La fábrica de Nissan en Los Corrales afronta los despidos mundiales con un beneficio superior a 10 millones
Dirección y comité confían en esquivar los recortes globales de la multinacional, a priori centrados en plantas de ensamblaje y motores
En plena marejada mundial del sector de la automoción, con las diferentes multinacionales reduciendo su capacidad productiva para amoldarla al mercado, como bien saben los ... trabajadores de Bridgestone en Puente San Miguel, ahora le ha llegado el turno a Nissan. La multinacional japonesa anunció el martes su intención de despedir a 20.000 trabajadores en todo el planeta, el 15% de su fuerza laboral, tras arrojar unas pérdidas en su último ejercicio fiscal de 670.900 millones de yenes (aproximadamente 4.040 millones de euros). Una tendencia que contrasta con la evolución de la fábrica de Los Corrales de Buelna, que terminó el último año con un beneficio superior a los diez millones de euros.
La factoría cántabra encara por tanto esta reestructuración de Nissan a nivel planetario desde una evidente rentabilidad, cimentada con los cambios introducidos en los últimos años para, precisamente, hacerla más competitiva. La Dirección y el comité se reunieron ayer miércoles para analizar la situación de la factoría dentro de este recorte general, así como el potencial impacto o las principales amenazas.
512 trabajadores
tiene Nissan en su fábrica de Los Corrales de Buelna.
15% de la plantilla
pretende despedir la multinacional a nivel mundial.
Como punto de partida, una cuestión evidente. El proceso se halla en un estadio muy incipiente para poder concretar las ubicaciones exactas donde recaerá la tijera de la multinacional. Al menos así lo trasladaron a los sindicatos los responsables de la fábrica, que sí que confirmaron otra realidad: la pretensión de cerrar siete de las 17 plantas finalistas que Nissan tiene por el mundo. La de Buelna no entra en esta categoría, al encargarse de la producción de piezas que posteriormente suministra a este tipo de instalaciones, así como a nuevos clientes.
Con este planteamiento, el foco actual, según fuentes del comité, está puesto en fábricas que Nissan opera en países como Argentina, India o Tailandia. Sin embargo, dichos ajustes se centrarían en instalaciones que sean ensambladoras y de montaje de motores. De ahí que, con todas las cautelas posibles, Dirección y comité confían en que los cierres y consiguientes despidos no descarguen en Cantabria, donde en la actualidad están en plantilla 512 personas.
Si la planta inglesa de Sunderland se viera afectada el impacto sí llegaría a Cantabria
La reducción mundial de la estructura puede golpear de forma indirecta en Los Corrales
El mayor problema, entienden las partes involucradas, podría llegar si dichos ajustes golpearan con dureza a la planta de Sunderland, a la que suministra el centro cántabro. En cualquier caso, fuentes del comité dudan de este escenario toda vez que dicha factoría inglesa ya ha hecho un importante reajuste de gastos en los últimos tiempos.
Evidentemente, y lo que estaría por ver, es el posterior efecto inducido de la reducción de estructura de Nissan a nivel mundial, que en cualquier caso sería mucho menor que el riesgo actual con esa gran reestructuración encima de la mesa.
Se prevé que de forma inminente la empresa remita una comunicación a la plantilla con más información.
El precedente de 2020
No es la primera vez que la planta cántabra se encuentra en el alambre. En 2020 abordó un profundo «plan de ultracompetitividad» encaminado a optimizar la rentabilidad de la factoría de Buelna. Una hoja de ruta que no sólo contó con sacrificios de los trabajadores a nivel convenio, sino igualmente con aportaciones millonarias del Gobierno de Cantabria. Todo ello dirigido a rebajar el coste de las piezas un 28%, algo para lo que Nissan igualmente destinó nuevas inversiones, como una nueva línea de moldeo.
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