«El problema de la vivienda es tan grave que se eleva ya a emergencia nacional»
«La única manera de ampliar la oferta es incentivar a los promotores y a los propietarios de las viviendas vacías»
Agente inmobiliario desde hace 28 años, cuando se incorporó al negocio de su padre, y presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Cantabria desde hace ... dos, cuando cogió el testigo de un colectivo que emergió de la Gran Recesión, Álvaro Martínez Balbás (Santander, 1976) está plenamente convencido de que 'el problema de la vivienda' empieza a ser ya un 'problemón'. «Se vende y se alquila todo lo que sale, pero sale poco», se lamenta en una entrevista concertada el 12 de junio, día de San Onofre, ermitaño, penitente y, casualidad, patrón de los que desean tener una casa propia.
–Según se desprende del estudio Housing Monitor elaborado por el grupo francés de investigación de mercados Ipsos, que ha explorado las percepciones que tienen los ciudadanos de 29 países de los cinco continentes, España es el país del mundo más preocupado por el problema de la vivienda.
–Eso se deduce, sí.
–¿Estamos ante una emergencia nacional?
–El problema de la vivienda es tan grave que, sí, se eleva ya a emergencia nacional.
–La crisis tiene múltiples aristas, pero ¿se trata, sobre todo, de un problema de oferta?
–Sin duda. Hay muy poca oferta y mucha, muchísima, demanda. Se necesita vivienda nueva que poner a la venta y, por otro lado, hacen falta incentivos para que aquellos propietarios que tienen vivienda vacía se decidan a sacarla en alquiler.
–¿No hay oferta ni se trabaja lo suficiente porque la haya?
–Pues probablemente sea así, sí, porque, a decir verdad, al final, hay menos suelo para construir del que todos pensamos que podría ponerse y, de otra parte, son muchos los inconvenientes que hay que salvar para poder desarrollar un proyecto urbanístico. Muchos trámites... demasiados.
–¿Cómo afectan la morosidad y la ocupación ilegal?
–Lo suficiente como para provocar una merma importante en el stock de la vivienda de alquiler. Hay muchos propietarios que si no sacan sus pisos en alquiler es precisamente por el miedo que tienen a verse involucrados en situaciones tan desagradables como puedan ser el impago o la ocupación ilegal.
«El 50% de los compradores de vivienda son inversores, de aquí y de fuera»
«Ahora mismo hay una media de 30 demandantes por cada piso que sale»
–¿Esto ocurre mucho aquí?
–En Santander hay muchas viviendas vacías. Pero un montón. Entiendo que sus propietarios son personas con cierta solvencia que no necesitan alquilarlas, pero, oiga, le aseguro que si muchos de ellos no se deciden a abrirlas no es por dinero sino por miedo a que se la ocupen.
–¿Y qué impacto pueden tener los pisos turísticos?
–También tiene su incidencia. Tenga en cuenta que esas viviendas, que sus propietarios rentabilizan a través de ese modelo precisamente porque les garantiza que nadie se la va a ocupar, bien podrían formar parte del parque de alquiler de Cantabria y, sin embargo, no es así.
–Tampoco parece que ayude la degeneración del mercado libre en un proceso meramente especulativo.
–No, desde luego que no ayuda. Le diré, por si le sirve para algo, que el 50% de los demandantes de vivienda son inversores.
–Ni los sueldos precarios, que hacen que para muchas familias la adquisición de una vivienda sea, hoy por hoy, un sueño inalcanzable.
–En el último año, el precio de la vivienda ha subido casi un 10%, un aumento sostenido que se viene repitiendo desde hace tres. Estamos hablando de un incremento del 30% en solo tres años. Aún no hemos llegado pero ya rozamos los máximos históricos. Ya me contará usted cómo con los sueldos tan justos que se ven va la gente a comprarse una vivienda nueva.
–Y ante semejante panorama, ¿qué proponen los expertos?
–La única manera de que los precios bajen es ampliar la oferta. ¿Y cómo se puede ampliar esa oferta? Pues, como le dije antes, incentivando tanto a los promotores como a los propietarios de viviendas vacías.
–¿Cómo?
–A estos últimos, por ejemplo, con incentivos fiscales que les empujen a abrir sus viviendas. Yo estoy seguro de que más de uno y más de dos las abrirían si saben que van a poder alquilarlas y a sacarlas una rentabilidad sin tener que pagar equis dinero a Hacienda. Y a aquellos primeros, a los promotores, facilitándoles las herramientas precisas para que el precio de venta no sea más bajo que el precio de construcción, que es lo que está sucediendo no aquí, en Santander, donde los precios se van sosteniendo porque los compradores tienen un poder adquisitivo alto, pero sí en localidades del extrarradio de nuestra capital como pueden ser Renedo, Sarón o poblaciones similares.
