La «invasión» de jabalíes preocupa en Somo y Loredo
Los animales proliferan porque no hay control poblacional, provocan accidentes de carretera y ponen en riesgo la seguridad de los vecinos «porque ya están en el centro urbano»
José Carlos Gutiérrez regresaba a su casa de Loredo el pasado lunes, poco después del anochecer, cuando un jabalí se cruzó en su camino en ... pleno centro urbano y se estampó contra la delantera de su coche. «Salió de repente, me dio un susto tremendo», cuenta este vecino de la zona, uno de tantos entre los que crece la inquietud porque los animales se dejan ver cada vez con más descaro. «Están por todas partes y por la noche te los encuentras con facilidad. Están haciendo un estropicio tremendo en parques, en jardines y a los que se dedican a la ganadería y agricultura porque devoran los campos de maíz», explica.
Hace años que el problema se viene haciendo más y más grande;pero en los últimos meses se han multiplicado los avistamientos en las fincas de Loredo, en Somoboo, en los pinares de Somo, «e incluso entre las dunas, lo que supone ya que estén andando por pleno centro del pueblo», cuenta Alberto, un vecino que reside todo el año allí.
«Hay cada vez más gente que me transmite su preocupación, pero es la Consejería de Ganadería la que debe actuar»
Francisco Asón
Alcalde de Ribamontán al Mar
«Hemos tenido problemas con vecinos que no querían ver a nuestros funcionarios por la zona, cuando solo estaban trabajando»
Ángel Serdio
Director general de Montes y Biodiversidad
«Sacamos del coto áreas donde ahora prolifera el jabalí. Los cazadores no éramos el problema sino la solución»
Ignacio Valle
Presidente de la Federación Cántabra de Caza
Al margen del peligro que entrañan para la seguridad vial, los vecinos comienzan a temer que un día se produzca un ataque a personas porque aunque es un animal que no suele resultar peligroso, sí puede reaccionar en el caso de tratarse de una hembra con crías, un macho viejo o un ejemplar que pretenda huir de unos perros que le sigan el rastro. «Hay cada vez más gente que me está transmitiendo su preocupación porque hay cada vez más animales y la cuestión es que desde el Ayuntamiento no podemos hacer nada más que ponernos en contacto con la Consejería de Ganadería, que es la que en este caso puede actuar para hacer un control poblacional en la manera que consideren», acredita Francisco Asón, alcalde de Ribamontán al Mar.
Todo comenzó poco antes de la pandemia, cuando las batidas comenzaron a estar mal vistas en esos municipios. «Había mucha gente que nos increpaba. No querían que anduviéramos por el coto porque en algunos casos está cercano a las viviendas, que cada vez hay más, y se pensaban que podría resultar peligroso;aunque nada más lejos de la realidad», cuenta Ignacio Valle, presidente de la Federación Cántabra de Caza. «El caso es que al final sacamos del coto todas esas zonas boscosas donde ahora está proliferando el jabalí y los vecinos se están dando cuenta de que no éramos el problema sino la solución», justifica el cazador. Ahora, únicamente los agentes de Medio Natural pueden actuar en esas zonas con un permiso especial. Pero en los últimos dos años ellos también han tenido problemas con las protestas vecinales.
«De hecho ha habido muchos encontronazos muy desagradables con personas que han llegado a ser realmente maleducadas con algunos de nuestros funcionarios, cuando en realidad solo estaban realizando su trabajo», asegura Ángel Serdio, director general de Montes y Biodiversidad. «Hubo casos en que se insultó a los trabajadores, se los amenazó e incluso tiraban cohetes y utilizaban otras maneras de presión que nos obligaron a retirarnos, pero claro, al final nadie controla las poblaciones y pasa esto».
Fincas abandonadas
El temor es aún mayor ahora a raíz de la propagación de la peste porcina africana en Cataluña. «La única manera que tenemos de actuar es autorizando un control selectivo por parte de nuestros funcionarios para que intervengan sobre todo en las fincas de Loredo donde está naciendo el problema», cuenta Serdio sobre la antigua parcela de Emilio Bolado, que tras entrar en concurso de acreedores subastó los prados que ahora están en manos de diferentes propietarios privados. «Ahí no puede intervenir nadie, lo único que se puede hacer es exigir a los dueños que lo mantengan limpio y saneado», clarifica el alcalde de Ribamontán al Mar.
Lo que no puede suceder, cuentan los vecinos, es que llegue el verano y el problema esté sin resolver. «Hay gente que se queda a dormir en la playa o que vivaquea en el bosque. Si los bichos siguen invadiendo esta zona, no tardará en haber un accidente», avanza un residente en Somo que prefiere permanecer en el anonimato.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión