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Transacción. Acuerdo al que se llega entre personas que sostienen inicialmente posiciones distintas, cediendo cada una algo en sus posiciones respectivas (María Moliner).
Transformación. Dar ... otra forma a lo existente mediante reformas sustanciales (idem).
A los líderes se los conoce por sus acciones. Los líderes providenciales son transformacionales, transforman el sistema establecido cuando este presenta síntomas de agotamiento, lo renuevan sustancialmente para que vuelva a ser funcional; así pues, lleva aparejado cambios esenciales en las reglas del juego. Por ejemplo: el cambio de régimen del franquismo a la democracia; el 'New Deal' de Roosevelt tras la Gran Depresión. Se trata de líderes excepcionales; los líderes habituales suelen ser transaccionales, consiguen que el sistema funcione adecuadamente de acuerdo con las reglas del juego establecidas.
Cuando estas reglas se deterioran, al punto de provocar crisis continuas hasta meter a la sociedad en un callejón sin salida, es cuando se precisan líderes providenciales. El problema está en que estos líderes tardan en aparecer; entre tanto, la situación se sigue pudriendo y ¡ay! se abren las puertas a los falsos salvadores, a los impostores, a los locos que se creen líderes providenciales.
La tragedia de Trump es que trata de transformar el sistema a base de transacciones. Nuestra tragedia es que, al hacerlo, está cambiando las reglas del juego; pero, ¿a su pesar?, no consigue frenar la degradación y rejuvenecer el sistema sino que está acelerando su decadencia.
Antes de que apareciera Roosevelt, en medio de la debacle causada por la Gran Depresión, fueron los grupos mafiosos los que se aprovecharon de la situación para imponer sus reglas del juego. Con las consecuencias de todos conocidas a través de novelas, cine y teleseries. La administración Trump desprende un aroma inconfundible a Don Corleone en sus prácticas comerciales y diplomáticas. Trump utiliza alternativamente las amenazas y la magnanimidad; trátame con respeto y admiración y serás bienvenido en la Casa Blanca; pero no me contradigas en las más desmesuradas propuestas porque padecerás el fuego y la furia del infierno. Para él, el ejercicio del poder es tener y ejercer la capacidad de infundir miedo con todos los sinónimos: pánico, alarma, sobresalto…
Trump ha utilizado la táctica del miedo y las amenazas para chantajear a los mayores bufetes de abogados y a las mejores universidades, a la manera en que la mafia amenaza por sorpresa a las más respetables entidades privadas. Los cuales se aprestan a cumplir sus abusivas demandas, con la vana esperanza de que la desagradable experiencia desaparezca tan súbitamente como se produjo. Chivos expiatorios que son castigados ejemplarmente, para que los demás escarmienten en cabeza ajena y se avengan 'voluntariamente' a cumplir sus novedosas reglas del juego.
Pero no conforme con aplicar dichos prácticas de puertas adentro ha decidido hacerlas extensivas a los asuntos exteriores. Solo que su guerra de tarifas aduaneras ha resultado ser el talón de Aquiles de la estrategia trumpista. Trump creía que si presionaba a sus socios comerciales con suficiente contundencia estos acabarían tirando la toalla (la lucha libre es su deporte favorito) y aviniéndose al chantaje. Su hijo afirmó, famosamente: «Yo no quisiera ser el último país en llegar a un acuerdo comercial con mi padre. El primero que negocie saldrá ganando (?), el último será un perdedor absoluto». La amenaza no pudo ser más explícita.
Ocurre que la realidad real del universo en que se desenvuelve la economía global, es bastante más compleja que la compraventa de terrenos y la negociación con contratistas de obra. Trump ha iniciado una guerra comercial con todos los países exportadores al mismo tiempo; no solo eso sino que también ha partido por la mitad las cadenas de suministro de las grandes multinacionales. Demasiados contendientes como para que sus prácticas mafiosas funcionen con todos a la vez.
Los inversores se han precipitado a vender acciones un día y recomprarlas a la semana siguiente, siguiendo las oscilaciones de Trump y causando el caos en las bolsas mundiales. Las grandes empresas de manufactura cancelan sus proyectos a corto y medio plazo, incapaces de operar bajo las condiciones creadas por Trump. Entretanto, el 'padrone' de la mafia china ha decidido responder al fuego trumpista con el fuego, en lugar de tirar la toalla. Trump trata a Putin y Xi como si fueran los 'capos' de mafias rivales a la suya, sabe que no va a conseguir asustarlos, así que prefiere repartirse con ellos los territorios. Lo que no sabe y nunca va a reconocer es que, frente a esos dos 'padrinos', Trump está en clara inferioridad de condiciones.
La pregunta del millón es ¿qué espera ganar Trump con todo esto?: No está logrando mantener el poderío y la influencia global de EEUU; al tratar a Europa como territorio hostil, está socavando su estatus de superpotencia sostenido por la OTAN durante 75 años; y el riesgo de una guerra entre superpotencias está más próximo. La respuesta a esta pregunta tendrá que esperar.
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