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La esencia de una tierra, gota a gota
Orujo y otros destilados

La esencia de una tierra, gota a gota

Introducidas por su clima por los romanos para protegerlas de los temporales, las viñas forman parte del paisaje lebaniego desde hace más de 10 siglos

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Viernes, 14 de diciembre 2018, 07:34

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En Liébana hay dos productos, además del cocido, que elevan a lo más alto el prestigio de la comarca, una tierra de tradiciones y costumbres muy arraigadas que ha sustentado durante siglos en el viñedo, uno de los cultivos más significativos de la historia de la economía de la comarca: el orujo, que cuenta con su propia cofradía gastronómica; y los vinos, el famoso tostadillo y los Vinos de la Tierra de Liébana.

Las viñas ocupan estas tierras desde hace más de diez siglos, desde la Edad Media, formando parte de un paisaje único. Probablemente las viñas fueron introducidas por su clima por los romanos para protegerlas de vientos y temporales. En el año 1889 había en Liébana 676 hectáreas de viñedos, que aumentaron a 851 en el año 1907, distribuidas por las laderas bajas de los municipios de Potes, Cillorigo de Liébana, Camaleño, Cabezón de Liébana, y Vega de Liébana. Se cultivaban las siguientes variedades: garnacha, malvasía, mencía, neruda, jerez, moscatel... y sus vinos eran muy apreciados e incluso se exportaban a Castilla. Por culpa de la filoxera, en el año 1909 se destruyeron 390 hectáreas.

A comienzos de la década de los 70 del siglo pasado, se redujeron a 100 y a finales de los 80, la comarca contaba sólo con 62 hectáreas. En la actualidad, los viñedos siguen ocupando algo más de 50 hectáreas y se están recuperando cepas centenarias para aumentar la producción y aunque la industria del orujo se ha ido modernizando, la esencia de su elaboración no ha cambiado.

Desde el año 2010 el orujo de Liébana puede identificarse con la marca Calidad Controlada, que define como aguardiente de orujo el producto obtenido exclusivamente a partir de orujos de uva fermentados y destilados en alquitaras. Para ello la destilación del orujo tiene que realizarse mediante un proceso discontinuo en alquitaras de cobre estañadas en el interior, constituidas por tres partes diferenciadas. Caldera o cuerpo inferior, donde se coloca el orujo para su destilación; Copa situada en la parte superior, para permitir la condensación del vapor producido debido al agua fría que se coloca en ella; y capotillo o cuerpo intermedio, que permite ajustar la caldera con la copa.

El resultado es el aguardiente de orujo, un trago fuerte y revitalizante, de aspecto transparente y limpio e incoloro; de aroma y sabor intenso, fino y delicado, propio de la materia prima de la que procede, hacen que sea un excelente digestivo y existen muchísimas variedades para satisfacer todos los gustos: añejos, de hierbas, guindas, con miel, de crema, con chocolate, de higos, con limón, manzana e incluso, con té del puerto, una hierba típica de los puertos de los Picos de Europa cuya infusión se sirve tradicionalmente con unas gotas de orujo blanco, para facilitar la digestión tras una comida copiosa.

El prestigioso sumiller Ferrán Centelles, miembro del jurado de la cata de aguardientes en la Fiesta del Orujo celebrada el pasado mes de noviembre, destacó la marcada personalidad y la calidad de los diferentes orujos que se elaboran en Liébana de manera tradicional, cualidades necesarias para mantener su valor como producto y la esencia de cada bodega.

Vinos de la Tierra

Son, en su mayoría, vinos tintos y frescos, de aspectos limpios y brillantes, sabrosos y equilibrados, con un adecuado equilibrio entre alcohol y acidez y de color intenso. El área de producción de los vinos de la Tierra de Liébana se encuentra delimitada por los términos municipales de Potes, Pesaguero, Cabezón de Liébana, Camaleño, Cillorigo de Liébana y Vega de Liébana con las siguientes variedades: palomino, chardonnay, godello y gewürtz traminer en uvas blancas y mencía, tempranillo, garnacha tinta, graciano, syrah y cabernet sauvignon en uvas tintas.

Bajo este sello de calidad (IGP) se producen vinos tintos, frescos, sabrosos y con un equilibrio adecuado entre alcohol y acidez y de color intenso.

Otros destilados y bebidas

Además del orujo de Liébana, en la región se producen otros destilados con marcado acento cántabro como es el caso de la ginebra, para los que se utilizan botánicos característicos de la región, mezclados con otros más exóticos, o el vodka, productos que en muy poco tiempo han conseguido conquistar el mercado nacional e internacional.

Las ginebras premium son uno de los destilados de moda y su consumo y ventas se han disparado en los últimos años, siendo España el tercer país del mundo donde más ginebra se consume.

Esta bebida se obtiene por destilación de la cebada, aromatizada con bayas de enebro y otros elementos botánicos. La mayor parte de los expertos coinciden en que es, ante todo, una bebida para mezclar con otras, lo que la convierte en componente esencial de muchos cócteles como lo es también el vermut, una bebida infusionada que en esta región tienen gran protagonismo, sobre todo a la hora del aperitivo. Cantabria puede presumir también de excelentes vermuts elaborados en la región, unos más tradicionales y otros más especiales y con diseños más vanguardistas, de muy buena calidad.

Productores en la Feria

  • Isabel García Orulisa

  • Jesús Melón Diosanjana

  • Antonio Rivas Sierra del Oso

  • Camino Cotera Los Camachos

  • Rubén Leivas y David Martínez Siderit

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