«No se puede sacar pecho»

«Ha sido un partido durísimo. Uno de los más duros de la temporada», vaticinó Pedro Munitis en la rueda de prensa posterior a la victoria de ayer frente al Tudelano. Fue costoso sobre el césped y al míster racinguista se le vio incluso liberado. Tan concentrado como siempre y consciente de que el choque podía haber terminado de otro modo, pero satisfecho con el resultado y fiel a su mantra: «Sigo diciendo lo mismo: hicimos algunas cosas bien y otras mal». Ni siquiera Simeone repitió tanto hace dos años aquello del «partido a partido». «Tirar flechas en una pizarra es fácil.El mérito es de los jugadores», añadió en otra cita que emula al Cholo.

Liberado de esa presión de semanas atrás, cuando su puesto dependía de que la pelota entrase aunque no de la que el técnico santanderino se impone a sí mismo, Munitis sabe que el clima que rodea al equipo ya es otro, pero no saca pecho: «No se puede sacar pecho, porque a poco que levantes la cabeza siempre hay algún francotirador esperándote», dijo entre sonrisas. Los resultados han traído la calma al banquillo verdiblanco y el entrenador del Racing se permite incluso esbozar alguna broma, aunque la frase tenía también mucho poso. Sobre todo después de que el del Barrio Pesquero sufriera nervios de los sanos. De los del fútbol. Y con final feliz.

El técnico racinguista se deshizo en elogios hacia su rival: «No creo en las casualidades. Nadie ganaba aquí porque el Tudelano es muy buen equipo y éste es un campo muy complicado». Matizó bien. «Ganaba», porque el Racing rompió ayer el maleficio de los visitantes al estadio navarro. Además, del equipo de Manix Mandiola, destacó que es un conjunto «capaz de jugar al pie y al espacio y que, a la disputa de cada balón van como si se acabase el mundo».

«Nos hemos tenido que adaptar a un juego que ellos manejan mejor», reconoció el entrenador santanderino, quien, incluso, aseguró que «en un partido tan disputado, lo más justo hubiera sido un empate». Porque, en su opinión, a lo largo de los noventa minutos podía haber pasado cualquier cosa y los puntos, tal y como se marcharon en el autobús cántabro hasta Santander, se podían haber quedado en Tudela. En esa misma línea, el preparador racinguista no negó «haber sufrido mucho en la primera parte y en la segunda».

Tras el dominio inicial de los racinguistas, el equipo montañés se fue echando, paulatinamente, hacia atrás. Según Munitis, este repliegue se explica más «por mérito de ellos, que por demérito nuestro». El entrenador cree que el acoso navarro fue clave para que sus futbolistas jugasen demasiado cerca de la portería de Óscar Santiago.

«Nuestra intención nunca fue ser conservadores», afirmó el técnico cántabro, quien reveló que «durante toda la semana preparamos el partido sabiendo que ellos adelantaban mucho las líneas. Por eso, nuestra idea era contragolpear con nuestros tres jugadores más adelantados». Y, sobre todo, centraron sus intenciones en «buscar la espalda de sus carrileros». «Pero una cosa es la idea y otra muy distinta lo que sale en el campo y lo que te permite el contrario». Y reiteró su valoración sobre el trabajo de sus pupilos:«Poner las ideas en una pizarra es muy fácil. El gran mérito lo tienen los jugadores de ponerlo luego en el campo, con un rival que trata de impedir que hagas todo eso. Ahí está la virtud de nuestros jugadores», zanjó.

Munitis incidió de nuevo en poner en valor el triunfo racinguista en tierras navarras. «El equipo ha estado bien, ha dado la cara y ha hecho cosas a las que no está habituado», añadió con tono de satisfacción tras superar una racha complicada en el capítulo colectivo y personal. «Ha sido un partido durísimo, quizá el rival más complicado que hemos tenido esta temporada», inistió.