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La empresa Combi Catering prepara menús para más de 500 alumnos en sus instalaciones de Parbayón (Piélagos). Alberto Aja
Menús «saludables» para los escolares cántabros

Menús «saludables» para los escolares cántabros

Más de 1.300 alumnos en situación de vulnerabilidad reciben comida en sus domicilios desde que se implantó el estado de alarma. La Consejería de Educación destina más de 6.000 euros diarios al servicio

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Sábado, 16 de mayo 2020, 07:30

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El 13 de marzo fue la última vez que los alumnos de Cantabria fueron a clase. Un día antes de que se declarase el estado de alarma. Ya entonces muchos padres prefirieron dejar a sus hijos en casa. En principio iba a ser una suspensión temporal. Nadie preveía las dimensiones que adquiriría la pandemia del coronavirus y sus consecuencias. La primera preocupación fue cómo organizar la enseñanza no presencial, pero el Gobierno se encontró con otro problema urgente: cómo alimentar a los estudiantes en situación de vulnerabilidad, a aquellos usuarios de los comedores escolares que percibían becas del 75% y que, sin poder acudir a ellos, se quedaban sin la comida más completa y equilibrada del día en una época además en la que muchas familias han visto agravada su situación económica.

La opción de apostar por comida rápida como sustento del menú infantil durante el confinamiento, modificada semanas después en medio de una oleada de críticas, puso a la Comunidad de Madrid en el centro de la polémica. Pero ninguna Administración más del resto del país ha repetido este patrón. En el caso de Cantabria, las distintas alternativas habilitadas por Educación para el reparto gratuito de comida a domicilio abogan por menús semanales equilibrados, compuestos de primer y segundo plato, pan y postre y que combinan legumbres, verduras, pasta, carne, pescado, lácteos y fruta; que son elaborados principalmente con productos frescos y de la tierra; y que varían de una semana a otra para intentar ser los más completos posibles y adaptarse a los recursos de cada temporada.

«Lamentablemente el servicio se ha demostrado como muy necesario. No se ha dejado de repartir comida ni durante el periodo no lectivo de Semana Santa»

marina lombó, consejera de educación

Aunque la previsión inicial era que se acogieran al servicio unos 750 estudiantes, la cifra ha ido paulatinamente creciendo según se ha ido prorrogando el estado de alarma y ya se reparten más de 1.300 menús diarios, el 100% de las familias que lo han solicitado. «Lamentablemente se ha demostrado como muy necesario», ha asegurado al respecto la consejera Marina Lombó. Ni siquiera durante el periodo no lectivo de la Semana Santa se suspendió el reparto de comida, al que, a día de hoy, el Gobierno de Cantabria destina más de 6.000 euros diarios.

Las opciones

Hay cuatro vías fundamentales de prestación del servicio. La primera consiste en empresas y colectivos que elaboran la comida y la reparten directamente en los domicilios de los estudiantes. Es el caso del catering 'Depersonas cocinando con sentido', que pertenece al área de empleo de Ampros (Asociación Cántabra en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual), que da de comer a 424 alumnos que residen en Santander; y de Altra Catering, que hace lo mismo entre 28 escolares de El Astillero.

«Seguimos con las mismas pautas nutricionales que marcaban los menús que veníamos haciendo durante el curso, pero ha cambiado mucho la logística: acostumbrados a cocinar muchos pocos (para alrededor de 600 comensales de siete colegios distintos) ahora cocinamos pocos muchos, para más de 400 escolares a los que hay que llevar la comida caso por caso, puerta por puerta. Fue un auténtico reto abordarlo», explica José Antonio Setién, director de Empleabilidad de Ampros. El reparto lo organizan a través de seis rutas por Santander, que realizan cada dos días, con la comida de ese día y la del siguiente.

Imagen de la cocina de Ampros, donde se elaboran menús para más de 400 estudiantes de Santander.
Imagen de la cocina de Ampros, donde se elaboran menús para más de 400 estudiantes de Santander. DM

Los menús combinan legumbres, verduras, pasta, carnes y pescados de «forma equilibrada» y lácteos y fruta como postre. «Apostamos por una alimentación saludable, con productos frescos y de temporada; sostenible, utilizando recursos ecológicos (tienen sus propios huertos); y de proximidad, con acuerdos con proveedores locales», defiende Setién. Y además de comida, envían a los domicilios información sobre dietas saludables y juegos, como 'El reto del coronavirus' (una especie de oca), para entretener a los pequeños.

Menú elaborado por Ampros que se reparte a 420 alumnos de Santander

  • SEMANA DEL 4 AL 8 DE MAYO - Lunes: Primer plato: Crema de acelga. Segundo plato: Pollo al chilindrón. Postre: Fruta.

  • Martes: Primer plato: Lentejas ecológicas de León estofadas. Segundo plato: Huevos camperos en salsa de tomate casera y queso. Postre: yogur artesano.

