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Tres décadas de trabas en el plan ferroviario de Santander
El primer trámite data de 1997, aunque el proyecto actual no se aprobó hasta 2018. Desde entonces, se ha suavizado ligeramente su diseño y se ha duplicado el presupuesto
Aunque la intención de transformar el entorno ferroviario empezó a barajarse antes, fue en 1997 cuando se produjo el primer trámite oficial para estudiar la ... unificación de las estaciones y vías de Renfe y FEVE. Desde aquel acuerdo han pasado casi tres décadas (28 años, para ser exactos) y mucho papeleo que, sobre el terreno, son prácticamente imperceptibles –poco más que un parque infantil en un terreno liberado de la calle Castilla–. Antes de aprobarse el proyecto que finalmente se llevará a cabo –firmado en 2018–, se barajaron otros. Entre los más llamativos está el que presentó en 2007 el entonces alcalde, Íñigo de la Serna, protagonizado por una torre de 140 metros de alto.
Han sido muchos años y muchos planes los que se han quedado por el camino, aunque las tres Administraciones involucradas (Gobierno de España, Cantabria y Ayuntamiento de Santander) parecen convencidas de que, esta vez sí, arrancarán las obras. El miércoles marcaron el calendario de actuaciones y algunas están a la vuelta de la esquina. Antes de que termine este año, licitarán la reorganización de las vías, la estación provisional y el edificio de oficinas de la Peña del Cuervo, con la previsión de que las obras arranquen a principios de 2026. Ese mismo año, empezará a construirse el edificio de viajeros y, en 2027, se llevará a cabo la reordenación de todos los espacios, losa incluida. Terminará en 2030.
Pero, ¿qué ha pasado desde finales de los 90 hasta ahora para que ningún plan haya prosperado? En 1997, el Consejo del Gobierno de Cantabria aprobó la primera partida (de 35 millones de las antiguas pesetas) y el entonces alcalde, Gonzalo Piñeiro, se reunió con Renfe para trabajar juntos en el borrador del proyecto. En 2000 se creó la Comisión de Unificación de Estaciones y durante tres años hubo avances (licitación, evaluaciones ambientales...), hasta las elecciones de 2003. Aunque todas las formaciones políticas incorporaron la unificación de las estaciones en sus campañas, el asunto empezó a enfriarse y el asunto comenzó a mezclarse con la llegada del AVE a Santander, un proyecto independiente que no tenía relación con la reordenación.
Dos años después se licitó otro estudio de integración que se adjudicó para después paralizarse. Y en 2007, Íñigo de la Serna, como candidato a la Alcaldía, anunció su proyecto coronado por una torre de 140 metros. Hasta ese momento, apuntó, todo había sido «una declaración de intenciones». Diez años de 'declaración de intenciones'. También se quedó ahí y hubo otro lapso temporal hasta 2010, cuando se formalizó un convenio entre Fomento, Gobierno regional y Ayuntamiento con un presupuesto de 689 millones, más del triple que el convenio que se firmó en 2018 (aunque en estos siete años ha pasado de 187 millones a 400). Pero este proyecto conjunto también se convirtió en papel mojado y no fue hasta que De la Serna llegó a ministro de Fomento, en 2016, cuando se empezó a trabajar en el proyecto actual, que se firmó dos años después, cuando ya era José Luis Ábalos quien lideraba la cartera de Fomento. Con la llegada en 2019 de Ciudadanos al Ayuntamiento, el proyecto se paralizó porque no convencía a los naranjas, aunque en 2023, cuando el PP logró la mayoría absoluta en Santander, se reflotó ese mismo plan que es el que ahora –tras ligeros cambios– se retoma.
El Museo del Ferrocarril
Todo aquello que a día de hoy está entre Renfe y FEVE tendrá que abandonar este espacio cuando empiece la reorganización de las vías el año que viene. Una de ellas es el Museo del Ferrocarril. Desde el Ministerio afirman que el proyecto propone incorporarlo a la estación, concretamente entre las vías y el espacio del aparcamiento. La intención es que la máquinas catalogadas como Bien Inventariado se ordenen en hilera y que sean visibles desde la propia estación. Pero desde la Asociación Cántabra de Amigos del Ferrocarril (ACAF) están preocupados porque lo que les han trasladado a ellos (desde la dirección de ADIF y la alcaldesa, Gema Igual) es que la colección tiene que llevarse a un almacenaje temporal en mayo de 2026, sin aclarar dónde aunque se barajan los talleres de Renfe. Lo que piden es garantizar las máximas medidas de seguridad mientras estén almacenadas para que no sufran vandalismo ni deterioro y que las Administraciones se hagan cargo de la gestión del museo.
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