«Cantabria se juega su futuro en la nueva financiación autonómica»
Pedro Pérez Eslava, director de la Agencia Tributaria de Cantabria ·
«Hay que evitar el conflicto entre los territorios y, sobre todo, entre comunidades autónomas y el Estado»C. De la peña
Domingo, 28 de enero 2018, 07:42
Pedro Pérez Eslava (Pamplona, 1974) vive estos meses a caballo entre Madrid y Santander. Como máximo responsable de la Agencia Cántabra de la Administración Tributaria ( ... ACAT), representa a la comunidad autónoma en la comisión técnica que trata de sentar las bases del nuevo modelo de financiación autonómica, aunque la clave es la negociación política que vendrá después. Pérez Eslava subraya que Cantabria se juega el futuro de los servicios públicos a corto y medio plazo y aboga por el consenso, aunque la ausencia de Cataluña en las negociaciones entre el Gobierno central y las comunidades del régimen común no le hace sentirse optimista sobre el resultado final.
–¿Qué se juega Cantabria en el tablero de las negociaciones del nuevo modelo de financiación autonómica?
–Cantabria, al igual que el resto de las comunidades autónomas de régimen común, es decir, todas menos el País Vasco y Navarra, se juega el futuro a corto y medio plazo de los servicios públicos que son de su competencia. Los niveles de calidad y de prestación de servicios como la sanidad, la educación o los servicios sociales se podrían ver gravemente afectados. Lo que está en cuestión es el modelo de país, qué servicios públicos queremos que se presten y cuál ha de ser el nivel de calidad de prestación de los mismos.
–Cantabria es la comunidad autónoma más beneficiada por el actual sistema de financiación autonómica, aprobado en 2009, que prima el coste efectivo de los servicios frente a otras variables como la población. ¿Es una privilegiada o es una cuestión de justicia?
–No es cuestión de privilegio. El actual modelo, con sus virtudes y sus defectos, supo entender muchas de las particularidades de Cantabria en materia de financiación, lo cual no es una cuestión de justicia. La principal obligación del sistema es atender a esas necesidades.
«Decir que la comunidad autónoma está sobrefinanciada es injusto y además no es verdad»
Sobrefinanciación
–Algunos dicen que somos una autonomía sobrefinanciada.
–No estoy de acuerdo. El sistema de financiación autonómica ha de tener como principal objetivo garantizar la suficiencia financiera de las comunidades financieras de régimen común para asumir las competencias que les son propias. Para ello, el modelo ha de ser capaz de asumir lo más posible las diferentes circunstancias que determinan las necesidades de financiación de cada una de las regiones. En el caso de Cantabria, su tamaño, el coste efectivo de los servicios que presta, su orografía y el envejecimiento de su población determinan unas necesidades de financiación, por lo que en ningún caso debería afirmarse que la región está sobrefinanciada. Eso sí que es injusto y además no es verdad.
–¿Algunas comunidades están atacando el primer puesto que ocupa Cantabria?
–Hay comunidades que defienden un modelo basado en una mayor autonomía y corresponsabilidad fiscales porque recaudarían muchísimo más. No es el caso de Cantabria, que ni tiene una especial vocación autonomista ni capacidad fiscal suficiente como para poner especial interés en reclamar más capacidad en los impuestos. Cantabria defiende un sistema basado en el coste efectivo de los servicios, pero lo importante es que se garantice de manera suficiente la financiación de los servicios públicos de competencias de las comunidades autónomas. No se trata de estar mejor o peor financiados, sino que todas las comunidades estén debida y suficientemente financiadas.
–¿Qué aspectos son irrenunciables para Cantabria en esta negociación?
–Cantabria apuesta por un modelo que debe tener como propósito explícito proporcionar a los ciudadanos de todas las comunidades autónomas el mismo nivel de servicios públicos con los recursos que les proporciona el sistema, inspirándose en el respeto del ‘status quo’ y reconociendo la heterogeneidad de los costes de la prestación de servicios en los diferentes territorios. Las necesidades de financiación de las comunidades autónomas deberán fijarse atendiendo a sus necesidades reales, que se encuentran indefectiblemente condicionadas por el coste unitario de la prestación de servicios, que no es el mismo para todas las comunidades autónomas.
«Provoca un indeseable ‘efecto frontera’ que perjudica gravementea Cantabria»
Cupo Vasco
–¿Cantabria está sola en sus postulados o comparte posiciones con otras autonomías?
–Comparte postulados con los territorios con características similares en materia de financiación autonómica, como puede ser La Rioja, Castilla y León o Asturias.
–¿Se está produciendo un enfrentamiento entre comunidades?
–La negociación no debe plantearse en términos de frentismo. No se debe alcanzar una mejor financiación de un territorio en base a un peor resultado de otros. Hay que evitar el conflicto entre territorios, que muchas veces se ha dado, y, sobre todo, entre las comunidades autónomas y el Estado porque al final el modelo de financiación autonómica determina el modelo de país.
–En 2015, el Gobierno regional recibió del sistema 2.906 euros por habitante, una cifra muy superior a la media autonómica. ¿Ha cuantificado el Ejecutivo cuánto dinero necesita para financiar íntegra y adecuadamente sanidad, educación y servicios sociales?
–En estos momentos se trabaja con diferentes escenarios. Sin embargo aún es pronto para hablar de cifras concretas dado que en primer lugar resulta indispensable fijar la metodología de cálculo aplicable, que sea lo más homogénea posible para evitar que surjan distorsiones.