  • Miércoles: Primer plato: Arroz tres delicias. Segundo plato: Hamburguesa de merluza en salsa encebollada. Postre: fruta.

  • Jueves: Primer plato: Judías verdes con salsa de tomate casera. Segundo plato: Albóndigas de ternera a la jardinera. Postre: yogur artesano.

  • Viernes: Primer plato: Garbanzos ecológicos de León estofados. Segundo plato: Merluza fresca de la lonja de Santander con tomate. Postre: fruta.

  • SEMANA DEL 11 AL 15 DE MAYO - Lunes: Primer plato: Guiso de lentejas ecológicas. Segundo plato: Estofado de pavo. Postre: fruta.

  • Martes: Primer plato: Crema de zanahoria. Segundo postre: Empanada de merluza fresca de la lonja y atún. Postre: yogur artesano.

  • Miércoles: Primer plato: Patatas de Valderredible en salsa verde. Segundo plato: Pollo en pepitoria. Postre: fruta.

  • Jueves: Primer plato: Espagueti a la napolitana. Segundo plato: lomos de merluza fresca de la lonja en salsa verde. Postre: yogur artesano.

  • Viernes: Primer plato: alubias ecológicas de León estofadas. Segundo plato: tortilla de patata casera. Postre: fruta.

¿Pero qué opinan los expertos? Sandra Sumalla, Doctora en Proyectos de Salud y Nutrición y decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Europea del Atlántico, destaca, después de analizar el calendario de varias semanas, que el menú elaborado por el catering de Ampros es «un muy buen menú, con una cantidad adecuada de legumbres y verduras, sin fritos ni rebozados, con postres sanos...». Considera que, en general, «está por encima del nivel medio de los menús escolares que hay en otras comunidades autónomas».

Aún así, Sumalla indica que es «mejorable» y enumera los 'peros' que ha encontrado: «la única fuente de pescado es la merluza, preparada de distintas formas, pero es demasiado repetitiva, echo en falta pescado azul. Y por otra parte, la verdura siempre la ofrecen cocinada, no fresca, estaría bien introducirla en alguna ensalada y como plato principal», apunta.

El equipo humano del catering de Ampros está formado por una veintena de trabajadores, entre ellos personas con discapacidad mental y/o física, que se reparten las tareas de cocina, empaquetado, distribución, limpieza... «Es un proyecto redondo: alimentamos a niños y niñas vulnerables, que pueden tener más dificultades ahora en sus casas para acceder a una alimentación completa y saludable, acercándoles a sus domicilios el menú y reduciendo desplazamientos; generamos empleo para personas con discapacidad, favoreciendo así a su desarrollo profesional y personal y recalcando el aporte que realizan a la sociedad; y apoyamos la economía de nuestro entorno», destaca el responsable de Ampros.

Por toda la región

En una segunda vía, es también una empresa, Combi Catering, la que cocina 530 menús en sus instalaciones de Parbayón (Piélagos), los envasa en tuppers individuales, los etiqueta, los embolsa, los transporta y los entrega a los ayuntamientos de 44 municipios cántabros, que, a través de sus propios medios (servicios municipales, voluntarios...), se encargan después del reparto puerta por puerta, niño por niño. Un proceso «muy laborioso» que nace de las manos de tres cocineros y un ayudante de cocina. «La base del menú consiste en legumbres dos días a la semana; verduras otros dos; y un día pasta o arroz. Y en cuanto a los segundos platos, dos días pescado; otros dos días carne, combinando ternera, pollo, cerdo y pavo; y uno, huevos, generalmente en tortilla», explica Elena López, directora de la delegación territorial en Cantabria de Combi.

Los municipios en los que se presta servicio a los escolares por medio de esta alternativa son Santa Cruz de Bezana, Miengo, Polanco, Reocín, Suances, Santillana del Mar, Alfoz de Lloredo, Cabezón de la Sal, Comillas, San Vicente de La Barquera, Val de San Vicente, Ribamontán al Mar, Bareyo, Meruelo, Santoña, Bárcena de Cicero, Colindres, Laredo, Guriezo, Castro Urdiales, Limpias, Ampuero, Ramales de la Victoria, Soba, Voto, Ampuero, Hazas de Cesto, Riotuerto, Entrambasaguas, Solares, Medio Cudeyo, Liérganes, Camargo, Villaescusa, Cartes, Los Corrales de Buelna, Arenas de Iguña, Molledo, Reinosa, Campoo de Enmedio, Corvera de Toranzo, Puente Viesgo, Selaya y Castañeda. «Se han establecido cuatro rutas distintas de reparto para llegar a todos estos puntos», indica la responsable de Combi.

