

El 'sí, quiero' de Nacho Boluda y Lucía Gutiérrez en la boda del año en Santander
El enlace del empresario naviero y la ingeniera reunió a invitados como Juan Roig y Pedro Trapote en una jornada celebrada entre la Catedral y el Castillo de Agüero
El reloj marcaba las 12.35 cuando un Range Rover oscuro se detenía junto al imponente arco de flores blancas que adornaba la entrada principal ... de la Catedral de Santander. De él salía Nacho Boluda, segundo hijo del naviero Vicente Boluda y presidente de Boluda Shipping, con gesto tranquilo y elegante. Le acompañaba su madre, Verónica Ceballos, de origen torrelaveguense, quien ejerció de madrina de la considerada como boda del año en la ciudad. La ceremonia, oficiada por el obispo Arturo Ros, comenzaría a las 13.00 horas, pero la expectación se instaló mucho antes en los alrededores del templo.
Minutos antes, el padre del novio, Vicente Boluda Fos, había hecho su aparición, vestido con chaqué y rodeado de un pequeño séquito. A su llegada, no dudó en detenerse a saludar y fotografiarse con algunos de los curiosos congregados frente a la catedral, que lo reconocieron de inmediato.

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Poco después, sobre las 13.10, la novia, Lucía Gutiérrez Alonso, llegaba al templo en un Bentley, del brazo de su padre, el médico Francisco Gutiérrez Rubio. Lucía, ingeniera de formación y natural de Rinconeda (Polanco), lucía un vestido de palabra de honor con cuerpo acampanado diseñado por Lorenzo Caprile, al que acompañaba un largo velo que se colocó sobre el rostro justo antes de acceder al altar. Su madre, Pilar Alonso de la Riva, llegaba a la vez pero en un vehículo diferente.
Desde primera hora del mediodía, la Plaza de la Catedral se fue llenando de curiosos. Unas cincuenta personas, en su mayoría turistas, se acercaron para presenciar la llegada de los invitados. Entre murmullos y teléfonos móviles alzados, se comentaban estilismos y se especulaba con los nombres que podrían aparecer. Sonaba con fuerza la posibilidad de que acudieran personalidades como el expresidente del Gobierno Felipe González —quien sí asistió a la boda del hijo mayor de Vicente Boluda en Punta Cana— o incluso ministros en activo, pero finalmente no se dejó ver ninguna figura política de primer nivel, ni siquiera durante la celebración posterior en el castillo, según confirmaron algunos asistentes a El Diario Montañés .
Quien sí apareció, entre aplausos y saludos del público, fue el empresario Juan Roig, presidente de Mercadona, acompañado por su esposa Hortensia Herrero. Roig no solo asistió a la ceremonia, sino que también aprovechó su estancia en Cantabria para visitar por sorpresa el nuevo supermercado de la cadena en Solares, inaugurado apenas un día antes. Según relatan los empleados, su aparición fue inesperada y muy bien recibida por clientes y trabajadores, con quienes conversó de forma cercana.
Los invitados, muchos de ellos llegados en taxis, Cabify y vehículos privados, fueron accediendo poco a poco a la catedral. Algunos aprovecharon para detenerse bajo el arco floral y posar para las cámaras. Entre los asistentes se encontraban numerosos rostros del mundo empresarial valenciano, como Hortensia Roig y su marido, Jesús Ferrer; Mayrén Beneyto; el arquitecto Ramón Esteve; el director general de AVE, Diego Lorente; los empresarios Federico Michavila y Antonio Arias; así como Josita Boluda, hermana del padre del novio, acompañada de sus hijas Josita y Lola. En ese mismo listado de nombres destacados figuraba también el empresario Pedro Trapote, muy vinculado a la alta sociedad madrileña y habitual en celebraciones de este nivel.
Además, hubo presencia institucional y social cántabra, con figuras como el exconsejero Javier López Marcano, el presidente de la Autoridad Portuaria de Santander, César Díaz; el secretario general del PSOE en Cantabria, Pedro Casares; el empresario Modesto Piñeiro; o el exalcalde de Santander, Manuel Huerta.
Durante la ceremonia, algunos invitados optaron por salir a tomar algo a los bares cercanos de la plaza. Fue una escena informal que contrastaba con la solemnidad del acto religioso. A las 14.10 comenzaron a salir los primeros invitados, muchos de los cuales se unieron al ambiente festivo que ya se respiraba en el exterior. La salida de los novios estuvo marcada por los vítores del público: «¡Vivan los novios!», gritaban mientras llovían pétalos y confeti blancos sobre la pareja, que se fundió en un beso antes de subirse de nuevo al Bentley rumbo al castillo.
La organización del evento corrió a cargo de la wedding planner Priscila Llorens, una de las más reconocidas del país, responsable también de bodas como la del actor Jaime Lorente. Ya el viernes, Llorens había dirigido con discreción la preboda celebrada en el Hotel Real, donde Lucía lució un diseño blanco de Zé García —quien también ha confeccionado el vestido que llevará en la celebración posterior—, mientras Nacho optaba por un look informal sin corbata. La novia se alojó allí la noche previa y se preparó en una de sus suites con vistas a la bahía. Su maquillaje corrió a cargo de Mario Rubio y el peinado, un recogido bajo de aire romántico, fue obra de la estilista Ika Sánchez, ambos con amplia experiencia en el sector nupcial y televisivo. Una vez en el Castillo de Agüero, los invitados disfrutaron de un aperitivo al aire libre distribuido en unas 200 mesas, con música de fondo de estilo sevillanas, en un ambiente distendido entre jardines. Está previsto que una empresa de pirotecnia valenciana lance un espectáculo de fuegos artificiales para cerrar la jornada, aunque el disparo deberá esperar a que el aeropuerto Seve Ballesteros cierre operaciones nocturnas, por motivos de seguridad aérea.
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