«Ni el covid quita esta ilusión»

Es una de las fechas preferidas de los más pequeños y, tras un año complicado, las familias reciben el día de Reyes como una tregua entre tantas malas noticias. Los niños han sido un ejemplo durante la pandemia. Han acatado las restricciones y han comprendido que, mientras el virus siga en la calle, tienen que extremar las precauciones. Por eso, este año más que nunca se merecían los regalos. Se han portado mejor que bien. Aunque sus familias han hecho todo lo posible porque esta jornada fuera tan especial como siempre, lo cierto es que hay muchos cambios. Sobre todo, en los paquetes de regalo. Botas para ir a la nieve, manualidades, pinturas... Tras tantos meses encerrados en casa, han pedido juguetes que les permitan disfrutar tanto en la calle como en casa junto a sus padres y hermanos.

En la vivienda de los Terrón son familia numerosa. Conviven abuelos, padres y nietos. Por eso, estas Navidades han podido disfrutar juntos de los regalos sin que les afecten tanto las restricciones de aforo. «Ni el covid quita la ilusión del día de Reyes», apunta Gloria, una de las adultas de la casa. En total, son cinco niños: Celia, Sofía, Cloe, Erika y Daniel. Y la mayoría de lo que han pedido está pensado para compartir y para pasar tiempo en el exterior. «A mí me han traído unas botas de Mickey y Minnie», cuenta Cloe. Después de tantos meses de encierro, tiene ganas de disfrutar al aire libre y este nuevo calzado será el idóneo para los días más fríos. «Y muñecas Barriguitas, Legos y cuentos». Durante el confinamiento leyeron todos los libros que tenían pendientes en las estanterías y los Reyes han traído una nueva remesa de lecturas. Celia, la más mayor, ha optado por las manualidades y las pinturas. «Aunque parte de la familia vivimos juntos, hemos echado de menos reunirnos con los demás». Además, sus amigas son de otra clase, así que en estas vacaciones no han podido reunirse. «Son de otro grupo burbuja. Como soy la prima mayor a veces me aburro porque los demás son pequeños».

Una de sus actividades favoritas de la Navidad es la cabalgata de Reyes. Este año tuvieron que conformarse con pedir cita para verlos en Suances. «Estuvieron con ellos y hablaron un rato. Para ellos eso es suficiente, los niños se adaptan a todo», cuenta Erika, que comparte nombre con su hija. «Además, como ha llovido tanto, igual se hubiera tenido que suspender si se hubiera diseñado como la de todos los años. De esta manera pudimos verlos a cubierto. Hay que ser positivos».

La familia ve un cambio de patrón entre los regalos del año pasado y los de este. «Hemos aprovechado para pedir cosas que puedan entretener a toda la familia porque pasamos muchas horas juntos desde que comenzó la pandemia», cuentan Gloria y Erika, que son cuñadas entre sí. «Para los pequeños, este es el día más especial del año y eso no lo puede cambiar nada. Los Reyes también se han portado muy bien para que así sea».

Los niños han sido un ejemplo de buen comportamiento. «Han sido muy pacientes y parece que los hermanos se llevan mejor después de pasar tanto tiempo juntos». Además, llevan las restricciones de seguridad a rajatabla. «No hay que decirles nunca que se pongan la mascarilla ni que usen gel hidroalcohólico. Nunca se les olvida y, de hecho, son ellos quienes muchas veces nos lo recuerdan a los adultos». Tampoco se quejan. «Los mayores nos agobiamos si estamos mucho tiempo en casa. Ellos no, saben que hay que hacer el esfuerzo y no ponen ninguna pega».

Las hermanas Bea y Lucía Gutiérrez Martínez, de ocho y cinco años, han llegado a cartearse con los Reyes Magos. Tenían miedo de que, por culpa del coronavirus, no pudieran llegar a todas las casas como siempre. «Me respondieron a la carta y me dijeron que habían utilizado magia extra para hacerlo», cuenta la mayor. Las dos son grandes seguidoras de los libros de Harry Potter y han recibido juegos de mesa de la saga e incluso la varita de Hermione, una de las brujas más poderosas. Las pinturas para hacer manualidades y los juegos para compartir en familia también estuvieron presentes bajo el árbol.

Para Bea, este año «está siendo muy difícil, porque tenemos que estar con las mascarillas y no podemos abrazarnos». Además de los juguetes, pide a los Reyes «que el año que empieza sea diferente y nos podamos reunir muchos más las próximas Navidades, ya que estas no han sido muy buenas por el coronavirus». Una tradición de estas fechas es dormir en casa del abuelo, algo que no han podido hacer por seguridad. «Cuando nos hemos juntado con alguien hemos tenido las ventanas abiertas y hemos pasado algo de frío». Si tuviera que destacar algo positivo de estos meses, sería que ha descubierto «que me gusta pasar tiempo en casa, no ha echado tanto de menos salir. He podido leer más y pasar más tiempo con mis padres». De todos modos, tiene ganas de recibir la vacuna y no tener que usar más mascarillas ni geles. «En el cole, antes podía levantarme para preguntar, jugábamos y nos abrazamos... Ahora todo eso es diferente. Este año creo que vamos a decirle adiós al coronavirus y no habrá más Navidades malas».

Lucía considera que estas fiestas han tenido su parte positiva y su parte negativa. «Un poco bien y un poco mal. Mi parte favorita han sido los regalos y lo que menos me ha gustado, el coronavirus», asevera la niña. Al igual que su hermana, tiene ganas de que todo el mundo reciba la vacuna «para que no se muera nadie más. A ver si lo conseguimos para que vuelva la vida normal y corriente». Reconoce que, aunque hay que tomar muchas medidas en el día a día, «la mascarilla no me molesta, me quita el frío y ya estoy acostumbrada». Cree que una de las medidas de higiene que deben quedarse es la de «lavarnos mucho las manos». Igual que a Bea, los Reyes le escribieron para decirle que se había portado muy bien dentro y fuera de casa y que habían aguantado mucho. «Pido que la gente se ponga la mascarilla y sólo se la quiten si están con su familia. También que este año sea el fin del coronavirus».