El alcalde pide «un análisis riguroso» antes de vender el solar de Puertochico

Toda la urgencia que mostró uno, frente a toda la «cautela» y el «análisis riguroso» que pidió el segundo. Y toda la información que proporcionó el primero, frente al desconocimiento que confesó aquél. Si el presidente regional detalló ayer ante los medios de comunicación que pretende vender el solar de Puertochico «en 2013» previa recalificación para usos «residenciales y comerciales», el alcalde de Santander, quien debe aprobar tal recalificación perentoria, respondió que «no conocemos qué se quiere hacer» en la susodicha finca, porque nada le ha trasladado hasta la fecha la administración autonómica.Eso dijo Íñigo de la Serna, también ante los micrófonos.

Presidente y alcalde se escucharon pues sus respectivas opiniones sobre Puertochico a través de los medios de comunicación. El Gobierno de Diego aún no le ha comunicado alAyuntamiento sus intenciones, tan meditadas y avanzadas que los presupuestos regionales del próximo ejercicio ya consignan el ingreso correspondiente, dentro de una partida general de 30 millones por «venta de solares» en los que ha incluido otras propiedades públicas, pero «en desuso», que Diego no concretó. Los presupuestos, además, modifican una ley para poder adjudicar por subasta o de forma directa inmuebles y fincas como la de Puertochico, que hasta esta legislatura iba a albergar una nueva sede del Gobierno autonómico.

Debido a ese destino, que decidió otro dirigente del PP (el expresidente José Joaquín Martínez Sieso) y para el que se contrató al arquitecto navarro Rafael Moneo hace una década, el solar está reservado en el planeamiento de Santander para uso dotacional. Pero Diego necesita que puedan edificarse negocios privados que interesen a alguna promotora potente, porque en plena recesión le urge hacer caja. «Debiera haber pisos y también debiera tener usos comerciales», deseó ayer Diego. O expresado de otro modo, «parámetros razonables para dar el mayor valor posible» a un terreno que «convendría vender en 2013», según afirmó.

Como la situación urbanística actual «le resta todo valor», el Gobierno quiere que el Consistorio agilice una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana de Santander (PGOU), que entró en vigor el mes pasado. Sería la primera en un documento recién estrenado y que la capital ha tardado más de un lustro en sacar adelante.

Sin plazos

Diego dijo que le ha encomendado a los directores generales de Ordenación del Territorio y Urbanismo que se reúnan con el concejal de Urbanismo (es decir, los mismos actores que en el último año y medio han ultimado el PGOU). Y, desde el otro lado, el alcalde subrayó que, en efecto, «en estos momentos no tenemos conocimiento del tipo de uso para la parcela» que se pretende enajenar.

Pero De la Serna pidió, ante todo, mucha calma: «Al margen de la viabilidad técnica y económica, al margen del factor de oportunidad, al margen de los condicionantes que pueda haber, lo necesario es actuar con prudencia, hacer un análisis riguroso técnico y jurídico y tomar decisiones una vez que exista ese análisis».

Le preguntaron por los plazos, y a diferencia del presidente no puso fecha: «Como no sabemos qué se quiere hacer, difícilmente hablaremos de tiempos. Tendremos que sentarnos con el Gobierno, escuchar y una vez hecho eso, hacer un análisis riguroso», insistió.

El Gobierno regional elaborará un informe urbanístico previo sobre los parámetros que pretende otorgarle a un predio con 9.000 metros cuadrados en pleno cogollo de la ciudad donde antaño se ubicaban la Diputación Regional, un cuartel de la Policía Nacional y los garajes Loriente.