Restaurantes, viviendas, hoteles, tiendas, oficinas, espacios culturales constituyen su hábitat más familiar y profuso. El suyo es un estudio joven multidisciplinar de arquitectura, diseño e ... interiorismo. Hace ahora una década los santanderinos Miguel Crespo y Javier Guzmán junto al madrileño Sixto Martín, arquitectos por la Escuela Técnica Superior de Madrid, emprendieron la aventura creativa. En la actualidad cuentan con sedes en Madrid y Santander, desarrollando sus proyectos tanto en ámbitos nacionales como internacionales. Su trabajo abarca ya más de 50 obras, intervenciones y actuaciones, publicadas en medios especializados, algunas de las cuales han sido reconocidas con diversos premios como los prestigiosos NAN Construcción 2019, EuroShop Retail Design Award '18 Shanghai, International Design Media Award 2018 Shenzhen, o Casa Decor 2013 y 2014. Al inicio del verano recibían la distinción anual 'Design Vanguard' de la revista americana 'Architectural Record', que les señalaba como uno de los mejores nuevos estudios de arquitectura del mundo.
–Zooco surgió en plena crisis económica. ¿Era un desafío y una manera de reafirmarse en que es posible otro tipo de arquitectura?
–Fue un desafío dejar nuestros trabajos y apostar por formar un estudio cuando todos nuestros compañeros de profesión se iban al extranjero. Los tres entendíamos la arquitectura como un proceso en el cual tomas tus propias decisiones y las materializas y preferimos tomar ese camino aunque los inicios fuesen muy difíciles. Tuvimos que cambiar el concepto de arquitectura que nos habían enseñado en la universidad y empezar desde lo más básico. Fue más un proceso de entender la profesión de otra manera más que otro tipo de arquitectura.
–Tras la crisis, aunque su estela sea muy pesada, ¿puede concluirse que la arquitectura ha cambiado definitivamente?
–La arquitectura da respuesta a necesidades de la sociedad y se amolda a las situaciones de ésta. Está en continuo cambio por lo tanto. La crisis ha dado una lección muy importante a todos los sectores de la sociedad, otra cosa que es hayamos aprendido esta lección.
–¿Cómo se conjuga el diseño y la arquitectura?
–El diseño es un proceso por el cual se da una solución útil (ya que su fin es la interacción con el usuario), funcional y estética a un problema o necesidad planteada. Por lo que para nosotros es imprescindible para hacer arquitectura; otra cosa es si todo el diseño es arquitectura.
«Nos ha dado una lección muy importante a todos los sectores. Otra cosa es si la hemos aprendido»
–¿La coherencia, la búsqueda de un estilo reconocible, es la mejor moda?
–Nosotros intentamos huir de las modas, creemos que los buenos diseños son atemporales. La arquitectura tiene una función a la que responder y la moda es superflua y desaparece. La moda debe ser accesoria y los espacios capaces de funcionar sin su influencia. Tampoco creemos en tener un estilo y esa es nuestra intención, que cada proyecto sea fiel y coherente a un concepto que dé respuesta a la necesidad planteada. Para nosotros esta es la mejor moda, pues no caduca.
–¿Se acabó la arquitectura espectáculo y viva la low cost?
–Para nosotros todas las arquitecturas son válidas, mientras no sea un despilfarro sin función o no dé respuesta a una necesidad. No hay una verdad única. La arquitectura debe ser responsable y tiene que ser sostenible en el tiempo, independientemente de su presupuesto, el cual vendrá determinado por diversos factores.
– Las ciudades se han extendido hacia lo que ahora se llama el «territorio difuso». ¿Sería deseable ordenar el desarrollo de forma concentrada, haciendo frente al despilfarro?
–Con el boom inmobiliario vimos cómo las ciudades crecieron sin planes urbanísticos claros. Se puede ver en cualquier ciudad de España cómo urbanizaciones se han quedado aisladas y no forman parte de un tejido urbano; el crecimiento debería haber sido ordenado con visión a largo plazo, de manera que compartiesen servicios e infraestructuras, creando ciudad.
–¿Da la impresión de que la urgencia reside en construir carriles bici y no en acometer una verdadera renovación urbana?
