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El poeta José Hierro y el escritor Manuel Arce, en la exposición celebrada en Madrid conmemorativa de los 50 años de 'La Isla...'. / DM
Poesía

Una edición facsímil nacional recoge la aventura de 'La Isla de los Ratones'

Visor edita los 26 números de la revista literaria santanderina (1948-1955), fundada por el escritor y galerista Manuel Arce, quien recuerda el proyecto como «un juego hermoso y emocionante»

GUILLERMO BALBONA

Domingo, 4 de febrero 2007, 11:59

En mayo de 1948 aparecía el primer número de la revista 'La Isla de los Ratones'. Una aventura literaria, poética, que emprendía un joven inquieto: Manuel Arce. Casi sesenta años después, aquel itinerario de versos y poemas en el contexto de los difíciles años de la posguerra, se considera un ejemplo significativo de la evolución creativa del hecho poético y un referente obligado de la España cultural de los años 50. Tal dimensión de la revista literaria santanderina 'La Isla de los Ratones' queda ahora ratificada una vez más con la edición facsímil nacional, 'Hojas de poesía 1948-1955', que acaba de lanzar Visor.

Una publicación que concluyó en 1955, pero complementada con una colección de libros -ésta sí de larga vida (hasta 1986)- bajo el mismo nombre. Manuel Arce, fundador, director y editor contaba veinte años cuando se sumergió en la arriesgada aventura de un proyecto insólito, afrontado «con dos inesperados compañeros de viaje»: Joaquín y Gonzalo Bedia. Los tres se confesaban «ciudadanos del mundo». La mítica imprenta de los hermanos Bedia, el entusiasmo de Arce, un espíritu joven en torno a la iniciativa y el deseo de «hacer algo diferente» en el panorama de la revistas literarias de títulos rimbombantes, son aspectos que sustentan los orígenes de un proyecto que en el texto del primer número saludaba ya el poeta Vicente Aleixandre como 'Una revista en otro núcleo ardido'.

En la edición que ahora Visor pone en las librerías españolas, Manuel Arce traza un recorrido introductorio «sobre el contexto cultural en el que se proyectó la revista y se manifestó como publicación». En palabras del escritor, aquella aventura fue «un juego hermoso y emocionante» que inició con los Bedia, a cuya memoria precisamente dedica esta plasmación facsímil de aquel histórico itinerario de voces poéticas.

En su mirada al pasado, evoca los factores que concurrieron a la hora de emprender aquel desembarco no exento de graves dificultades, caso de la lucha contra la censura oficial y los obstáculos económicos, como bien retrató el cronista y escritor Aurelio García Cantalapiedra en su libro 'Desde el borde la memoria'. Ahora el propio Arce concluye, tras repasar los dimes y diretes a propósito de personajes de la época, fechas y anécdotas y, por supuesto, problemas, que 'La Isla de los Ratones' «significó hacer realidad el afán que alentaba mi juventud inquieta y apasionada: un sueño que terminó condicionando el tiempo de mi vida».

Amistad y creación

Arce recuerda que la idea de editar una revista era un proyecto que desde hacía meses venían alimentando un grupo de amigos. En más de una ocasión junto a Carlos Salomón, Carlos Nieto -ambos fundadores y ya disidentes de Proel- «habíamos hablado de la posibilidad de 'sacar' una nueva revista exclusivamente poética».

En casa de los Bedia, en cada velada -apunta Arce- «íbamos perfilando las características de la revista: tamaño, periodicidad, tirada y cómo organizar la distribución a los posibles suscriptores. Y lo más importante, el título». Manuel Arce siempre ha recordado que pensaba en algo informal, lúdico; «más juvenil, loco o disparatado». En una enésima reunión, y tras sugerir nombres sin el menor éxito, el pintor Miguel Vázquez dijo: '¿Por qué no la llamas 'La Isla de los Ratones?'. Fue una salida insólita, apunta Arce. Algo dicho con intención de mandarme definitivamente a paseo. Pero no lo dudé. Repetí el nombre cuatro o cinco veces y me gustó. Se llamará así, acepté».

En el origen de la histórica revista santanderina se halla la aparición, sin ningún contacto con 'Proel', de nuevos jóvenes escritores, algunos pintores y un escultor. El grupo lo integraban, entre otros, Alejandro Gago, Salvador García Castañeda, Ramón Calderón Vázquez, Jesús Pardo, José María López Vázquez, Joaquín Sánchez-Ortiz Losada, Carlos González Echegaray, Manolo Raba, Ramón y Fernando Calderón, Ángel Medina, Carlos Sansegundo...

En esta nueva edición de Visor, Manuel Arce subraya precisamente que para poder hacer este facsímil ha contado con los ejemplares del novelista santanderino Jesús Pardo, quien publicó sus primeros versos en ese número inaugural de la revista.

Los poetas amigos, los primeros números, las figuras de Aleixandre, José Hierro y Julio Maruri y la 'muerte legislativa' de la publicación son objeto del recorrido por la memoria que Arce plasma en la edición incorporada estos días a las librerías.

En aquel número inaugural de 'La Isla....' colaboraron Hierro, Gabriel Celaya, María Teresa de Huidobro, Carlos Salomón, Juan Guerrero Zamora y José María López Vázquez, entre otros. No obstante, con el paso del tiempo en las páginas aparecieron las firmas de 'todos' -destacó en su análisis histórico Pity Cantalapiedra- pues abarcaron desde Juan Ramón Jiménez hasta los jóvenes poetas de entonces, pasando por los del 27, del 36 y del 50 y destacados autores extranjeros.

Un total de 26 números, recogidos ahora por Visor Libros, en los que no faltaron osadas incursiones al publicar poemas de Miguel Hernández y Pablo Neruda.

Por el camino también hubo tiempo para números extraordinarios como el que incluyó graciosas viñetas de ratones dibujados por colaboradores y por artistas cercanos a Arce; o el doble número dedicado en gran parte a la pintura catalana contemporánea.

El autor de 'Testamento en la montaña', 'Oficio de muchachos' y 'El precio de la derrota', un activista de la cultura hasta el presente, consideró que la revista llegó a su fin cuando el juego apasionante fue sustituido por otra aventura, la de la galería Sur.

Recuerdos

La Universidad de Cádiz publicó una ingente historia de las 'Revistas literarias españolas del siglo XX (1919-1975)', en tres volúmenes editados por la casa Ollero y Ramos. La obra colectiva patrocinada por varias instituciones, entre otras la Fundación Gerardo Diego y el Centro de la Generación del 27, cuenta con un trabajo del poeta santanderino Juan Antonio González Fuentes, quien también ha abordado y reflejado la importancia de 'La Isla de los Ratones'. González Fuentes subraya cómo, desde sus primeros números, no sólo ofreció espacio para la poesía, sino también para la prosa y para el arte, «fundamentalmente a través de la incorporación de ilustraciones realizadas tanto por los mejores y emergentes pintores cántabros del momento, como por algunos de los jóvenes artistas españoles (destacando por su número los catalanes), e incorporando también a algunos pintores ya importantes en esas fechas», como Cossío o Benjamín Palencia.

Cabe recordar también que, con motivo del 50 aniversario de la revista, Caja Cantabria encabezó la organización de una serie de actos conmemorativos, caso de una exposición, que tras su presentación en Santander fue exhibida en la Institución Libre de Enseñanza en Madrid; la publicación de un libro -'Poesía española del medio siglo. La isla de los ratones'- sobre los avatares de esta revista poética, así como un ciclo de conferencias.

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