El diseño de los menús sigue la misma base que marcaba la concepción de los comedores escolares antes de la aparición de la pandemia, pero introduciendo alguna 'licencia' para que sean «más atractivos» para los niños y niñas en una época complicada como la actual en la que han visto totalmente modificadas sus rutinas diarias y privados de ciertas libertades. «Algún día ponemos las verduras en crema, que les suele gustar más, y en los postres, hemos metido queso con membrillo o batido de chocolate junto a los yogures y fruta habituales», detalla López. El objetivo final es que los menús «cumplan las necesidades nutricionales y sean equilibrados, pero también que les gusten a los chavales».

Otra de las características es que los menús están elaborados con productos locales. «Desde 2008, nuestros proveedores y distribuidores son de Cantabria. Utilizamos por ejemplo distintos productos ecológicos (verduras, pasta...) y la carne reconocida con el sello IGP (Indicación Geográfica Protegida).

Menú elaborado por Combi Catering que se reparte a 530 alumnos de 44 municipios

  • SEMANA DEL 4 AL 8 DE MAYO - Lunes: Primer plato: Lentejas con verduras. Segundo plato: hamburguesa al horno con patatas fritas. Postre: yogur de limón.

  • Martes: Primer plato: Macarrones ecológicos con salsa de tomate. Segundo plato: librillo de jamón y queso. Postre: mandarina.

  • Miércoles: Primer plato: Puré de verduras. Segundo plato: Jamón asado en su jugo con laminado de champiñón. Postre: yogur de fresa.

  • Jueves: Primer plato: Arroz blanco con salchichas y verduritas. Segundo plato: Ventresca de merluza en salsa verde con espárragos y guisantes. Postre: zumo de fruta.

  • Viernes: Primer plato: Sopa de cocido con fideos ecológicos y picadillo de carne. Segundo plato: Jamoncitos de pollo asados al limón. Postre: yogur de plátano.

  • SEMANA DEL 11 AL 15 DE MAYO - Lunes: Primer plato: Alubias blancas con verduras. Segundo plato: Bacalao con tomate. Postre: Yogur natural.

  • Martes: Primer plato: Crema de patata, puerro y cúrcuma. Segundo plato: Albóndigas de ternera IGP de Cantabria a la montañesa. Postre: fruta de temporada.

  • Miércoles: Primer plato: Lentejas estofadas con verduritas. Segundo plato: Tortilla de patata con loncha de york. Postre: Yogur de macedonia.

  • Jueves: Primer plato: Espirales ecológicos con salsa de tomate. Segundo plato: Lomo a la plancha con pimientos del piquillo. Postre: Batido de chocolate.

  • Viernes: Primer plato: Patatas a la riojana. Segundo plato: Alitas de pollo a la jardinera. Postre: Fruta de temporada.

Sumalla 'aprueba' también el menú preparado por Combi. Valora que «es también bastante variado, con buena cantidad de verduras y legumbres, con más variedad de pescado, carne de calidad». En resumen, la especialista le sitúa «en la media nacional». Y añade sus consejos para mejorarlo: «tiene productos rebozados y empanados, que no son recomendables; hay un uso excesivo de embutidos y carnes procesadas; y los postres son en ocasiones poco adecuados, con yogures de sabor, natillas y batidos. Echo en falta más fruta y no en zumo, que no sirve como sustitutivo», relata.

«Los estudiantes que son beneficiarios de estos menús están bien alimentados, en calidad y cantidad, no se van a desnutrir, pero hay cosas que se podrían mejorar»

sandra sumalla, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Europea del Atlántico

En líneas generales, la nutricionista asegura que los estudiantes que son beneficiarios de estos menús «están bien alimentados, en calidad y cantidad, no se van a desnutrir, pero hay cosas que se podrían mejorar». Además, valora la apuesta que hacen por los productos locales, de proximidad, y critica la recurrencia a lo ecológico como sinónimo de calidad: «no aportan ningún valor nutricional mayor que otros, no está demostrado que sean mejores», señala al respecto.

Otras dos alternativas

Una tercera vía habilitada por Educación consiste en la prestación directa del servicio por parte de los ayuntamientos. Es por la que han optado Santa María de Cayón, Torrelavega y Piélagos, que han integrado a los estudiantes que así lo han solicitado en sus respectivas iniciativas para hacerles llegar menús elaborados o lotes de alimentos.

Pero aún así aún quedaban zonas que no estaban cubiertas, pequeños municipios con un reducido número de beneficiarios a donde no llegaban las rutas anteriores. Y aquí, de la mano de los alcaldes de esas zonas, la Consejería ha establecido acuerdos con las tiendas de alimentación más cercanas, los restaurantes abiertos que elaboran comida para llevar o el camionero de turno que pasa justo por el domicilio de ese niño o niña, para que se encarguen de repartir los menús escolares. Con estas soluciones se cubren las necesidades de alumnos de Liébana, Mazcuerras, Cabuérniga, Los Tojos, Polaciones, San Roque de Riomiera, Villafufre y Villacarriedo.

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