Eduardo Lamadrid
Tras un año en el cargo, hace balance y fija su discurso en el decreto de alquiler de corta estancia. «Llevamos dos veranos de retraso»
Tras una sucesión de presidentes, la Asociación de Hostelería de Cantabria parece haber encontrado la estabilidad de la mano de Eduardo Lamadrid (Reinosa, 1989). Estos ... días cumple un año en el cargo y afronta la época más decisiva del año para el sector. Tiempo de reflexión y de análisis.
–Un año al frente de Hostelería tras una etapa de inestabilidad en la Asociación. Haga balance. ¿Cómo están las cosas?
–El balance es positivo. Este año hemos lanzado varias de las ideas que tenemos en mente y ahora tenemos que profundizar. Porque este periodo, además, ha servido para saber cómo está la situación. Hemos conseguido esa estabilidad que pensamos que era necesaria y, a partir de aquí, toca seguir trabajando para nuestros asociados y el sector en general. Además, hay una parte de trabajo que no se ve y que se ha traducido en 120 nuevas altas de socios.
–Y ya metidos en verano. ¿Qué pinta tiene?
–Sabemos que va a ser un verano bueno o así lo esperamos. Cantabria está consolidada y cada vez nos elige más gente. Estamos contentos con las previsiones que hay, aunque, efectivamente, nos pueden influenciar diversos factores, como el tema de las viviendas de uso turístico.
–Ya que lo dice, es otro verano sin decreto de regulación de las viviendas de uso turístico.
–Sabemos que está pendiente de salir. No llega este verano y llevamos dos veranos de retraso. Es algo que nos preocupa y nos está afectando de manera directa, tanto a los establecimientos como a toda la gente que vive en Cantabria que se queja de que esto no está regulado. Se dice que hay más turismo, pero así tampoco lo podemos medir y así es muy difícil tomar alguna iniciativa. Esperamos que por fin lo acaben de aprobar en el Gobierno. Pero no veremos sus efectos realmente hasta dentro de unos cuantos meses. Una cosa es que se apruebe y otra es cuándo se empieza a aplicar y a ver los efectos.
–La idea, o eso apuntaba el borrador, es dejar buena parte de la responsabilidad a los ayuntamientos. ¿Qué le parece?
–Sabemos que parte de las obligaciones van a depender de los ayuntamientos y creo que deben actuar con ejemplaridad y siendo honestos. No vale que algunos ayuntamientos digan que sus zonas están sobresaturadas si ellos mismos no entran a regular las zonas y las viviendas de uso turístico. Si se van a quejar, tendrán que empezar a poner una solución. Tienen que actuar. Tienen que responder. Los alcaldes tienen que estar a la altura de la situación, modificando las ordenanzas que se consideren oportunas o los planes de urbanismo que tengan.
–¿Y no corremos el riesgo de tener 102 normas distintas?
–Se corre el riesgo porque habrá gente que quiera regular de una manera y otros de otra. Va a pasar porque parte de la potestad va a ser de los ayuntamientos. Pero es lo que digo: tienen que saber actuar sobre ello por el bien de sus propios municipios.
–El decreto de autocaravanas ya ha salido a información pública. ¿Qué les parece?
–Entiendo que todavía tardará en entrar realmente en vigor. Hemos hablado con la Asociación de Campings, que forma parte de Hostelería, para ver cómo lo ven. Hay algunas alegaciones que se han tenido en cuenta, pero hay aspectos fundamentales que no. En cualquier autocaravana que esté aparcada en el exterior, en una plaza de aparcamiento que no esté arreglada para ello, no se debería permitir que la gente duerma. Esto lo tiene que modificar el Gobierno.
–Para este tema, y para otros, se habla desde la Administración de alcanzar consensos con el sector. ¿Se trabaja en esta línea? Fue crítico con las formas para ceder la gestión de La Corza Blanca y la hostelería de Alto Campoo.
–En los últimos meses hemos tenido varias reuniones, tanto con el consejero como con la nueva directora de Turismo, para tratar el tema de las viviendas y otros asuntos. Es cierto que no compartimos en algunas ocasiones la forma de verlo, pero ahora hablamos y trabajamos en ello. En lo de La Corza Blanca, como dijimos, nos parece normal que ahora lo lleve una entidad privada. De hecho, pensamos que el resto de Cantur debería funcionar de la misma manera. No es normal que un organismo público gestione empresas hosteleras, que, además, se ha demostrado, –como en el caso de La Corza Blanca–, que han sido durante años deficitarias. Todas las instalaciones de hostelería de Cantur deberían salir para que puedan entrar empresas privadas a gestionarlas. Pero deberían salir a licitación, no como se ha hecho en La Corza Blanca. La hostelería no tiene que ser un fin para Cantur. No deberían gestionar la hostelería de los sitios cuando, además, son deficitarios y hay empresas privadas que entrarían a querer gestionarlo.
–Hablemos del problema de falta de personal. La respuesta que les dan habitualmente es 'paguen más y cumplan las horas'.
–Creo que no es una cosa de pagar más. Cada vez que hacemos entrevistas de trabajo, esa pregunta suele ser de las últimas. Lo primero que le importa a la gente ahora mismo es la calidad de vida. Y creo que los hosteleros nos estamos esforzando en mejorar la calidad de vida de nuestros trabajadores. Siempre va a haber alguien que incumpla el número de horas, pero, en su mayoría, se cumplen los convenios y las horas. En cualquier caso, es un problema evidente.
–¿Y qué hacen para arreglarlo?
