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Los miembros de la orquesta Super Hollywood en una actuación.

Las orquestas sobreviven a los DJ en las fiestas

Estas agrupaciones cubrían antes el 95% de los festejos, mientras que ahora alcanzan un 65%. El resto le pertenece a las discomóviles, que cada vez les «comen más terreno» durante el verano por su repertorio y flexibilidad

Pepa Pizcueta

Lunes, 14 de agosto 2023, 07:21

Desde hace décadas, las verbenas y fiestas populares han sido el latido festivo de los pueblos y ciudades. Las orquestas, principales protagonistas para animar estas celebraciones, están «volviendo a la normalidad» tras una etapa en la que «no trabajaban nada» y el mundo de la música «ni lo olieron», como asegura Toni De la Fuente, director de De La Fuente Producciones Artísticas, productora a la que pertenecen las reconocidas orquestas Anaconda y Malassia. Así fue durante los años 2020 y 2021, cuando la pandemia paralizó la vida pública, incluyendo las tradicionales verbenas y eventos musicales. «Estuvimos dos años parados al 100%», confirma Isidoro López, director gerente de Prones, la promotora de la orquesta cántabra Super Hollywood. Tras un 2022 de retorno a lo grande, pero mermado para muchos grupos por los efectos del parón, este año se vive como un regreso a la normalidad. Aunque el contexto, explican, haya cambiado. Sobre todo, por la competencia con los DJ en los programas festivos. Ahora toca repartirse con ellos la animación del público.

Las fiestas traen consigo «las ganas de vivir la vida» y, a la vez, describen «nuevos desafíos y cambios en la dinámica musical». Fue el año 2022 el que marcó el regreso triunfal de las verbenas y, de su mano, de las orquestas. Un gran desafío. «Vivimos un golpe muy fuerte», según señala De la Fuente, que alude a la «increíble» afluencia de gente en las fiestas. La nostalgia y el deseo acumulado durante dos años desembocaron en un «efecto explosivo», que llenó cada cita y recordó a todos la importancia de «vivir el momento». Desde la orquesta Super Hollywood confirman que el año pasado fue un «'boom' exagerado» debido a la «cantidad de fiestas que había por todos sitios». ¿Motivos? Público y ayuntamientos ansiosos por celebrar y un periodo con elecciones a la vista.

Con dificultades, eso sí. No todas las orquestas pudieron revivir tras el covid. «La pandemia se comió entre un 30 y 35% de agrupaciones de orquesta que desaparecieron y que no han vuelto ya», apunta el director de De La Fuente Producciones. Incluso, formaciones que resisten, como Anaconda, no pudieron salir a la carretera porque los efectos de la pandemia dificultaron que completara a tiempo –desde enero se planifica todo– un plantel suficiente.

Galas cerradas

¿Cómo les va este año? El trabajo ha descendido «un pelín», pero sigue en buena linea. «El verano pasado fue superior, el tema ha descendido un poco, aunque el nivel sigue estando alto». Lo demuestran los números. En esta temporada estival, la orquesta Super Hollywood se destaca con 75 galas ya contratadas, y una ambiciosa meta de alcanzar 85 espectáculos cuando acabe el año. En una muestra de trabajo en equipo ejemplar, «los músicos han establecido este objetivo y se encuentran en camino de superarlo», comenta López. El periodo comprendido entre mayo y octubre es el epicentro de las contrataciones, donde se concentra el 90% de los compromisos (el otro 10% suele venir de la mano del fin de año). Durante estos meses, los acordes y la energía de la orquesta llenan los escenarios en plazas como Salamanca, Madrid, Segovia, Burgos, Soria, Asturias, Galicia, Navarra, La Rioja, entre otros. También en Cantabria, claro, como por ejemplo el pasado 24 de julio en Santander, que congregó a aproximadamente 3.000 seguidores en el Sardinero.

La anticipación es una virtud en el mundo de la música en vivo. En esta línea, las contrataciones con un año de antelación no son inusuales. Aguilar de Campoo y San Vicente de la Barquera ya les han llamado para asegurar su presencia en 2024.

Malassia y Anaconda también cosechan éxito esta temporada. Malassia, con más de 70 días ya cerrados, aprovecha su experiencia del año previo, mientras que Anaconda renace con alrededor de 50 espectáculos este año. Además, sus actuaciones no se limitan a lugares pequeños, ya que son orquestas con una magnitud importante que demandan un caché considerable, propio de ayuntamientos grandes. Suances, Laredo, Torrelavega o Castro, en Cantabria (entre otros) y actuaciones en otras comunidades como Extremadura, Aragón las dos castillas o Cataluña.

Miembros de la orquesta Anaconda.

Nuevo contexto

Con todo, López considera que lo que está ocurriendo es una evolución. «Antes las orquestas eran el 95% de los festejos, ahora es un 65%. El otro 35% le pertenece a las discotecas móviles y a los DJ». Su gran competidor. Han entrado con fuerza en el mundo de las verbenas y ofrecen un repertorio más adaptable y con mayor flexibilidad (es una persona y no necesita el volumen de plantilla que mueven las orquestas).

«El DJ ha entrado a formar parte de este entorno musical, pero con una intensidad muy fuerte que nos come terreno», afirma De la Fuente. La capacidad de los disc-jockey para mezclar géneros y ritmos sin interrupciones encaja con el público más joven. Asimismo, la figura del DJ aborda una limitación de las orquestas: la música electrónica. «Este tipo de música es muy difícil de tocar con solo instrumentos. Las orquestas no van a desaparecer pero algunas van a dejar de existir por los gustos de la audiencia más joven».

Lo que hay ahora es un periodo de convivencia. López destaca que actualmente se contrata tanto a orquestas como a DJ para una experiencia completa, combinando lo mejor de ambos mundos. «La media horaria de una orquesta son cuatro horas y suele empezar sobre las 23.00, Lo que hacen los ayuntamientos es contratar un disc-jockey hasta las seis de la mañana», explica de la Fuente. Unos y otros se reparten el programa de fiestas.

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