
Javier de la Hoz, un juez ejemplar y un gran redactor de sentencias
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Javier de la Hoz pone fin a su carrera profesional tras «marcar una época» en la Audiencia ProvincialEn el ámbito judicial, todos coinciden en que ha sido un juez «muy trabajador» que se «ha entregado» en cuerpo y alma a su profesión. ... Y, aunque sus compañeros creen que está en perfectas condiciones para continuar unos años más desempeñando su puesto, él ha decidido que es el momento de dar un paso al lado. El magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Cantabria, Javier de la Hoz de la Escalera (Santander, 1956), ha puesto fin a una dilatada carrera profesional, dejando una trayectoria intachable que tuvo su máximo esplendor cuando ocupó la presidencia de la Audiencia Provincial (1997-2008), «marcando un época» en Cantabria.
Hijo del prestigioso fotógrafo Ángel de la Hoz, casado con la abogada Rosa Merino desde 1985 y segundo de cinco hermanos (una de ellas ya fallecida), Javier de la Hoz es licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid. En diciembre de 1979 fue nombrado Secretario de Juzgado de Distrito, tomando posesión de su primer destino en el Juzgado de Distrito de Reinosa en febrero de 1980.
Nueves meses después, en septiembre ese año, ingresó en la carrera judicial y fue nombrado Juez de Distrito, tomando posesión de su primer destino en Salas de Los Infantes (Burgos) en octubre de 1980. Después de tres años, en marzo de 1983, fue designado Juez de Ascenso, tomando posesión del cargo en el Juzgado de Distrito número 32 de Madrid. Entre diciembre de 1983 y febrero de 1986 estuvo al frente del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº1 de Calahorra, y desde esa fecha y hasta marzo de 1987 fue juez en el Juzgado de Instrucción nº1 de San Sebastián.
Su siguiente destino fue la Audiencia Provincial de Guipúzcoa, en la que permaneció hasta abril de 1989, cuando se desplazó a Cantabria para tomar posesión como magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. Sala que presidió desde julio de 1996 a noviembre de 1997, cuando pasó a ostentar la Presidencia de la Audiencia Provincial de Cantabria y de su Sección Primera hasta junio de 2008. Desde entonces, quedó adscrito a la Sección Segunda, de ámbito civil.
De forma paralela, ha sido profesor asociado de Derecho Civil en la Universidad de Cantabria y autor de diversas publicaciones. «Es un magnífico juez. Muy trabajador y estupendo en el trato», apuntan desde el colectivo de abogados cántabros, que destacan tanto su «calidad humana» como la «gran calidad de su trabajo». «Sus sentencias siempre están muy bien razonadas y explicadas», valoran.
Si hay alguien que puede describir con más precisión a este magistrado, «muy querido» dentro del complejo judicial de Las Salesas, son los compañeros con los que ha trabajado codo con codo durante los últimos años de su carrera. «Como magistrado es un ejemplo: primero por la forma de tratar los asuntos, y después por el trato a las personas. Siempre ha sido muy minucioso con el estudio de sus casos. Y eso no solo lo pueden decir los jueces de primera instancia, que han recibido sus sentencias de apelación, sino también los abogados. Cuando Javier era el ponente en la Audiencia se podían esperar un trabajo exhaustivo».
Otras de las cualidades que resaltan de Javier de la Hoz es su «excepcional preparación técnica», su «exquisita memoria» y su «fina literatura». «Por encima de todo ha sido un gran redactor de sentencias», insisten. De hecho, sus compañeros, que lo ven como un «referente», creen que «era el prototipo de juez al que todo el mundo querría para que resolviera su asunto». «Como presidente de la Audiencia marcó una época porque supo estar en los momentos que se requería para interpretar nuevas leyes como la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim)».
Aunque De la Hoz es un juez muy reservado, su entorno más cercano asegura que una de sus principales aficiones, desde hace unos años, es la encuadernación. Además, es un «gran lector», de todo tipo de géneros –entre ellos la novela histórica–, y un apasionado de la música clásica, el jazz y de Serrat. «Le gusta el arte y la cultura, en general. Es un gran observador de las ciudades, la arquitectura, la naturaleza... Un hombre de amplio espectro».
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