«Los autores no debemos aprovechar la escritura como nuestra propia terapia»
Reyes Monforte | Periodista y escritora ·
La novelista perdió hace cinco años a su marido, el actor Pepe Sancho. De aquel duelo surge su nuevo libro, que hoy presenta en el AteneoTras cinco años de silencio literario Reyes Monforte (Madrid, 1975) acaba de publicar 'La memoria de la lavanda', una novela en la que Lena, su ... protagonista, aprende a gestionar el dolor de una ausencia y que en apenas tres semanas se han convertido en el quinto libro más vendido. Se trata de su obra más personal y la primera que escribe tras la muerte de su marido, el actor Pepe Sancho. Esta tarde estará en el Ateneo santanderino (19.30 horas) para hablar de Lena y del «milagro de la lavanda».
-A los diez días de llegar a las librerías 'La memoria de la lavanda' ya estaba en la lista de los más vendidos. ¿A qué se debe este éxito?
-Sí y el domingo se cumplió un mes desde que saliera a la calle y desde hace tres semanas es el quinto más vendido. Esto me da mucha alegría porque es señal de que el público está empatizando con la historia, con los personajes y con la novela.
-¿Por qué cree que ha conectado con la gente?
-Porque la historia que cuenta nos puede pasar a todos. 'La memoria la lavanda' es un fotografía en la que todos salimos retratados. ¿Quién no ha sufrido la pérdida de un ser querido? La gente se siente identificada de alguna forma con la protagonista, con Lena, una fotógrafa que pierde a su marido y que a los doce meses tiene que cumplir con su última voluntad que es acercarse a los campos de lavanda donde él nació para esparcir sus cenizas. Ese tsunami emocional que vive Lena lo hemos vivido todos alguna vez.
-Hace cinco años que perdió a su marido, el actor Pepe Sancho. ¿Le ha costado mucho escribir este libro?
-Me ha costado esperar esos cinco años para poder sentarme y escribir este libro como si fuera una novela y no como terapia. Existe la leyenda de que la escritura es una terapia y eso es algo que no comparto. La escritura es un trabajo y, como en cualquier trabajo, hay que llegar a él en las mejores condiciones posibles. Además, si fuera verdad esto de que la literatura es una terapia estaríamos utilizando a los lectores como psicólogos y cada uno tenemos ya nuestros dramas como para encima tener que aguantar los traumas de los autores.
-¿Cuánto hay de ficción y cuánto de biografía en este libro?
-Es una ficción. Es verdad que a los personajes de una novela hay que dotarles de una biografía física -Lena es fotógrafa y su marido era cardiólogo- y de una biografía emocional y para esta no he tenido que acudir a nadie que me contara como se vive un pérdida así o como se gestiona el dolor. Lena sí tiene mi mirada, pero no tiene mis ojos.
-Ambienta la novela en los campos de lavanda de Brihuega, en Guadalajara. ¿Cómo llegó a ese lugar?
-De casualidad. Yo ya tenía la novela en la cabeza: los personajes, la trama literaria... Pero no tenía ni idea de donde podría transcurrir y por casualidad unos amigos me invitaron hace dos años al Festival de la Lavanda en Brihuega, un pueblecito que se conoce con la Provenza española, y la verdad es que cuando vi aquellas miles de hectáreas de lavanda, en todo su esplendor, y el pueblo teñido de ese color violeta, tuve claro que iba a ser el escenario. Además contribuye a ese simbolismo que tiene la novela de pasar de ese negro del luto en el que vive Lena al violeta como color de la vida. Yo lo llamo 'el milagro de la lavanda' porque llevaba cinco años sin poder escribir y tras el viaje, la misma noche en la que llegué a casa escribí las veinte primeras páginas.
-¿Es un libro triste?
-Nació de un episodio triste pero es un libro lleno de optimismo y de esperanza.
-Este es su séptima novela. ¿Ha cambiado mucho como escritora desde que en 2009 publicase 'Un burka por amor'?
- De eso se darán más cuenta los lectores. Yo siempre digo que soy una periodista que escribe y que precisamente por mi vena de periodista acostumbro a basar mis novelas en hechos reales. Intento escribir lo más entretenido posible, pero supongo que sí habrá una evolución. Es verdad que esta es la novela con más carga personal, pero cuando me pongo a escribir siempre lo hago como si fuera una novela cuente la historia que cuente.
-Unas historias en las que las mujeres siempre tienen el papel protagonista.
-Es verdad y no es algo premeditado. Yo voy buscando historias que me conmuevan y que me emocionen para escribirlas. Ha coincidido que son mujeres normales a las que ha tocado vivir situaciones límites.
-Mujeres enamoradas. ¿El amor es lo más importante en la vida?
-Sí. Lena dice una frase en la novela que a mí me encanta que es que lo mejor que le puede pasar a alguien en la vida es amar y ser amada Puedes tener el mejor coche y la mejor casa e incluso una salud de hierro, pero al final la gasolina de la vida es amar y ser amado. El amor salva el mundo.
-¿Algún día escribirá esa gran historia de amor que vivió con su marido?
-No lo creo. En 'La memoria de la lavanda' ya he dejado alguna pincelada y creo que ya he cometido un exceso. Hay historias que merecen ser contadas, merecen ser narradas y otras que merecen ser vividas y que se queden en el ámbito más personal.
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