La huelga médica tras el puente y en plena ola de gripe pondrá en jaque a toda la red sanitaria
«Preocupación» en el SCS por el impacto en la actividad de los hospitales y servicios de Urgencias ante la previsible saturación | La protesta será del 9 al 12 de diciembre, cuatro días en los que los servicios mínimos cubrirán la asistencia urgente e indemorable
Los próximos diez días lo tienen todo para llevar al sistema sanitario al colapso a las puertas de las Navidades. Viene un puente festivo, ... en el que la asistencia estará concentrada en los servicios de Urgencias (hospitales y SUAP), al que seguirán cuatro días de huelga médica convocados en toda España contra el borrador del Estatuto Marco -del 9 al 12 de diciembre- que, de nuevo, comprometerán la actividad programada no urgente tanto en los centros de salud como en los hospitales (cirugías, pruebas diagnósticas, consultas con especialistas...). Y todo ello, en plena oleada de infecciones respiratorias, con la gripe cogiendo fuerza y aumentando la tasa de ingresos de forma notable.
Desde el Servicio Cántabro de Salud (SCS) reconocen su «preocupación» por el impacto que puede tener la protesta convocada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) de martes a viernes, que «puede afectar a miles de pacientes», apunta el subdirector de Asistencia Sanitaria, Pablo Serrano.
El decreto de servicios mínimos, aprobados ayer en el Consejo de Gobierno y ya comunicados al personal, garantiza la atención urgente y de toda la patología que no puede esperar, caso de los procesos oncológicos (intervenciones, tratamientos de quimioterapia y radioterapia, etc), así como las pruebas de aquellos pacientes que han requerido una preparación previa, como ocurre con las colonoscopias, por ejemplo. Pero más allá de eso, la red sanitaria no puede asegurar que el resto de citas programadas en toda Cantabria, tanto en Atención Primaria como en Especializada, se vayan a atender como estaban previstas. Dicho de otra forma, puede ocurrir que pacientes de lista de espera que contaban con su intervención a lo largo de la próxima semana no lleguen a operarse. Y lo mismo si la cita la tienen para una resonancia, un escáner o una radiografía o para una revisión con cualquier facultativo de consultas externas, por poner situaciones concretas. Solo estará cubierto seguro todo aquello que cumpla con los criterios de urgencia o que se considere indemorable, con lo cual la actividad de lista de espera, que es lo que se organiza con tiempo, puede encontrar respuesta o no. Eso dependerá del porcentaje de seguimiento que tenga la huelga médica contra el Ministerio de Sanidad, que en las convocatorias anteriores ha sido elevada.
«El reto que tenemos por delante es ver cómo el sistema es capaz de recuperar la actividad aplazada por la huelga»
Pablo Serrano
Asistencia Sanitaria del SCS
«No entendemos el pulso del SCS a la hora de fijar los servicios mínimos, ha sido un despropósito, los vamos a impugnar»
Santiago Raba
Sindicato médico
«La mayor parte de la actividad sanitaria no está cubierta por servicios mínimos», precisa Serrano. «Para entendernos, lo que se garantiza es lo mismo que un domingo, la urgencia y la atención a la hospitalización, donde un punto clave son las altas, para facilitar la rotación de camas y que no se alarguen las estancias más de lo conveniente». Todo lo demás queda a expensas del resultado de la movilización.
Los planes de contingencia de invierno, que hasta ahora no se habían activado porque el virus gripal, pese a anticiparse casi un mes, había dado tregua suficiente -con una subida paulatina-, están ahora a mano de los gestores sanitarios. En el momento en que se detecte signo de saturación entrarán en vigor las medidas contempladas, que en el caso de los hospitales consistirán en ampliar el número de camas (una opción es doblar las habitaciones que funcionan como individuales) para poder absorber la llegada de nuevos ingresos, lo que también puede obligar a reducir el volumen de operaciones programadas y potenciar las intervenciones ambulatorias, que no requieren estancia hospitalaria. Aunque esa última solución pierde fuelle cuando se da un contexto de huelga como el actual.
De entrada, a partir del martes, una vez superado el pico de urgencias que se espera para el puente festivo de la Constitución, «a priori se ha programado todo como un día rutinario, porque no hacerlo sería faltar al derecho a la huelga», indica el subdirector del SCS, que no descarta que se produzca «una saturación en la hospitalización». Y más teniendo en cuenta que la protesta se extiende también a los centros de salud, lo que inevitablemente repercutirá en la afluencia de pacientes que acaben acudiendo a los SUAP o a las urgencias hospitalarias por no disponer de médico de cabecera. Un escenario complicado que, sin duda, tendrá consecuencias no solo en las listas de espera del cierre del año, sino en los meses siguientes.
El Sindicato Médico, que impugnará los servicios mínimos, convoca una concentración el día 11 a la puerta de Valdecilla
«El reto que tenemos por delante es ver cómo el sistema es capaz de recuperar toda esa actividad aplazada», sostiene Serrano, que en sus 25 años como gestor «nunca he asistido a una huelga médica tan prolongada». El subdirector recuerda que los motivos que han llevado a esa situación «están en otra esfera. No es una huelga contra el SCS o el Gobierno de Cantabria, sino contra el Ministerio de Sanidad».
El colectivo médico exige «dignidad», lo que requiere de «un estatuto propio», la reclasificación en una categoría superior, que las horas extra computen como tiempo trabajado para la jubilación, que no haya «un régimen de incompatibilidades discriminatorio, y al mismo tiempo retribuciones diferentes por igual trabajo»; y que no se imponga la exclusividad de los mandos intermedios, entre otras reivindicaciones que el departamento de Mónica García no está dispuesto a aceptar.
Pero aunque la negociación está en Madrid, desde el Sindicato Médico no entienden «el pulso del SCS a lo hora de negociar los servicios mínimos, que vamos a impugnar. No solo no ha habido acuerdo, sino que la guerra es total, un despropósito», a juicio del vicepresidente, Santiago Raba. «Nunca he visto un juego tan sucio. Incluso se nos ha amenazado con dejarnos sin carrera profesional por hacer huelga, al no computar esos cuatro días».
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