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Charo Urquiza, Rosa Díaz y Mª Antonia Manzano, durante la mesa redonda moderada por la periodista Saray Ceballos. Daniel Pedriza
FORO SOSTENIBLES

Cantabria busca un modelo que no ponga en riesgo su identidad

TURISMO SOSTENIBLE ·

El V Foro Sostenibles aborda los retos y oportunidades de la región

P. Delgado

Santander

Lunes, 24 de noviembre 2025, 19:53

Cantabria está de moda. Es un hecho innegable que se palpa en nuestros municipios y del que se ha hablado largo y tendido a lo largo de este verano, cuando se ha ido superando una cifra récord tras otra. Pero este es un tema que actualmente va más allá de los números, porque afecta de lleno a la convivencia entre vecinos y visitantes de nuestros territorios y a la conservación de nuestros activos turísticos. Este fue el punto de partida del quinto foro temático celebrado en el marco del proyecto Sostenibles. Una iniciativa impulsada desde El Diario Montañés que pone el foco en los retos de futuro de nuestra comunidad desde el punto de vista de la sostenibilidad económica, social y medioambiental.

Así, en esta ocasión, la pregunta que se lanzó a los participantes en el evento fue '¿cómo podemos impulsar un turismo sostenible en Cantabria?'. Xiana Albor, responsable de Comunicación de la Fundación Oso Pardo; Mª Antonia Manzano, concejal de Ribamontán al Mar; Rosa Díaz, alcaldesa de Polanco; y Charo Urquiza, alcaldesa de San Vicente de la Barquera, fueron las engardas de intentar darle respuesta y contar sus respectivas experiencias.

De sus distintas aportaciones quedó una conclusión común y contundente: la urgencia de pasar de la atracción a la ordenación y, en el mejor de los casos, la anticipación como estrategia para una correcta gestión que evite el colapso. Y es que el desafío actual es evidente. En muchos puntos calientes de la región la cuestión ya no es cómo atraer más turistas, sino cómo gestionar a los que vienen para que el éxito no termine por poner en riesgo la esencia de nuestros destinos y su identidad.

Dejaron patente también que, con frecuencia, se utiliza el término sostenible sólo como un «apellido bonito» y necesita recuperar todo su significado para ejercer como un auténtico eje estratégico, pues de ello «depende la supervivencia» de muchos municipios que están colapsados.

De aquí a diez años...

Y tras analizar las distintas casuísticas de cada ayuntamiento –ya que mientras Ribamontán al Mar o San Vicente de la Barquera ya son destinos que rozan o superan sus límites en temporada alta, Polanco está escribiendo ahora el que quiere que sea su modelo de proyección turístico–, la conversación confluyó hacia un conjunto de 'deseos' comunes a los que están intentando llegar, bien a través de políticas locales o de los famosos Planes de Sostenibilidad Turística en Destino.

En este contexto, las tres ponentes hicieron un ejercicio de imaginación para esbozar dónde querrían situar a sus respectivos municipios en 2035. La más ambiciosa fue Manzano, quien aspiró a que Ribamontán al Mar sea entonces «ejemplo europeo de turismo sostenible». Díaz, por su parte, se marcó como meta para la próxima década «haber crecido como destino sin haber perdido nuestra alma». Finalmente, Urquiza dejó un potente lema para el futuro, «Vive San Vicente», con todo lo que ese verbo implica para sus vecinos y visitantes.

Ponencia marco: 'el oso pardo como recurso económico rural' Fundación Oso Pardo

De temer por su supervivencia a medir su rentabilidad: el oso pardo como ejemplo de éxito

La recuperación de la especie permite abordar su papel como recurso turísrico. F.O.P

Hace apenas unas décadas, la conversación sobre el oso pardo en Cantabria giraba exclusivamente en torno a su supervivencia biológica. Hoy, gracias a la recuperación de la especie, el debate ha evolucionado hasta poder hablar de su potencial papel como motor de desarrollo rural y de cómo se puede aprovechar su presencia como recurso turístico.

