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Una hembra de rebeco y su cría, fotografiadas recientemente. / DM
PROTAGONISTAS

Vuelve el rebeco

La reintroducción de la especie en la Montaña Oriental ya es una realidad, con 17 crías

REDACCIÓN

Jueves, 24 de enero 2008, 02:02

Cinco años después de que Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH) iniciara el Proyecto para la Reintroducción del Rebeco Cantábrico, el regreso de esta emblemática especie a la Montaña Oriental de Cantabria, tras más de un siglo y medio, es ya una realidad consolidada. Así lo confirman las 17 nuevas crías nacidas en libertad la pasada primavera. El presidente de FNYH, Carlos Sánchez, presentó ayer en Santander el «exitoso resultado» de la campaña.

La cifra de nuevos nacimientos eleva ya a 55 el número de ejemplares censados en la zona por el servicio de guardería de FNYH, gracias a la cofinanciación de Obra Social Caja Madrid (OSCM) a través de la iniciativa Conservación de la Biodiversidad en la Montaña Pasiega. El director de zona de la entidad financiera, Pedro Larrañaga, acompañado de Leoncio Carrascal, presidente de la Sociedad de Caza de Arredondo, resaltó la apuesta de la entidad por las iniciativas de carácter medioambiental.

La reintroducción del rebeco cantábrico en la Montaña Oriental, de donde había desaparecido mediado el S. XIX, comenzó en enero de 2002. En el marco del proyecto europeo LIFE-Naturaleza Recuperación y Conservación de la Biodiversidad en la Cuenca del Río Asón, FNYH procedió a la suelta de seis ejemplares, dos machos y cuatro hembras que se adaptaron bien a su nuevo hábitat. A día de hoy son ya 38 los rebecos nacidos en libertad en la zona desde el inicio del proyecto.

Esta labor de recuperación de la biodiversidad de las zonas de montaña del oriente cántabro prosigue con éxito, a su vez, gracias a la colaboración de colectivos locales como la Sociedad de Caza de Arredondo, que colaboró en el establecimiento de un área de veda en el coto del lugar. Carrascal, su presidente, cree que el proyecto ha reducido el furtivismo.

Fábricas y pastos

La Montaña Oriental fue sometida durante los siglos XVII y XVIII a un importante proceso deforestador que acabó con la práctica totalidad de las masas boscosas. El principal motivo: el suministro de madera a los Reales Astilleros de Guarnizo para la construcción de barcos destinados a la Armada española, así como la obtención de combustible para las Fábricas de Artillería de Liérganes y La Cavada.

Por otra parte, la paralela expansión de las actividades agroganaderas, tuvo como consecuencia un aumento de la superficie de pastos. Estos dos fenómenos originaron una importante pérdida de biodiversidad de la montaña, que culminó con la desaparición de unas 20 especies de vertebrados, entre las que destacan el oso pardo, el urogallo o el propio rebeco cantábrico. Los últimos rebecos de los que se tiene testimonio en la Montaña Oriental databan de 1845.

Las capturas de ejemplares destinados a la Montaña Oriental en la fase inicial del proyecto de reintroducción se llevaron a cabo en la zona cántabra del Macizo Central o de los Urrieles, en los Puertos de Salvorón, el Monte Quebres y los Puertos de Áliva.

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