Roban los motores de nueve embarcaciones de recreo en los muelles de Pedreña

Nueve embarcaciones de recreo de entre cinco y seis metros de longitud amanecieron ayer en los muelles históricos de los mariscadores de Pedreña sin motores de fueraborda. Sus dueños se despertaron atónitos cuando les avisaron a primera hora de que entre las tres de la madrugada y las ocho de la mañana un total de diez botes con los que suelen salir a pescar fueron soltados de sus amarres y desperdigados por diferentes zonas de las dársenas para ser víctimas de un robo «insólito» en el municipio.

Fruto de la manipulación llevada a cabo por los supuestos malhechores, uno de los barcos atacados apareció encallado en la zona de Las Quebrantas, en Somo, después de verse arrastrado por la bajamar.

Los de mayor tamaño, y por ende, los de motores de mayor peso, fueron colocados en las rampas de acceso para «facilitar el hurto».

«No es raro que se denuncie el robo de algún motor de manera puntual en estas dársenas para conseguir piezas, pero lo de esta vez ha sido una auténtica matanza de barcos. Una salvajada», relataron a este periódico fuentes del cuartel de la Guardia Civil de Marina de Cudeyo.

Tras recibir la denuncia de la mayoría de los propietarios afectados, los agentes locales de la Benemérita pusieron el caso en manos de la policía judicial para esclarecer los hechos que acontecieron en unas instalaciones de la Autoridad Portuaria de Santander, y que no hay que confundir con las infraestructuras deportivas Marina de Pedreña, donde, aseguran, «la seguridad es máxima».

Según las distintas versiones contadas en el cuartel, el robo múltiple ha supuesto la sustracción de ocho motores de la marca Yamaha y uno de Honda. Su valor oscila entre los 2.500 y 6.000 euros. Y su potencia alcanza en algunos casos los 50 caballos. Además, ha supuesto el destrozo, mediante la utilización de tenazas especiales, de los cableados que conectan estas piezas con el resto de la estructura de los barcos.

En Pedreña nadie se aventuraba a adivinar la identidad de los causantes del supuesto delito. Ni en los bares de alrededor ni el alcalde, Federico Aja, quien prefirió no hacer declaraciones para no perjudicar la labor policial.

Tampoco los propios afectados, que no daban crédito de la «gran cantidad de motores robados al mismo tiempo». Lo que no les sorprendió fue que se haya producido «un robo más» en las dársenas.

«No me pilla de sorpresa. En los últimos años es habitual oír la noticia de que se roban hélices, motores y otros elementos de los barcos en este muelle», lamentó ayer Manuel Ortiz. Este vecino de 39 años de Pedreña se enteró por la llamada temprana de un amigo pescador que su barco, el que usa con frecuencia para salir a pescar como hobbie, había sido uno de las víctimas del robo.

«Me avisaron a las ocho de la mañana que habían colocado algunos barcos en las rampas de acceso al muelle y cuando fui vi que uno de los que no tenía motor era el mío».

Pero a Manuel no le pilló con el pie cambiado el hurto. Recuerda que el muelle es un «blanco fácil» para los que aprovechan estos tiempos de crisis para robar.

«La seguridad brilla por su ausencia. Deberían colocar cámaras de vigilancia porque los que tenemos barco amarrados aquí asumimos que cada mañana tenemos todas las papeletas para llegar al muelle y no encontrar nuestros barco», criticó.

La reclamación de Ortiz, que no le quedará otra que gastarse «1.300 euros en un motor nuevo», no se centra en la pieza principal del barco. Su denuncia, al igual que la del resto de propietarios afectados, también incluye los destrozos que han sufrido los cables que conectan estas piezas con el resto de la embarcación. «Poco puedes hacer ya, más que comprarte un motor nuevo si es que tienes dinero», dijo resignado.