La ola de calor empieza a alejarse de Cantabria
Durante este domingo, en Campoo y en Camaleño se han superado los treinta grados | Aemet prevé que este lunes las temperaturas descenderán ligeramente
DAVID REMARTÍNEZ
Lunes, 20 de agosto 2012, 15:28
La zona de Campoo está este domingo en alerta amarilla (riesgo) por altas temperaturas que alcanzarán los 36 grados, mientras que en el resto de la comunidad autónoma se espera que los valores máximos rondan los 30. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) pronostica para hoy en su web máximas de 31 grados en Santander y Torrelavega, de 32 en Cabezón, de 33 en Potes, en tanto que en Castro Urdiales se alcanzarán los 29 y en San Vicente de la Barquera, los termómetros llegarán hasta los 28.
Cantabria ya no estará en alerta mañana y el lunes por altas temperaturas, según la Aemet, que mantiene el aviso por la ola de calor en varias comunidades autónomas.
¿Y cómo se soporta este calor?
«La única manera es quedándose en casa por la tarde, a la sombra, echando una siesta o viendo la televisión. Claro, el que pueda hacerlo», explica Elvira, una vecina de Polientes que sí puede permitirse ese lujo.
Los residentes en la zona Sur de la región, Valderredible, Campoo y Liébana, especialmente, fueron quienes peor lo pasaron, con momentos en los que el termómetro se disparó. Esta situación ha llevado a que las playas de Cantabria estén plagadas de bañistas, que las zonas de recreo de los ríos del Sur de la región tengan máxima ocupación, y que el centro de las ciudades, pueblos y villas de la región, apareciesen ayer desiertas en las horas centrales del día.
Temperaturas extremas
Las olas de calor, como las de frío, son cíclicas y en las localidades que sufren temperaturas extremas están acostumbrados a combatirlas. Así lo explica María Ángeles Martínez, propietaria de la Posada 'Los Vallucos' en Villaverde de Hito (Valderredible). «Nuestras casas son de piedra y nos libran tanto del calor como del frío. De hecho, dentro de casa, hay que ponerse a veces la chaqueta». Sus clientes, algunos andaluces, «se sorprenden cuando llegan y ven que estamos a 35º o más. Aquí se combate el calor con la siesta y baños en el río Ebro, que sí que baja fresquito».
El albergue 'El Portalón', en Vega de Liébana, acoge a unas 85 personas, normalmente familias, que disfrutan de actividades al aire libre. «Estos días estamos asados, y para tratar de pasar el mal trago, la gente se pasa el día en la piscina municipal. Por ejemplo, en una prueba de tiro al arco, al que le tocaba tirar salía del agua, el resto de los contendientes esperaban su turno dentro de la piscina». Carlos Orta, su propietario y director, dice que lo mejor «es cuando cae la tarde-noche, la temperatura se normaliza y se sale a la calle para entablar las tertulias hasta las tantas de la noche aunque el otro día el termómetro marcaba 28 grados a la una de la mañana».
«Los campurrianos estamos acostumbrados a todo»
Julián Hevia vive en Reinosa y como bien dice, «los campurrianos estamos acostumbrados a todo». Este hombre, de 72 años, jubilado de una gran empresa, explica cómo hacen en su ciudad para vencer los 35º que ayer marcaba el termómetro exterior de su casa: «El truco está en abrir toda la casa muy pronto, con la fresca, y cerrarla a cal y canto hasta la noche, botijo y abanico. Yo salgo por la mañana, pero después de tomar el blanco, me retiro».
Contrariamente a lo que se podría pensar, que esas temperaturas invitan a comidas más livianas, en Potes, y prácticamente en toda Liébana, el cocido es el plato diario. En el restaurante 'Casa Cayo' lo tienen claro: «Estamos pasando mucho calor, lo que sorprende a nuestro clientes de Madrid y de Levante, pero así todo el menú no cambia: cocido lebaniego y lechazo de la tierra, con su copita de orujo. A pesar del calor el cocido, todos los días, se agota».
No obstante la fórmula que parece más popular, y más ajustada a los tiempos que corren, es la fiambrera con la tortilla, los filetes empanados, y pasar el día a la sombra de los muchos lugares habilitados para el picnic en Cantabria.
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