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La Semana Santa se despide de Cantabria con la sensación generalizada de algo que pudo haber sido y no fue entre quienes viven del turismo. ... En principio, la perspectiva de estas primeras vacaciones del año, con unos días festivos que en esta ocasión caían en plena primavera, hacían presagiar algo mejor. Pero, una vez más, el tiempo, que unas veces es el regalo y otras la condena de esta región, impidió que se cumplieran los mejores pronósticos.
A falta de datos definitivos, Eduardo Lamadrid, presidente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC), estima que la ocupación media de los alojamientos en toda Cantabria puede haber oscilado entre un 75 y un 80%. Es el mismo porcentaje que se registró el año pasado, con la diferencia de que la Semana Santa de 2024 se celebró a finales de marzo, casi en invierno.
«Ha habido varios años que Santander, tanto en Jueves Santo como en Viernes Santo, estaba lleno y no podías encontrar un hotel a última hora. Esta vez tengo la impresión de que tanto esos dos días como el sábado, las tres jornadas más potentes de la Semana Santa, y a pesar de las bajadas de precios, había sitio: los hoteles grandes de cuatro estrellas de la ciudad tenían habitaciones disponibles a última hora, y eso quiere decir que no hemos estado al cien por cien, como ha sucedido en los últimos años. La primera impresión que tenemos es que ha sido peor de lo esperado».
Lamadrid escoge Santander como termómetro del éxito turístico por otro motivo: «Cuando la ciudad se llena la gente empieza a quedarse en los alrededores, y cuando digo alrededores hablo en un sentido muy amplio, que puede ser desde Laredo hasta Reinosa. Si hay muchas camas vacías en Santander, los demás tampoco conseguimos llenar».
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Según el presidente de los hosteleros, los pronósticos meteorológicos han contribuido al pinchazo. «Habían anunciado que iba a hacer muy malo, y una vez mas la Aemet –Agencia Estatal e Meteorología–, se vuelve a equivocar: se tiene que dar cuenta del tremendo daño que nos hace». Ése ha sido un factor; el otro, los pisos turísticos. «Se sigue viendo mucha gente, muchas personas que no tenemos controladas y que se alojan en viviendas de uso turístico. A ver si sacan por fin el decreto de viviendas de uso turístico, que estamos esperando desde hace ya tiempo, y que sea efectivo, que se garantice que se cumple».
«Nos vamos con una sensación agridulce, porque con las expectativas de hace un mes esperábamos una Semana Santa excepcional, y se habrá quedado en aceptable».
70% de ocupación
media, según la estimación de la Asociación de Hostelería.
51.833 visitantes
han recibido Cábarceno, Fuente Dé y El Soplao durante la Semana Santa.
Jaime Paino, presidente de la Asociación de Viviendas de Uso Turístico de Cantabria (Avutcan), cifra en un 80% su ocupación. «Se ha notado la falta de alquiler de última hora por las previsiones del tiempo que se han dado y no se han cumplido. El empuje de última hora es el que llena los últimos porcentajes, y aunque no se han cumplido las previsiones, como el año pasado, los huecos se han mantenido. Al final, la falsa alarma sobre el mal tiempo ha lastrado unos resultados mejores, aunque estamos contentos».
Para la Asociación de Turismo Rural, ha resultado «floja». «Ha ido como estaba planteada en los días previos –explica su presidente, Jesús Blanco–, no ha habido grandes cambios: no ha habido importantes anulaciones ni tampoco muchas reservas de última hora». Indica que la ocupación, «desigual», ha sido mayor en el interior que en la zona costera, «algo normal por la previsión del tiempo».
«La gente sigue buscando y esperando el buen tiempo; son las primeras salidas después del invierno y quiere sol, aire libre, disfrutar de la naturaleza, de los paseos por las playas... y con un mal pronóstico, que luego no se cumple del todo... Es la rutina de siempre, parece que quieren que la gente vaya a otros destinos, no al norte, aunque ha sido donde mejor tiempo ha hecho. Y eso trae como consecuencia estos datos: creemos que no haya pasado de una media de ocupación del 70%».
Eduardo Lamadrid
Asociación de Hostelería
Jesús Blanco
Asociación de Turismo Rural
«El tiempo, sobre todo en el turismo rural, nos influye mucho. Los entornos rurales se disfrutan cuando hace buen tiempo, no cuando hace frío y llueve, por eso esta Semana Santa ha sido más urbana. Son pronósticos muy generales y parece que no han sido muy acertados».
«Para el tiempo que han dicho que iba a hacer no ha estado tan mal», admite Eneko Valle, presidente de la Asociación de Empresarios de Cámping de Cantabria. «El tiempo nos ha respetado, aunque se ha notado que la gente, al dar tan malo, ha mirado otros sitios que tenían mejores previsiones de tiempo». En su caso, esto se aprecia en la gran diferencia de ocupación entre los bungalows de alquiler (90%) y las parcelas de paso para autocaravanas y tiendas (50%).
«El turismo de paso depende más del clima, y si dan estas previsiones la gente es más reticente a venir: si estás al aire libre buscas por lo menos que no llueva. Yo entiendo que acertar es complicado, y eso que cada vez aciertan más, pero no ha hecho tan malo como decían. ¿Ha llovido? Sí, algo, pero ha hecho un tiempo primaveral, con buena temperatura, momentos de calor; ha hecho sol, ha llovido... lo que tiene que hacer en esta época, pero no que iba a diluviar».
«Dentro de todo lo malo que daban al principio no nos podemos quejar: al final, mal que bien, hemos trabajado, con el alquiler estupendo y la gente de paso a la mitad».
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