contradictorias. Adif publicó en sus redes sociales que era una avería que estaba siendo reparada por sus técnicos y que pronto se restablecería la conexión con todo el norte de la Península, pero a las 15.30 horas el personal de la estación comunicaba de viva voz a quienes se querían desplazar a Santander que se desconocía cuándo saldría el tren e, incluso, que podría no hacerlo en el día.

Sin embargo, no mucho después de ese inquietante anuncio, se reclamó a los viajeros hacia Cantabria: tenían un tren a disposición en el andén 25, según relató uno de los pasajeros que minutos después comentaría con humor que, cuando las primeras personas se subieron con rapidez en los vagones, con igual celeridad se les hizo salir ya que tenían que entrar las brigadas de limpieza. Finalmente, el Alvia con destino a la capital cántabra arrancó sobre las 16.00 horas, con casi dos horas y media de retraso sobre su horario. «Esperamos que, por lo menos, en Palencia haya unos autobuses con destino a Torrelavega y otros que vayan directos a Santander, porque solo faltaba que a los que vamos a la capital nos hagan pasar antes por alguna parada», comentaba un pasajero. Y sí, Renfe fletó dos buses directos a Santander y otro a Torrelavega. El de la capital llegó a las 20.15 horas.

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