– Vemos el carril bici como algo que se debe implementar en las ciudades ya que el coche entendido de la manera actual es algo insostenible en el tiempo. Para que realmente sea una intervención real debe entenderse como un cambio en conjunto de nuestros viales, de modo que la convivencia de los diferentes medios de transporte sea real y no propaganda. Los medios de transporte no contaminantes, la peatonalización de las ciudades y la paulatina desaparición el coche es algo que deberemos aceptar para la futura sostenibilidad de nuestras ciudades y todo eso se debe entender cómo una reforma conjunta planeada en el tiempo.
–¿Cómo valoran el Proyecto Pereda, dado que es una intervención limitada por su condición de BIC?
–Hemos visto la propuesta y se trata de un encargo complejo y cargado de responsabilidad debido a que posiblemente sea el edificio más emblemático de la ciudad. Nos parece que es un proyecto respetuoso, que no compite con el edificio original y añade nuevas situaciones en la ciudad que pueden ser muy atractivas para el ciudadano. Lo importante es que tanto el Centro Botín como el Proyecto Pereda, dada su cercanía, se complementen con contenido de calidad, haciendo de Santander un referente cultural.
«Intentamos huir de las modas. Los buenos diseños son atemporales y ahí la moda es superflua»
–¿Cómo es el Santander que han imaginado y pensado?
– El Santander que imaginamos, es un Santander en el que la gente joven pueda emprender y se quede a vivir. La ciudad ha mejorado mucho y se ha modernizado pero quizás le falte apostar en esa dirección, pues se trata de una ciudad con un entorno privilegiado y muy cómoda para vivir. Con el impulso de esta gente joven, la ciudad se modernizaría, sería más ambiciosa y tendría cabida una nueva arquitectura como respuesta a nuevas necesidades e implementación de las ya existentes.
–¿Cuándo están en Madrid y les preguntan, cómo definen a Santander?
–Pues como una ciudad bella y privilegiada por su entorno y con una gran calidad de vida. Y a los que siempre te preguntan: (a los que vivimos o hemos vivido mucho tiempo en Madrid) ¿y qué haces viviendo en Madrid?: la necesidad de nuevos retos, proyectos laborales y aprender de nuevas experiencias.
–¿Existió la burbuja arquitectónica?
–Sí que existió, quizás por el efecto Guggenheim, o por el boom inmobiliario que se quería construir a toda costa, porque parecía un negocio infinito. Creo que esto ha supuesto una imagen negativa del arquitecto ya que se encargaron muchos edificios innecesarios que no tenían una función real o no se iban a poder sostener económicamente en el tiempo.
–La nueva sociedad del ocio, ¿está pidiendo a gritos una arquitectura funcionalmente humana?
– Plantear los espacios arquitectónicos como contrapeso a la forma de vida digital dominante en la sociedad actual parece un concepto muy interesante. Ciertamente la manera actual de relacionarnos, de trabajar y de socializar está muy alejada de patrones y cánones humanos. Seria muy deseable que los espacios en los que vivimos aporten esa humanidad tan necesaria y cada vez más escasa.
«Plantear los espacios como contrapeso a la vida digital dominante es un aspecto muy interesante»
–¿Han cambiado tendencias, señales y conceptos tras recibir el Design Vanguard 2019?
–Con gran alegría recibimos el galardón hace dos meses. Durante este tiempo hemos percibido una mayor atención hacia nuestro estudio desde los medios de difusión especializados, convocatorias de premios de arquitectura e instituciones relacionadas. No obstante, nuestra dedicación y esfuerzos diarios siguen siendo los mismos.
–¿Cómo definen la propuesta de Zooco?
–Nuestra filosofía consiste en abordar cualquier tipo de encargo, independientemente de su escala, presupuesto y programa, con la misma actitud y ambición creativa, aplicando un mismo proceso en busca de una solución apropiada y valiosa, tanto desde el punto de vista artístico como funcional.
–¿El equilibrio entre lo sostenido, sobrio, funcional y personalizado es el objetivo básico?
–Sin duda. Creemos que en la palabra equilibrio radica la clave para alcanzar un diseño óptimo desde todos los puntos de vista. Protagonismo/contención, retórica/sobriedad, universalidad/personalización, creatividad/funcionalidad… son algunas de las dicotomías necesarias para la concepción de un buen proyecto. Sólo en función de las necesidades del encargo y otros condicionantes previos seremos capaces de encontrar la justa medida de cada una de ellas.
