Comer bien a un precio ajustado en Torrelavega

Desde hace cuatro años el restaurante 2 Valdeses representa una apuesta segura para comer o cenar en Torrelavega, con una cuidada relación precio-calidad. El establecimiento dirigido por Araceli García, una de las socias, se ha consolidado hasta el punto que resulta aventurado conseguir una mesa sin haber formalizado una reserva con anterioridad. El local es agradable, dispone de dos ambientes lo que proporciona versatilidad, sobre todo cuando se trata de grupos numerosos, y una zona de barra frente al acceso. Su variedad de propuestas es amplia, las raciones generosas y la elaboraciones más que correctas. Pero, ¿dónde reside la clave del éxito?

Posiblemente 2 Valdeses ha conseguido colarse en las agendas de sus clientes por una fórmula con la que se presentan cada mediodía y cada noche, sendas opciones para comer a un precio de 16 o 26 euros, en función de los platos de la carta que se elijan. Ahora, de cara a 2020, se van a introducir algunos cambios con el fin de adaptarse aún más a lo que el cliente demanda, busca y le complace. Así, su directora y jefa de sala, Araceli García, señala que de vista al próximo ejercicio el restaurante tendrá un menú de 16 euros, de lunes a viernes, y otro de 20 euros, para los fines de semana. Y el procedimiento será similar: los clientes podrán elegir un primer plato, un segundo y un postre entre la abundante oferta que se pone a su alcance en la carta. Y para el cliente que quiera optar por una alternativa, siempre tendrá una carta de picoteo con raciones para compartir que está plenamente consolidada.

En el caso de los menús, el precio incluye pan, agua y una copa de vino Acantus.

En 2 Valdeses se trabaja con buena materia prima en una cocina donde las pautas las marca Javi Ruiz, un chef con una dilatada experiencia que en temporada estival está al frente del restaurante Sambal, donde desarrolla una cocina más vanguardista. Javier aquí plantea una cocina más tradicional, de producto, fácil de entender y donde el sabor es lo que prima. No obstante, en algunos platos se advierte la mano de un cocinero con creatividad y que gusta de salirse del guión establecido aunque sea con pequeños detalles. Y esto se agradece y el cliente lo valora. Ruiz comparte el trabajo entre los fogones con Sara García y el resto del equipo de cocina.

No es fácil aquí hablar de especialidades, por que la carta tiene más de medio centenar de referencias. Por grupos, podrían destacarse del picoteo conceptos básicos como los ibéricos, las ensaladas, la parrillada de verduras, las mollejas empanadas, los mejillones en salsa, el pulpo a la parrilla, las anchoas, el foie con una mermelada de higos y sobao tostado o las croquetas del día. Interesantes resultan el carpaccio de tudanca, el pastel templado de picasuelos o el tomate relleno de salsa tártara con espárragos y cecina.

Con huevos camperos se puede tomar unos callos de bacalao y filamentos de patatas o simplemente fritos con jamón y patatas. En pescados, hay desde la merluza de pincho al gusto (plancha, rebozada o en salsa verde) o rellena de setas, hasta trucha (en salsa con cangrejos de río o con crema de queso de cabra), flamenquines de rape, chipirones rellenos de mollejas, bacalao con tomate o el bacalao con tocino ibérico que aupó al chef a conquistar el mejor plato de pescado en el Bocusse d'Or 2009 a escala nacional.

En carnes, tiene mucho éxito la chuleta ecológica, así como el milhojas de ternera, berenjena y queso de cabra, la carrillera ibérica guisada, el cochinillo asado, las mollejas de lechazo estofadas, la pechuga de pollo picasuelos a la montañesa, el venado estofado, el solomillo de pato, la menestra de lechazo o el pastel montañés con borono.

En el capítulo dulce, además de la tarta de hojaldre de Torrelavega, merece la pena probar el pastel del Besaya, el brazo gitano 'homenaje a Pilar Setién', la tarta de queso de Toñanes o el flan de chocolate blanco.