–Estamos intentando cambiar un poquitín esa imagen que todavía se tiene de la hostelería. Sabemos que ha cambiado el número de horas, que han mejorado los salarios, pero queremos mejorar la imagen. Sabemos que es muy importante la formación y en eso es en lo que más trabajamos. Tanto para las personas que no tienen trabajo como para los que están en activo. Hacemos cursos y también sabemos que es muy importante formar a los propios empresarios, darles más herramientas para gestionar mejor aspectos como los recursos humanos o la rentabilidad. De ahí, el último curso, en colaboración con CaixaBank, con Ferran Adrià, y otros de manera continua.
–Le voy a preguntar por varios temas de los que se habla mucho estos días. OLA en el Sardinero desde 2026. ¿Qué?
–Entendemos que la zona del Sardinero es importante que se regule porque hay pocos aparcamientos. Pero hay varios aspectos que nos gustaría destacar. Es importante que el dinero que se obtenga se reinvierta en la zona. En el Sardinero creo que solo hay un cargador eléctrico, por ejemplo. Que se use en adecuar la zona lo mejor posible. Y también nos preocupa qué va a pasar con los trabajadores de los establecimientos. Porque, si sólo pueden dejar el coche cinco horas y su jornada es de ocho... A ver si se puede llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento para que los trabajadores puedan aparcar y desarrollar su trabajo.
–Las ordenanzas de terrazas. Dicen que parece que la ciudad es de los hosteleros...
–Yo creo que no es así. Y a todos nos gusta estar en las terrazas. Cuando damos un paseo por Santander vemos esas terrazas llenas. Dan vida a la ciudad y hacen que la gente disfrute. Es cierto que va a haber una ordenanza nueva que se aplicará para el año que viene o finales de este año. Y veremos en qué condiciones sale. Sabemos que se va a regular el horario y que habrá alguna hora menos de apertura. Esperamos llegar a un consenso con el Ayuntamiento.
–Se quejan por la ampliación de datos del registro de viajeros en los alojamientos. ¿Cómo va?
–Vamos a tener grandes aglomeraciones en los hoteles. Algunos han tenido que contratar a más personal y otros van a sufrir colas. Desde la Asociación seguimos con una reclamación y una alegación a través de la Confederación Española al Gobierno de España, y todavía no hemos tenido contestación. Pero es un tema del que no hay que dejar de hablar porque se mete de lleno en la vida de las personas, de los usuarios.
–¿Y tienen esperanzas?
–Hay que tenerla porque lo que pedimos es justo y, cuando pides cosas justas, tienen que cambiar.
–Los precios. Todo más caro.
–Como bien dice, todo está cada vez más caro, pero eso nos influye a todos. También los costes de las empresas han subido. ¿Suben algo los precios? Sí. ¿Están subiendo al mismo ritmo que nos suben los costes? No. Entonces, la rentabilidad en hostelería cada vez es menor. Y hay gente que lo puede dudar, pero cuando vemos que en los negocios a veces no se continúa, esas sagas familiares que no siguen, es porque las siguientes generaciones han visto la cantidad de horas que han metido sus familiares y no quieren estar atados a su negocio con una rentabilidad menor. La hostelería para los propietarios es un negocio duro.
–Por último, ¿hay masificación en Cantabria? ¿Le da miedo que prolifere la turismofobia?
–Daría miedo porque está pasando en otras ciudades y se le da demasiada voz. Pero en Cantabria no estamos llegando a esos niveles y, sinceramente, creo que no vamos a llegar. Aquí vemos la región con más gente durante cuarenta días al año. Evidentemente, tenemos que medir cuánta gente viene porque no queremos llegar a esas situaciones. Siempre abogamos por un crecimiento sostenible. No queremos unos grandes picos y, por eso, es importante saber cuántos visitantes tenemos y dónde para dar los mejores servicios.
«Desestacionalización es una palabra de moda, pero estamos haciendo poco»
–Todo el mundo habla de desestacionalización desde hace años. ¿Cómo se hace?
–Parece que es una palabra muy de moda y que cada vez se utiliza más, pero el problema sigue ahí y estamos haciendo poco por ello. Cuando se habla de esas viviendas de uso turístico, por ejemplo, abren una parte del año y cierran. Eso no genera riqueza fuera de la temporada y creemos que no hay que intentar fomentar ese tipo de turismo. Recientemente ha habido una jornada de desestacionalización que organizó la CEOE en la que la Asociación de Hostelería no estuvo presente y no se consultó con nosotros, a pesar de que formamos parte de CEOE. Es una cosa que no hemos entendido, ya que somos la asociación empresarial más importante que hay en Cantabria. Cuando nosotros hablamos de la OLA o las autocaravanas hablamos primero con las personas del sector a las que afecta. Creemos que es importante contar con los profesionales, que en este caso somos nosotros, para que digamos nuestras impresiones y contemos cómo está la situación y qué se puede hacer.
–¿Y qué se puede hacer?
–Bueno, tenemos que hacernos fuertes en los valores que nos hacen únicos. Si al final en Cantabria tenemos mar, montaña, cultura y gastronomía, básicamente tenemos todo para hacernos fuertes todo el año. Desde la Asociación de Hostelería no pedimos caridad, no pedimos ayudas. Lo que pedimos es que haya una estrategia clara por parte de todos los actores implicados y, sobre todo, del Gobierno. Sin ir más lejos, para ayudar en la desestacionalizacion Cantur contaba con 1.300 comerciales más, que son nuestros asociados, vendiendo entradas todo el año para sus instalaciones a través de la plataforma de venta. Desde hace meses no podemos hacerlo. Esperamos que esta situación se solucione lo antes posible.
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