

Secciones
Servicios
Destacamos
Un «instante decisivo», una fotografía de viaje que esconde una mirada entrenada y curiosa. Y un posterior trabajo de laboratorio para resolver una «foto difícil». ... Tras el apagón llega la luz. La de La Caverna, el proyecto de Javier Vila, ilumina desde mañana el mes de mayo a través de la mirada de Julián Ochoa (1961). Un fotógrafo-artesano formado en el desierto del autodidactismo de antes de internet. Su trayectoria responde a una senda clásica de aquellos años, como explica el propio Vila: «Llegar a la Fotografía por amor, aprender la técnica, foguearse en el mundo de los concursos fotográficos de los años 70-80, montar su estudio en su pueblo, San Fernando (Cádiz) y ganarse la vida con la Fotografía, «sin perder la ilusión del primer día por sorprenderse en el laboratorio. Y compartiendo generosamente sus conocimientos en talleres y cursos».
En la elección de la foto del mes, dentro del proyecto de este 2025, que afronta el segundo año del quinquenio de colecciones anuales, bajo el epígrafe de 'Apuntes sobre Fotografía en la península ibérica', radica una curiosidad obvia: «El parecido de esa imagen con cualquier imagen portuaria del Santander del último cuarto del siglo pasado». Ochoa comenzó a tomar fotos cuando conoció a su pareja. «Ambos teníamos 16 años y la fotografía nació de la necesidad de preservar esos momentos de verdadera felicidad del primer amor». En su trabajo personal siempre fotografía en analógico y en blanco y negro «por la sensación táctil que me proporciona una copia física donde la artesanía que la acompaña toma el ADN de su creador. Aportar individualidad, algo que considero importante en la fotografía de autor», señala.
El B/N viene motivado porque su fotografía se basa generalmente en tres aspectos formales: la luz, la forma y la sencillez. Ese es el principal motivo de considerar el color prescindible ya que considero que «puede distraer la mirada del espectador. El cuarto oscuro, el laboratorio de fotografía, lo sigo considerando un lugar mágico. Un verdadero laboratorio de ideas.», confiesa. Ochoa relata, a propósito de la imagen destinada a La Caverna, que en una tienda de recuerdos de Hong-Kong observó en unas postales una imagen que desconocía de la gigantesca estatua de un Buda que emergía entre los árboles. El gran Buda estaba situado en la cercana isla de Lantau. Nada más visualizarlas, «no lo pensé dos veces e inmediatamente compré un pasaje en barco de ida y vuelta». Una vez embarqué, cuando el barco comenzó a zarpar me dirigí a su proa y tomé algunas imágenes hacia la zona en sombra de su terraza.
Ochoa, Premio Andaluz de Fotografía, asegura uno de los mandamientos de los fotógrafos 'andarines 'reza que «No solo tienes que mirar adelante, también a tu espalda», eso hice y al girarme, de repente observé la escena que se abría ante mí: Un hombre hundía la cabeza entre sus hombros mientras se concentraba en el remolino de agua que producían los motores del barco al zarpar. Su cabeza había «desaparecido» y un barco que navegaba al fondo de la imagen ocupaba su lugar. Solamente me dio tiempo a realizar dos imágenes antes que la 'cabeza volviera a su sitio' y la escena se disolviera». En un viaje tan largo las imágenes y los recuerdos de un día 'tapan' al anterior y la hoja de contactos se convierte en «mi auténtico diario de viaje».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Síntomas que pueden alertar de un posible cáncer de vejiga
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.