–¿En qué consisten sus espacios 'Play-working' en Los Ángeles?
–Estos espacios nacen bajo la premisa de ser un parque infantil, con la particularidad de que no sólo los niños son los protagonistas. Es una tipología mixta que intenta dar respuestas a nuevas demandas sociales en EEUU, según las cuales, en un mismo local, padres y niños pueden disfrutar de su tiempo libre de forma conjunta o separada, jugando, haciendo deporte, leyendo, trabajando, etc… Está funcionando realmente bien y esperamos que tenga mucha trayectoria.
«Santander necesita de faros arquitectónicos que atraigan la atención, sin descuidar la gestión»
–Saenz de Oiza, Navarro Baldeweg (casi ausente), Renzo Piano, Cruz y Ortiz, Chipperfield..., pero el Cabildo, el frente marítimo, diversos barrios, Gamazo, el proyecto de unificar las estaciones es un interminable mantra...
–Es el eterno dilema. Por un lado, intervenciones singulares e icónicas, atractivas y con una amortización pública rápida por parte de sus promotores; en el otro lado, transformaciones de mayor calado urbano, reivindicadas históricamente y poco rentables durante la corta vida útil de una legislatura. Creemos que ambas maneras de hacer y mejorar la ciudad son necesarias y complementarias: Santander necesita de 'faros' arquitectónicos que atraigan la atención tanto del santanderino como del visitante exterior, y que sitúen a la ciudad dentro el panorama cultural y turístico de calidad nacional e internacional que se merece. Ello no es contrario a la correcta planificación, gestión y financiación de las intervenciones necesarias en su tejido histórico y en sus infraestructuras. Para ello hace falta voluntad y financiación.
–¿Qué opinión les merece el Centro Botín? ¿Se puede hablar de un nuevo skyline en Santander?
–En líneas generales es una intervención muy acertada. El tiempo lo está demostrando. Urbanísticamente ha resuelto numerosos problema y carencias: los Jardines Pereda conectados directamente con el mar, inclusión en el tejido urbano del parking del ferry, soterramiento del vial que separaba esa zona de la bahía con el centro de la ciudad (generando una manera diferente -y mejorada- de recorrer la ciudad), y la generación de nuevas vistas de la ciudad y hacia la bahía tanto desde el interior como desde la cubierta. En cuanto a la formación de un nuevo perfil urbano qué duda cabe que el Centro Botín ha modificado el skyline del centro, entre otras cosas porque esa era la vocación del edificio, aislado en su entorno, protagonista e icónico. Será necesario dotar al edificio de contenido cultural de forma prolongada para que sus cualidades culturales se equiparen a las urbanísticas.
«En líneas generales es una intervención urbanística muy acertada, con protagonismo e icónica»
–¿Consideran clave y bien planteada la peatonalización?
–El proceso de peatonalización del centro de las ciudades es un fenómeno deseable e imparable, compatible con el lógico y necesario periodo de adaptación de sus ciudadanos. Transcurrido éste, no nos cabe duda de sus ventajas para el ciudadano y su vida en la ciudad. Sin embargo, una transformación de este tipo siempre debe ir acompañada de mucho trabajo previo por parte de la administración pública, aportando alternativas de movilidad, mejorando las existentes y velando por minimizar posibles trastornos.
–¿Parte la arquitectura en Santander de un cierto complejo de inferioridad al tener a lado la bahía?
–No. Somos de la opinión de que los entornos privilegiados son una gran oportunidad para la arquitectura. Sentir complejo de inferioridad sólo tiene lugar si se intenta colocar en el mismo plano de importancia al edificio y a la bahía, lo cual no parece una actitud muy sensata. Sólo cuando el arquitecto acepta el lugar subordinado que le corresponde a su edificio, mediante el diálogo y respeto con ese entorno, tendrá probabilidades de crear algo valioso para la ciudad.
«Entornos privilegiados como la bahía son una gran oportunidad para la arquitectura»
¿Complejo de inferioridad?
–¿Santander sigue pagando las malas decisiones y actuaciones tras el incendio de 1941?
–No conocemos en profundidad las decisiones tomadas después del incendio. Por las imágenes que hemos podido ver los aspectos a nivel histórico y estético de la ciudad no se respetaron en su reconstrucción. Es una lástima que Santander no tenga un casco antiguo al nivel de sus calles perimetrales.
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