Sobre todo ello habló Xiana Albor durante la ponencia inaugural del foro, titulada 'El oso como recurso de la economía rural'. En ella, la responsable de comunicación de la Fundación Oso Pardo aprovechó la ocasión para dibujar brevemente el perfil de este emblemático animal y para exponer algunas cifras que permiten entender cuál es su impacto económico y social en algunos entornos rurales donde se localiza.

Xiana Albor, responsable de Comunicación de la Fundación Oso Pardo

En los últimos años, la economía ambiental ha permitido cuantificar con mayor precisión el valor económico que aportan las especies protegidas. En este marco, la Fundación Oso Pardo participó junto a la Universidad de Oviedo en un estudio desarrollado en distintos municipios de la Cordillera Cantábrica. Los resultados, obtenidos entre 2017 y 2018, estimaron que el oso contribuyó a generar 20 millones de euros y a crear o sostener 350 empleos, mayoritariamente en negocios del centro-occidental cantábrico.

El análisis mostró que, en esta zona, una parte importante de los negocios presentaba algún grado de dependencia económica relacionada con el oso. En el sector oriental de la cordillera, esa proporción era menor, aunque ya se apreciaban señales de crecimiento en las actividades vinculadas a su presencia, reflejando un potencial aún por desarrollar.

Un apoyo para fijar población

El empleo generado en el entorno local por la presencia del oso fue otro de los temas de la ponencia de Albor. «El estudio realizado reveló que el 62% de los puestos de trabajo vinculados a la economía del oso estaban ocupados por residentes locales», subrayó, lo que contribuye a «fijar población en estos territorios». Algo crucial, puntualizó, «que va más allá de la economía». Y es que los «habitantes del rural son verdaderos guardianes del territorio».

Oportunidades crecientes en Cantabria

Otra de las lecturas interesantes del informe que presentó la responsable de comunicación de la Fundación Oso Pardo fueron las oportunidades que podrían existir en Cantabria debido a las «grandes diferencias territoriales encontradas en el estudio entre el sector centro-occidental de la cordillera y el oriental, donde se ubica Cantabria». Así quedó demostrado a partir de las cifras de dependencia económica: la probabilidad de encontrar negocios altamente dependientes del oso fue del 83% en el centro-occidente y del 17% en el oriente cantábrico.

Aunque se trata de cifras antiguas, permiten esbozar una tendencia clara: allí donde el estudio contó con una muestra más amplia se observó un impacto económico significativo, mientras que en Cantabria los primeros indicios apuntaban a un interés creciente. Con la actualización del estudio actualmente en marcha, todo sugiere que el territorio cántabro podría registrar un aumento mayor a medida que avance la recuperación de la especie y se disponga de datos más completos.

«Aquí ya tenemos un fuerte impulso del turismo verde y rural, pero todavía tenemos oportunidades para desarrollarlo de otro modo o para incluir al oso pardo como emblema de una naturaleza viva y cuidada», apuntó Albor.

El avistamiento es una de las actividades turísticas más vinculadas al animal. F.O.P

Más allá del avistamiento

Respecto al tipo de negocios vinculados al oso, Albor hizo especial hincapié en que las oportunidades económicas van más allá de las actividades de observación —sin obviar que son el principal polo de atracción para el turista—.

Aunque la investigación realizada entre la Fundación y la Universidad de Oviedo encontró que los servicios relacionados con el turismo de naturaleza y el ecoturismo fueron los que en mayor medida dependieron de la presencia del oso, también detectó otros sectores que se benefician del interés que suscita entre los visitantes, como los alojamientos, el turismo activo, la restauración y el pequeño comercio. También destacó el uso de la figura del oso como reclamo de calidad o símbolo de identidad para determinados productos, como el caso de una marca de miel de un pequeño apicultor.

Cero osos habituados

Para cerrar su intervención, Albor recordó los retos a los que se enfrentan las comunidades de las montañas cantábricas, como el avance de los grandes incendios forestales o la menor hibernación del oso pardo como consecuencia de inviernos más suaves derivados del cambio climático. Además, citó el caso de Rumanía, donde existe un turismo de observación nada recomendable: allí, los animales se acercan a las carreteras en busca del alimento que les ofrecen los humanos.

