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Las autoridades municipales, con el alcalde a la cabeza, visitaron las obras de reforma. :: CELEDONIO
El Palacio de Riva Herrera abrirá en dos meses con visitas guiadas
Santander

El Palacio de Riva Herrera abrirá en dos meses con visitas guiadas

El edificio se convertirá, posteriormente, en un «centro pionero en la región» de enseñanza de artes plásticas audiovisuales

GONZALO SELLERS

Viernes, 5 de agosto 2011, 02:57

Con cinco siglos de vida en sus piedras y décadas de abandono, el monumento civil más antiguo de Santander reabrirá sus puertas dentro de dos meses tras una inversión de 1,5 millones de euros. El Palacio de Riva Herrera, situado en Pronillo, se convertirá en un «centro pionero» en Cantabria en la enseñanza de artes plásticas audiovisuales. Con la rehabilitación en su recta final y antes de convertir sus estancias en aulas, despachos y estudios de fotografía o música, los vecinos podrán visitar este «museo vivo de la historia de la ciudad», como ayer lo definió el alcalde, Íñigo de la Serna, durante la visita que realizó al inmueble. «Es importante que todos los vecinos tengan la oportunidad de conocer lo que ha sido el palacio, lo que es ahora, y cómo se ha recuperado», añadió.

Una vez finalizadas las visitas, llegará el momento de dotar al edificio con los medios necesarios para convertirlo en un centro docente de artes audiovisuales. Será entonces cuando se instale un plató de fotografía y vídeo, un estudio de grabación y tratamiento de audio, aulas tecnologías y una sala de proyección, además de otros espacios dedicados a la videocreación, el arte digital y la animación gráfica.

El Ayuntamiento espera que el Gobierno regional pueda colaborar en la financiación de los equipamientos, mientras que los detalles de quién y cómo gestionará el centro todavía «están abiertos a varias alternativas». El alcalde dejó abierta la puerta a una cooperación público-privada o con la Administración regional.

Financiación

El concejal de Cultura, César Torrellas, explicó que la actuación de rehabilitación del palacio tenía dos objetivos. En primer lugar, recuperar el edificio civil más antiguo de la ciudad, que se encontraba «en un estado realmente ruinoso». Fue la Universidad de Cantabria la que realizó el examen estructural del edificio y, posteriormente, en colaboración con el Gobierno regional, se tramitó la financiación del Ministerio de Fomento.

Precisamente, el Consejo de Ministros autorizó el pasado mes de junio a Fomento un compromiso de gasto de 710.300 euros, distribuidos en dos anualidades, para la rehabilitación del Palacio con cargo al 1 % dedicado a temas culturales que proviene de los fondos del citado ministerio.

En segundo lugar, en el Foro de la Cultura se estableció un debate, sobre si el edificio podía ser dedicado a museo de la ciudad o hacerlo a las enseñanzas artísticas vinculadas a las nuevas tecnologías. «Debido a las características propias del edificio», que consta de salas «muy pequeñas», no había «espacio suficiente para albergar un museo del siglo XXI, con nuevas tecnologías y salas amplias, explicó Torrellas. Además, el lugar «no es el más accesible de la ciudad, ni por aparcamiento ni por su ubicación». Por lo tanto, «viendo la necesidad que tiene la ciudad de espacios dedicados a la educación vinculada a las nuevas tecnologías, al arte contemporáneo», se decidió destinar el edificio a ese uso.

Historia del Palacio

El Palacio de Pronillo o Riva Herrera es el único edificio de estilo renacentista que hay en la capital cántabra. Su historia se remonta al siglo XVI, cuando la familia de navieros Riva Herrera lo construyó en un entorno que, entonces, estaba poblado de campos de labor, viñedos y arbolado. El edificio, de tres plantas y 818 metros cuadrados en una parcela de casi 2.000, ha sido testigo de acontecimientos históricos en los que sus dueños fueron protagonistas, como la llegada de una Armada Invencible derrotada, o las cartas que se escribieron a Felipe II desde sus estancias, que albergaron al Mando Mayor de las tropas Napoleónicas en la toma de la ciudad.

El palacio es de propiedad municipal y el Ayuntamiento inició hace un año el proceso de expropiación forzosa para que una parcela colindante, propiedad de la Sociedad de Garantía Recíproca de Cantabria (Sogarca), pasase al municipio y se una al solar sobre el que se asienta el edificio ahora en reconstrucción. De esta manera, la finca segregada en dos parcelas hace treinta años vuelve a ser sólo una. La finca que se unirá a la principal mide 953 metros cuadrados. Es un terreno no susceptible de edificación y aprovechamiento privado. Está calificada en el Plan General como suelo urbanizado y consolidado como equipamiento público.

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