–¿Ni siquiera han calculado cuánto crecerá el gasto sanitario y el educativo en los próximos años?
–Resulta relevante partir de las cifras de gasto actuales, pero más importante aún es dotar al nuevo modelo de la flexibilidad suficiente que garantice la denominada ‘suficiencia dinámica’, es decir, que el modelo sea capaz de asumir los diferentes cambios que vayan surgiendo. En primer lugar, hay que delimitar los servicios que se deben prestar y cuál es el nivel de prestación para después, en base a los recursos disponibles, establecer un sistema que sea capaz de garantizar la suficiencia dinámica. Piense que, por ejemplo, en sanidad, la aparición de nuevas técnicas o nuevos medicamentos pueden suponer un aumento de gasto considerable y el sistema ha de ser capaz de afrontarlo. No puede ser que el sistema no esté preparado para responder ante un tratamiento paliativo del cáncer, por ejemplo.
«Sin Cataluña en las negociaciones será muy difícil llegar a un acuerdo sobre financiación»
Cataluña
–Revilla cifró en 312 millones lo que dejaría de ingresar Cantabria si se cambia el modelo.
–Es verdad que se ha publicado un estudio en el que Cantabria sufriría esa pérdida inasumible para la región, pero no es menos cierto que se trata de llegar a un acuerdo para que tal circunstancia no ocurra.
–El sistema debía ser revisado en 2014. Es una deuda pendiente del Gobierno central y el gran compromiso del último cónclave del PP. ¿Cree que la reforma se aprobará en esta legislatura?
–Es difícil saberlo. Existe bastante consenso en que el modelo actual debe experimentar alguna modificación, pero las circunstancias del país en este momento no son las mejores para facilitar un acuerdo de tanta profundidad.
–¿Se refiere al proceso catalán y a la ausencia de Cataluña en la negociación?
–Me parece difícil llegar a un acuerdo sin una comunidad autónoma que representa el 20% del PIB del país. La participación de Cataluña en la negociación es trascendental. Es complicado que tengamos una forma de financiación autonómica en la que no están País Vasco y ni Navarra, porque son forales y está en la Constitución, y en la que Cataluña se quede fuera. Un acuerdo de este calibre requiere el máximo consenso porque si no ni va a estar legitimado ni va a funcionar.
–¿Da por perdida esta legislatura en materia de financiación?
–No, los miembros del Comité Técnico Permanente de Evaluación nos reunimos cada quince días y estamos intentando dar impulsos.
–¿De qué manera repercutirá en Cantabria un retraso en la aprobación de un nuevo modelo?
–Cantabria, como las demás, necesita un nuevo modelo de financiación ya, antes de que se generen perjuicios graves, que disminuyan la calidad de los servicios básicos, pero reconozco que las circunstancias políticas son de extrema dificultad en este momento.
–El comité de expertos coincidió en lo impresentable del ‘Cupo Vasco’. ¿Le gusta esta singularidad?
–El problema, desde el punto de vista de la financiación autonómica, no es tanto la singularidad que la Constitución reconoce a los territorios históricos del País Vasco y Navarra, sino la distorsión que provoca el cálculo del cupo en el modelo global. No puede ser que la aportación al sistema de dos territorios tan potentes económicamente sea tan escasa. En realidad, su modelo es prácticamente el contrario dado que esos territorios son autónomos desde el punto de vista fiscal, lo cual genera, entre otras cosas, que su financiación por habitante sea el doble que la de los territorios en régimen común y provocan un indeseable ‘efecto frontera’ que perjudica gravemente a las regiones limítrofes.
–Más directamente a Cantabria.
–Su incidencia en Cantabria es ostensible. No puede ser que a un kilómetro de aquí los tipos impositivos sean menores, y que ciudadanos que utilizan los servicios de esta comunidad paguen sus impuestos en el País Vasco. La competencia desleal de un territorio limítrofe no da posibilidad de defensa lo que crea distorsiones y al final la riqueza elige los sitios.
«El Gobierno no ha dado medios para luchar contra el fraude»
–¿Por qué no se ha aplicado el plan de lucha contra el fraude anunciado en mayo de 2016?
–Porque el Gobierno no ha dotado a la Agencia de medios tecnológicos y personales suficientes. En su defecto hemos adoptado medidas auxiliares, como un plan de control, y ahora estamos en plena valoración de un plan de inspección. Estamos intentando reforzar la plantilla de inspectores, que es insuficiente. Eso ya es luchar contra el fraude.
–¿Se pondrá en marcha esta legislatura?
–Espero que sí, aunque no queda ya mucha legislatura por delante. Depende de que el Ejecutivo apueste de manera más incisiva por la ACAT en el ámbito tecnológico y aporte también más medios personales. Si no tengo los medios el plan no se aplicará.
–Las modificaciones que introdujo el diputado Juan Ramón Carrancio, ex de Ciudadanos, a la reforma fiscal redujeron la recaudación en 30 millones. ¿Cómo van a cuadrar las cuentas?
–No lo sé. Hay dos formas: vía ingresos o vía gastos. En la primera ya no hay margen de maniobra, aunque la evolución de la economía puede hacer que los ingresos se superen. Desde la ACAT intentaremos ser eficientes para recaudar lo más posible, sin perjudicar a nadie. Pero también se puede hacer vía gasto, y en eso yo no tengo nada que decir.
–¿Colaboró con Carrancio en la elaboración de sus propuestas?
–(Risas) No, no.
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