Sin conejo en la chistera
Un Racing poco fresco y falto de fortuna suma en Somozas su tercer encuentro sin ganar
sergio herrero
Miércoles, 2 de noviembre 2016, 19:50
Galicia es tierra de meigas y conxuros. Donde la magia juega un papel fundamental dentro de las creencias profanas de sus gentes desde tiempos inmemoriales. El «haberlas haylas» sigue rondando por los pueblos de este bello territorio tan verde como Cantabria. Tan verde como los colores de Somozas y Racing. Un color que en lo esotérico representa a la vida, a la esperanza. Un tono fresco que el equipo cántabro no tuvo ayer en Somozas salvo una vez avanzado el segundo tiempo. No fue suficiente y la botella ya no está tan llena como antes. Ya son tres los encuentros sin victoria. Dos puntos de nueve ¿Anecdótico? El tiempo lo dirá. Los de Viadero, aunque pudieron ganar por ocasiones, se estrellaron en el meta Mandaluniz y en el ruido metálico de los palos, que ya se ha convertido en banda sonora del conjunto verdiblanco.
Si el terreno de juego del coqueto estadio Alcalde Manuel Candocia es pequeño, el Somozas lo intentó minimizar aún más. El objetivo era ahogar al Racing. Sin embargo, el equipo cántabro no tuvo excesivos problemas para encontrar sus huecos de medio campo hacia adelante en los primeros compases de la contienda. A base de combinaciones certeras y apoyos oportunos, los de Ángel Viadero que ayer tuvo que ver el partido desde la grada por la expulsión recibida ante la Cultural Leonesa y que fue sustituido por José María Lana lograron llegar con cierta asiduidad al área local. Como en el primer minuto, cuando un centro de Óscar Fernández lo remató Dani Aquino con la oposición de Antonio y la pelota se marchó a córner. Tras el saque de esquina, Gándara, al que le tocó reemplazar al lesionado Samuel Llorca, remató de cabeza fuera en una posición muy clara. Y si no, siempre estaba la opción de tirar de talento. Héber, que ayer en Somozas se sintió como en casa, volvió a sacar su varita. Realizó un control espectacular en zona de extremo y de la chistera extrajo un recorte de muchos kilates para dejar sentado a su marcador. Su pase raso al área no encontró rematador.
Sin embargo, el Somozas, con las medidas tomadas a su propio estadio, pese a que aún no ha ganado ningún encuentro como local, tenía guardada un arma escondida para los últimos metros:velocidad. Así, los gallegos crearon peligro a los visitantes, aunque la mejor ocasión llegó en un disparo lejano de Amaro que Iván Crespo envió a córner. El lanzamiento desde la esquina lo cabeceó Rami a las manos de Iván Crespo. No fue más que el aviso a lo que iba a llegar. En otro córner colgado al área, la defensa racinguista despejó y Rami enganchó una volea que se desvió en la maraña de piernas y batió a Iván Crespo. Mala suerte.
Al Racing se le pusieron las cosas tan negras como la intensa noche que se cernía sobre la pequeña localidad coruñesa. Oscuro se quedó el ideario cántabro. Como hechizado, el equipo montañés desesperó en un escenario que se le había puesto muy cuesta arriba. Viadero, en el descanso, tiró del libro de trucos racinguista. El primer arreón tras el descanso fue pura efervescencia, con una clara ocasión de Mikel Santamaría, cuyo remate de cabeza lo detuvo con grandes reflejos Mandaluniz.
Los cántabros no encontraron el dominio necesario para dar la vuelta al marcador hasta que a los gallegos les empezaron a pesar las piernas por el esfuerzo realizado en la primera mitad. No hay remedio mágico contra el cansancio. El técnico verdiblanco, desde su puesto en la grada, ordenó a su extensión en el banquillo tomar riesgos. Visto lo visto, era la única opción. La apuesta fue retirar a Bontempo para dar entrada a Goñi en la delantera. Del inamovible 4-4-2 a un 3-2-3-2 de urgencia que sirvió para meter a los locales en su área.
Ataque constante
El Racing empezó a percutir sobre la meta de un felino Mandaluniz. Al fin y al cabo, los gatos son las mascotas predilectas de las brujas. El exportero de la Gimnástica vio primero como un centro chut de Héber grindaba sobre el larguero del arco del Somozas. Poco después, el cancerbero, con un movimiento eléctrico, repelió un disparo a bocajarro de Caye Quintana desde dentro del área. Fue la acción previa al empate racinguista. Como los alpinistas, Dani Aquino tiene clavada la banderita sobre el punto de penalti. Él se lo guisó y después lo transformó. El murciano fue derribado dentro del área y posteriormente puso las tablas en el marcador del Manuel Candocia.
En el simbolismo celta, que une las historias paralelas de Cantabria y Galicia, el toro representa la fuerza y el poder. El problema es cuando el ímpetu se estrella contra el metal. Un tacto que el Racing está probando, desgraciadamente, de forma muy habitual. Con los de ayer, son siete disparos a los postes en los últimos tres encuentros ocho en los cuatro partidos en los que el equipo montañés no ha logrado la victoria. El toruco Aquino mandó un zapatazo en un lanzamiento de falta con la escuadra entre ceja y ceja. Pero la pelota se encontró con el maldito travesaño. Los de Viadero tendrán que colocar una ristra de ajos en la portería en la que ataquen a partir de ahora.
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Somozas 1 - Racing 1
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Lana analiza el partido
La nueva ocasión marrada desembocó en la frustración final. Esta vez no hubo truco de última hora ni diosa fortuna que echase un cable. Como mucho, al cuello. El partido terminó en empate y Somozas sigue siendo un enclave gafe para un Racing que no ha logrado pasar de las tablas en ninguna de sus dos visitas. La Cultural Leonesa se marcha a tres puntos en el liderato y la Ponferradina aprieta por detrás y ya está a cuatro del Racing. Toca bogar.
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