Los expertos en cross

Existe en Selaya un recorrido campestre de unos 600 metros que bordea una de las márgenes del río, junto al campo de fútbol. Los más de 80 niños que corren este año en el Club Selaya-Reparte se han convertido en especialistas a la hora de superar las cuestas de ese desafío lleno de dificultades: calor, frío, desniveles y mucho barro los días de intensa lluvia. «Por eso somos tan buenos en cross. Nos van las pruebas difíciles, como el Regional de este año en Parayas, y por eso obtuvimos más medallas que ningún otro club de Cantabria», comenta orgulloso José Gómez, responsable de la entidad.

«Nosotros entrenamos en Selaya los lunes y miércoles. Los martes, jueves y viernes vamos a Sarón, al paseo del Ferrocarril. Todos lo prueban, desde prebenjamines hasta veteranos y todos se hacen fuertes en cross». La pista dura apenas se pisa. «Aquí no hay medios para entrenar en superficie dura, pero es que en todo caso también me parece un poco insana porque machaca mucho las piernas de los niños. Hay que pensar que debajo del tartán hay cemento», explica José Gómez, que también ejerce de técnico ayudado por el entrenador nacional Nicolás Ruiz.

Diversión ante todo

«Lo que buscamos aquí es que los niños lo pasen bien, que se diviertan. No nos importa tanto que corran más o menos, porque hay que entender que cada uno tiene sus posibilidades, sus condiciones físicas. Lo que valoramos es el esfuerzo en los entrenamientos», afirma el responsable del Selaya-Reparte.

Luego están los viajes. «Algo que siempre digo que es lo más importante porque es lo que los chavales van a recordar el resto de su vida. Muchos de estos niños viven en el pueblo y aún no han salido de Cantabria. Por eso cuando vamos al cross de Atapuerca, al País Vasco o a Asturias les encanta».

La movilidad de los pequeños ha sido uno de los fundamentos del club desde su fundación en 2008. «Pusimos en marcha este proyecto porque vimos que había necesidad de ello. Entonces teníamos 25 niños y ahora son más de 80. Vienen de todas partes, no solo de Selaya. Tenemos pequeños de Villacarriedo, Liérganes, Torrelavega, etc». Y resultados no faltan.

«Ahí están las medallas logradas en el regional de Parayas de este año». «Ganamos oros con los benjamines, los juveniles masculinos y las alevinas femeninas. Y aunque no solemos hacerlo, nos presentamos a los relevos en 4x50. Fuimos primeros en la prueba aunque luego hubo una reclamación y nos dieron la plata, pero para no entrenarlo lo hicimos bastante bien», explica Gómez. Su afición por el atletismo viene de antiguo. «Mis hijas empezaron a correr en el club de Abascal en la Vega de Pas. Ahora tienen 27 y 24 años pero por aquel entonces me encontré de lleno con un deporte que me era ajeno, pero que empezó a gustarme. Más tarde, con el tiempo, decidimos que podíamos ponernos manos a la obra para montar un club en Selaya. Y así nació todo esto», explica.

De cara al futuro no tienen grandes ambiciones. «Nos basta con mantener lo que tenemos, que no está nada mal. Lo que sí está claro es que vamos a darlo todo por la cantera. Con los niños vamos hasta el fin del mundo, pero no esperamos títulos ni grandes logros por parte de los mayores. Todo lo que hagan los que superan los 18 años estará bien, pero lo fundamental son los pequeños».

Los valores del club

Algunos, sabe, no terminarán sus días deportivos en las filas del Selaya. «Nunca le diré a nadie que no se vaya. Hay gente con capacidad que ha terminado yéndose a equipos donde les pagaban. Pues me parece bien, qué le vamos a hacer». Lo suyo es otra cosa. «Nosotros no tenemos medios para pagar campeones y por eso nos hemos centrado en hacer buenos atletas desde la base. No solo pensando en la competición, que sería lo peor, sino teniendo en cuenta que son niños y que tienen que pasarlo bien, hacer amigos, disfrutar del deporte y crecer con los valores que da un club como el nuestro».