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Suelo. Entre las sugerencias planteadas se propone la revisión del área de El Millajo, cercana a la Albericia, enclavada junto al túnel de salida de la S-20. :: JAVIER COTERA
Santander

Carencias urbanísticas

El Plan General de Santander debe subsanar errores en la calificación de suelos antes de su aprobación final | El Ayuntamiento deber revisar la calificación otorgada a zonas de Corbán, La Albericia, Ojaiz y Camarreal

JOSÉ EMILIO PELAYO

Domingo, 22 de agosto 2010, 11:07

A juicio de los evaluadores del Gobierno el Plan General presenta diversas carencias que deben ser subsanadas. Las más problemáticas son urbanísticas y requieren una modificación de la programación de usos y de la calificación de suelo que se ha otorgado a algunas zonas de la ciudad. Además, se han enumerado otras anomalías que afectan tanto a las proyecciones del número de viviendas del 'Santander futuro' como a las necesidades de infraestructuras derivadas de su desarrollo.

En materia urbanística, los informes -en teoría los últimos que se enviarán al Ayuntamiento para su discusión- plantean que hay defectos en la consideración urbanística de zonas como Ojaiz, Camarreal y La Albericia.

En otras casos, el documento es categórico: el PGOU presenta un «déficit general de partida de espacios públicos libres, más acentuado en la zona centro de la ciudad», con el añadido de que «en la propuesta se aprecia la ausencia de una distribución homogénea» de estas áreas en las zonas de nuevo crecimiento. Un «debe» que tendrá que justificarse y motivarse o, en su defecto, modificarse por los redactores del planeamiento y los técnicos municipales que ya vienen trabajando desde hace semanas en los documentos de 'rectificación' que plantea el Ejecutivo regional. La enumeración de defectos del texto es extensa, pero en fuentes cercanas a Obras Públicas se mantiene que «las discrepancias no son insalvables». Se confía en que pueda alcanzarse un consenso y que el PGOU sea sometido a la a la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (CROTU) en breve para su aprobación final.

Los requerimentos que el Gobierno demanda del Ayuntamiento de Santander para su inclusión en el Plan General no tienen carácter oficial (administrativamente a Urbanismo sólo le corresponde pronunciarse cuando se remita el documento final) pero se cree que un «trabajo previo» y consensuado facilitaría la aprobación.

Las propuestas incluidas en varios documentos de análisis son concretas. Se demandan cambios de calificación de algunas zonas y a veces se propone que se fije la categoría contraria de 'suelo no consolidado'. Es el caso de áreas ubicadas en Corbán (28.546 metros cuadrados), Peña de Peñacastillo (26.854 metros cuadrados), La Albericia Este (29.775 metros cuadrados), la zona destinada a sede del Cuerpo de Bomberos y talleres de ese servicio municipal (75.534 metros cuadrados), y el sur de La Remonta (22.138 metros cuadrados).

También se requiere que se proceda a la revisión de la calificación concedida a los terrenos ubicados en las áreas denominadas El Millajo (de 93.700 metros cuadrados y situada al Norte de la S-20 tras superar el túnel de Albericia), Ojaiz Norte y Ojaiz Sur y El Pedroso-Camarreal (en la periferia Oeste de Santander). En estos casos se explica que «gran parte de sus ámbitos no reúnen requisitos de suelo urbano y tienen características urbanísticas similares a los sectores urbanizables de su entorno».

Con carácter global, los técnicos mantienen que el Plan General adolece de una falta de programación lógica que defina el futuro desarrollo del suelo y una articulación de usos adecuada. Y es que se considera que esa 'articulación' no está garantizada y por ello se exigen mayores definiciones sobre qué se entiende por barrios y ámbitos funcionales. Específicamente, los técnicos creen que en las fichas urbanísticas de suelo que contiene el PGOU se regulan los usos previstos pero «no se favorece la mezcla de los mismos predominando el uso residencial como único uso en gran parte de ellos, reservando en otros casos porcentajes para uso terciario y productivo que oscilan entre el 3% y el 10%». El uso productivo masivo -se añade- se concentra principalmente al Oeste del municipio. Y otra sugerencia: «parece conveniente y en defensa de un desarrollo sostenible, fomentar el uso hotelero frente a la segunda residencia y viviendas vacías que de acuerdo con los datos de la memoria del Plan representan aproximadamente el 30% de las viviendas actuales».

La enumeración de defectos a corregir se extiende: el sistema general de Peña Castillo no cumple con los requisitos precisos de los estándares urbanísticos; los espacios libres proyectados junto a viales no tiene dimensiones suficientes; el futuro Parque Litoral Norte debe zonificarse de forma que se desarrollen en primer lugar las zonas más próximas a los núcleos ya existentes...

En materia de infraestructuras también se apuntan deficiencias a corregir y se demanda un estudio y planificación de los parkings disuasorios a construir; el estudio de las conexiones transversales, principalmente de General Dávila y la Calle Alta; la revisión de la categorización de la red viaria, incluyendo una red de itinerarios peatonales y de carril bici, y una modificación del ancho de las aceras, que se estima insuficiente.

El análisis de la calificación de suelo que detalla el Plan General es el que provoca los mayores reparos para la aprobación del texto. Hay discrepancias sobre la calificación que debe darse a aquellos suelos que hayan ido desarrollándose durante la tramitación de la norma urbanística. En este caso, y ante los diferentes criterios, el Ejecutivo requirió un informe jurídico que establece que no hay inconveniente en aceptar la consideración de suelos en vías de consolidación para 120 supuestos que así han sido registrados en la revisión del Plan General.

Como norma se prevén dos situaciones para aquellos terrenos que no cuente con la correspondiente licencia antes de la aprobación del Plan: que hayan alcanzado la consideración de solar, pero sin licencia; o que ni siquiera tengan esa consideración. Los jurídicos dan por correcta la interpretación municipal referida a los primeros, en tanto que para los segundos queda supeditada su consideración de suelo urbano consolidado a la propia modificación del Plan General.

Se pide también al Ayuntamiento que aclare con precisión qué es lo que ocurrirá con los suelos que habiendo iniciado su transformación no sean compatibles con el nuevo planeamiento, ya que los técnicos del Gobierno han detectado que el documento ha considerado como urbanos «todos los terrenos que se encontraban en esta situación».

La programación urbanística también es contestada.Como norma cree que el texto debe dejar sentado con total claridad que «a la hora de programar los nuevos crecimientos hay que plantear no sólo el desarrollo temporal sino también el espacial de manera que los sectores más alejados no se desarrollen en tanto no se edifiquen los bordes de la ciudad». Aunque para los técnicos son discrepancias 'menores' tampoco hay coincidencia a la hora de analizar la hipótesis de las que parte el Plan General para establecer las futuras necesidades de infraestruturas de servicios básicos de Santander.

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