Sirva como ejemplo de lo que no se debe hacer; de hecho, desde la Fundación trabajan para que no haya un solo oso habituado a la presencia humana. «Hay que evitar modelos de alta densidad turística que maltratan la naturaleza y son poco amigables con el habitante rural. Un objetivo en territorios como el cántabro bien podría ser un modelo que respete el entorno al tiempo que defienda la ruralidad, el medio ambiente y la economía local».

Mesa redonda

Estrategias de sostenibilidad turística en los municipios de cantabria

«Nuestra prioridad es gestionar de manera equilibrada la afluencia de visitantes»

Mª Antonia Manzano

Ribamontán al Mar

Mª Antonia Manzano Daniel Pedriza

«Nuestra prioridad absoluta ahora mismo es gestionar de manera equilibrada la afluencia de visitantes para que el turismo siga siendo una oportunidad, no un problema. Somos un municipio que ha crecido mucho, algo a lo que ha contribuido mucho el surf.

Esto supone que en los meses de mayor afluencia hay grandes presiones en el uso del litoral que impactan en la vida vecinal, la movilidad o la gestión de residuos. Por ello, nuestro objetivo ya no es crecer más, sino crecer mejor.

Con el Plan de Sostenibilidad Turística ponemos el foco en ordenar, mejorar y cuidar el entorno que hace posible nuestro turismo. Y no con obras sin sentido, sino con actuaciones inteligentes que permitan que Ribamontán al Mar siga siendo un destino auténtico, saludable y vivo para quienes nos visitan y para quienes vivimos aquí. Así, hemos dividido el plan en cuatro ejes importantes: transición verde y sostenible, eficiencia energética, digitalización y competitividad».

«No somos un gran destino turístico y por eso queremos hacerlo bien desde el principio»

Rosa Díaz

Polanco

Rosa Díaz Daniel Pedriza

«No somos un gran destino turístico a priori y precisamente por ello, lo queremos hacer bien desde el principio. La sostenibilidad en nuestro municipio dentro de este ámbito gira en torno a tres ejes: preservar nuestra entidad y nuestro patrimonio natural; ordenar el crecimiento de una manera que no perjudique a los vecinos; y utilizar el turismo como un motor complementario que nos genere nuevas oportunidades, pero sin desbordarnos.

Así pues, nuestra prioridad a día de hoy es prepararnos. No tenemos un Plan de Sostenibilidad Turística como tal, así que, por el momento, regulamos mediante políticas de sostenibilidad locales que sirvan para posicionar el modelo que queremos.

Nuestro proyecto estrella está en el Pozo Tremeo, pero no es el único. También queremos incentivar todo el ecosistema cultural en torno a la figura de José María de Pereda. Nuestro proyecto combina paisaje, literatura y patrimonio. Queremos que quien venga viva una experiencia propia».

«La prevención aquí ya no es posible, hay que hacer un diagnóstico y un plan»

Charo Urquiza

San Vicente de la Barquera

charo Urquiza Daniel Pedriza

«San Vicente de la Barquera ha vivido una evolución que ha ido caminando sola, no ha habido prevención. Y es importante ver la sostenibilidad desde el punto de vista social, económico y medioambiental para gestionar el turismo de la forma más equilibrada posible.

Nosotros somos un municipio de 4.000 habitantes y solo por la oficina de turismo pasan 46.000 personas. Esto repercute mucho en los servicios. Como la prevención ya no es posible, ahora lo que hay que hacer es un diagnóstico y un plan. Y estamos en ello.

A través del Plan de Sostenibilidad Turística, con 2.600.000€ ya ejecutados y en un tiempo récord, estamos tomando medidas para favorecer que el turismo se reparta y reducir la presión en el frente costero. Un ejemplo es el control de aforos en las playas, que va a suponer que el aparcamiento sea por minutos para que se ajuste el uso a la realidad que podemos soportar. También se están creando sendas y áreas de descanso para generar turismo interior y movilidad urbana».

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