–Le pregunto qué proponen los expertos porque no da la sensación de que los políticos estén abordando muy certeramente este problema.
–Es que es muy difícil dar con la tecla, pero bueno... Es verdad que si algunos ayuntamientos revisaran sus planes urbanísticos, que algunos son muy obsoletos, tendríamos más suelo disponible, la oferta se incrementaría, los precios se abaratarían y los promotores tendrían más facilidades para desarrollar sus planes. La clave, o una de ellas, es la construcción de vivienda nueva, que es la que puede favorecer que el parque de la vivienda crezca al ritmo que lo hace el número de personas que desean emprender un proyecto familiar.
–¿Y eso cuando lo vamos a ver?
–No sabría qué decirle, la verdad, porque depende de tantas cosas... Para levantar una promoción no solo hace falta que haya suelo. También hace falta que haya personal cualificado, profesionales, y eso no es tan fácil de conseguir. Conozco casos de constructoras que ahora mismo no están construyendo todo lo que podrían precisamente porque van con el personal muy justo.
Stock y precios
–¿Cuál es en este momento el stock de viviendas a la venta en Cantabria?
–Con exactitud, no lo sé.
–¿Y sabe quién las compra?
–Como antes le dije, la mitad son inversores, de aquí y de fuera; algunos las destinan al alquiler y otros las adquieren como segunda residencia.
–¿Le consta que el suelo de Cantabria se esté poniendo de moda entre los famosos?
–Sí.
–¿Entre quienes?
–Bueno, todos hemos oído que Penélope Cruz y Javier Bardem se han comprado una parcela... también alguna influencer...
–¿Y quién las vende?
–Hay de todo, aunque abundan los herederos de inmuebles que necesitan venderlos porque tienen que disolver el bien común o quienes se trasladan de ciudad por diversas causas.
–¿Cuál es el precio medio de una hipoteca?
–Unos 700 euros.
–Las previsiones de los grandes organismos y agencias de calificación siguen apuntando a subidas de precios de la vivienda que superan las de los salarios.
–Así es.
–La consigna sería algo así como 'si no compras hoy, mañana va a ser peor'?
–Sí. Sí, sí, desde luego.
–Pues vaya.
–Mire, yo tengo un amigo que llevaba diez años buscando piso hasta que, al final, hace dos semanas se decidió a coger uno. Lo ha comprado casi un 40% más caro de lo que costaba lo que estaba mirando cuando empezó a buscar.
–Ya. ¿Y cuál es el stock de viviendas de alquiler?
–Pues hay muy poco, la verdad. Para fijo, que no sea de temporada, por debajo de los 700 euros hay ocho viviendas disponibles, y hasta mil euros podrá haber otras 20. El resto se van por encima de los mil.
–¿Qué precios medios manejan?
–El alquiler en Santander ronda los 12 euros el metro cuadrado, y en la provincia, los nueve.
–Eso son...
–...Ponga que, en Santander, el alquiler de una vivienda media, es decir, de 70 metros cuadrados, cuesta 840 euros.
–Está por encima del precio medio de la hipoteca.
–140 euros por encima.
¿Y ese es un precio razonable?
–No, un precio razonable vendrían a ser 600 euros.
–¿Cuántos demandantes hay por cada piso que sale en alquiler?
–Una media de 30 personas de un día para otro.
–¿Es verdad que los arrendadores hacen 'castings'?
–Es verdad, sí. Hay tanta demanda que, ahora mismo, el arrendador se pueden permitir hacer una selección.
–Esta semana se ha asomado a los telediarios un piso en alquiler que tenía el váter dentro de la ducha....
–...Jajaja, sí, ya sé...
–...y la ducha dentro de la cocina. Pedían 700 euros al mes. ¿Es este un ejemplo del drama que está viviendo España con el asunto de la vivienda?
–Ese tipo de cosas, por suerte, aún no se ven aquí en Santander, porque las cosas no están tan mal como lo puedan estar en Madrid. Pero sí, ese es un ejemplo de lo mal que están las cosas.
–¿Ustedes no sienten bochorno cuando enseñan un piso así?
–A mí, personalmente, me daría vergüenza, sí, pero como le digo aquí no hemos llegado a ese extremo. Aquí se ven buhardillas con muy pocos metros, pero no es tan exagerado.
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