«No hacíamos mamparas, nos hemos tenido que reciclar»

Pasó con mascarillas, geles y guantes, se agotaron enseguida. Los proveedores no daban abasto y la escasez de estos productos fue notoria. Eso, cuando la pandemia daba sus primeros pasos en España. Ahora, en pleno proceso de 'desescalada', el exceso de pedidos ha dejado sin materia prima otro mercado: el del metacrilato, policarbonato, PVC... Todos los materiales que se utilizan para hacer mamparas de protección, las protagonistas de la reapertura de negocios. «Hay un problema: en España hay pocos fabricantes. Casi todo viene de Europa y ahora se está agotando». Lo cuenta Francisco Gutiérrez de la empresa Artipubli, y sabe de lo que habla. Ellos usan esos mismos materiales a lo largo de todo el año, aunque de otra manera. «Trabajábamos el metacrilato, pero con otra finalidad» como en rotulación, señalización o serigrafía. Lo de hacer mamparas es «nuevo». Con el sector publicitario parado optaron por reinventarse desde el principio del confinamiento. «Vimos la idea y nos dimos cuenta de que teníamos lo necesario para hacerlo», explica.

Aprovecharon su estructura y su fábrica para adaptarse y responder a las necesidades que surgían como consecuencia de la crisis sanitaria. «Nos pareció interesante y se lo comentamos a los clientes», añade. El punto de partida fueron estancos (ya trabajaban con ellos) y farmacias que no cerraban y urgían medidas para proteger a trabajadores y clientes frente a posibles contagios por coronavirus. Poco después, a la semana de la entrada en vigor del estado de alarma, «se multiplicó, nos empezaron a llamar negocios de ámbito nacional», cuenta.

Estos días las llamadas llegan sobre todo de hoteles y comercios que se preparan para reabrir, en principio, el lunes. ¿El problema? No son los únicos que se han subido al carro de la producción de mamparas. «Ahora todo el mundo las vende porque es lo único que hay». Y, claro, el mercado está colapsado.

Hay listas de espera para recibir el material. «Tenemos una partida que nos viene a mediados de mayo y otra a mediados de junio». Ocurre que, además, según «los espesores», los plazos son unos u otros. En resumen, «hay dificultad» para conseguir material y responder a la demanda. «Ha dado todo un giro», admite Gutiérrez. Conforme se han ido poniendo fechas de reapertura en el calendario y los diferentes sectores han comenzado a prepararse para subir la persiana, ellos han tenido también que adaptar su producción. «Antes hacíamos a una medida estándar y ahora ya a medida», explica. Es más, incluso han tenido que «ajustar» las medidas estándar del principio para no desperdiciar nada, dada «la dificultad para encontrar materia prima» en el mercado.

Además de mamparas, «también trabajamos mucho con vinilo de suelo de señalización», dice en referencia a las huellas que marcan por dónde ir o dónde pararse para respetar la distancia social. O, por poner un ejemplo, reabre una tienda de chucherías con varios pasillos y necesita que sea circular y que la gente vaya en una única dirección, y para ello hacen falta señales. Todo eso son ventas, pero es que también han donado mascarillas, mamparas y pantallas faciales a comercios. Es momento «de poner de nuestra parte», dice.

El ritmo de entrada de pedidos y de trabajo es alto. Casi resulta imposible hasta localizarles en el teléfono. Por eso no han tenido tiempo de «echar un vistazo a los números» y saber, por ejemplo, cuántas mamparas han entregado ya. Eso sí, en la empresa calculan que seguirán entrando llamadas, al menos, durante todo mayo. En cualquier caso, el trabajo de estas semanas no será suficiente para aguantar el batacazo económico que supone el parón de la crisis sanitaria. «Nos ayuda a que el golpe sea menos duro», comenta el propietario de Artipubli. En otra circunstancia, a estas alturas del año estarían en «plena campaña» veraniega con publicidad de eventos, camisetas, pañuelos de fiestas...