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Ilustración: Marc González Sala / Fotografía: Alan Pope / Unsplash

La economía, la vivienda y el estilo de vida marcan la caída de la natalidad en Cantabria

A pesar de los incentivos, los datos arrojan un descenso en picado de los nacimientos en la región desde 2008 | Los expertos contemplan políticas de emancipación y «el cambio de mentalidad» como posibles soluciones

Ángela Madrazo

Santander

Domingo, 27 de julio 2025, 07:36

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Cada año, desde 2008, hay menos carritos de bebé paseando por Cantabria. Y no tiene que ver con el uso de otros tipos de porteo. La tendencia anual de nacimientos en la Comunidad ha ido bajando desde hace 17 años, cuando la propensión positiva de evolución de nacimientos sufrió un cambio de rumbo y comenzó a caer. Hasta llegar a 2023. Entonces la región alcanzó el mínimo desde que se tienen registros. Y llegando a tocar suelo, hubo un repunte: 2024 arrojó un leve aumento en el cómputo global de la natalidad. Y en ese cómputo la región no sale bien parada. De hecho, el reciente análisis de Funcas, publicado con motivo del Día Mundial de la Población, constató que Cantabria es la región de España y de toda Europa que protagoniza la mayor caída de la natalidad entre 2008 y 2023. Nada más y nada menos que una diferencia del 49%.

Que haya menos nacimientos se traduce en parques menos concurridos, aulas vacías en los colegios y servicios de paritorios cerrados. Pero aún hay mucho más. A pesar de los esfuerzos por parte de las administraciones, la tendencia tiene un fondo «social y cultural». Para el sociólogo Juan Carlos Zubieta: «El asunto que nos ocupa es grave y complejo por la interacción de factores de índole variada». La cuestión va más allá, para Tamara González, directora general de Igualdad del Gobierno de Cantabria, «es un problema estructural que debemos analizar desde el contexto global, toda España y la Unión Europea vive un invierno demográfico».

Los motivos son variados. A juicio de Zubieta, la explicación pasa por que «el factor económico es clave, pero no es el único. También hay que prestar atención al estilo de vida, a las prioridades vitales de los jóvenes». Hay más condicionantes. «La falta de empleo estable y de calidad hace que un sector de los jóvenes se vaya del territorio. Por otra parte, esa carencia económica, unida al precio de la vivienda, dificulta la emancipación. Y para hacer frente a esa situación muchos alargan el periodo de formación». Pero no es todo. Hay otro aspecto que preocupa especialmente a Zubieta: «El estilo de vida y los valores de los jóvenes, porque lo más complicado es cambiar la mentalidad».

La problemática está clara. Pero las causas, el fondo, para poder atajar el problema no tanto. Desde el Gobierno de Cantabria los intentos para fomentar la natalidad van en distintos sentidos. Por un lado, existen tres tipos de subsidios económicos que buscan fomentar los nacimientos. Son subsidios que buscan «un impacto económico a largo plazo», indica la responsable de Igualdad. De hecho, estas mismas ayudas contaban con unos criterios que han sido actualizados para «que más mujeres estén incluidas en la iniciativa». Es un cambio que entró en vigor el pasado 1 de junio y que «aumenta la renta tope de las familias que pueden acceder a la ayuda y amplía el número de habitantes en los ayuntamientos que la reciben –antes de menos de 3.000 habitantes y, ahora, de 5.000–. Es decir, pasa a aplicarse en el 78% del territorio».

Medidas en cantabria

Segundo hijo o sucesivo

Segundo hijo o sucesivo

El Gobierno ofrece una ayuda por el nacimiento o adopción del segundo y tercer hijo o sucesivo de entre 400 y 1.500 euros.

Nacimiento múltiple

Nacimiento múltiple

La subvención recoge 2.000 euros por el nacimiento o adopción doble y 3.000 para triple o superior.

Discapacidad

Discapacidad

Las dos cuantías anteriores incrementan mil euros en el caso de discapacidad igual o superior al 33%.

Municipios

Municipios

Varios ayuntamientos ofrecen ayudas que van desde los 1.200 a los 200 euros por hijo. El Ejecutivo da cien euros al mes por cada hijo menor de tres años en municipios de menos de cinco mil habitantes.

Igualdad de oportunidades

Igualdad de oportunidades

Existen dos subvenciones para promover la igualdad en el empleo. Con fomento de la conciliación para autónomas en el Programa I e incentivos a la reincorporación en el Programa II.

Prestación no económica por cuidado

Prestación no económica por cuidado

Se considera período de cotización el tiempo de excedencia por cuidado de cada hijo.

En el ámbito educativo

En el ámbito educativo

Iniciativas como servicio de comedor, campamentos de verano y aulas de dos años.

Conciliación

Conciliación

Diversas administraciones ofrecen programas de conciliación, como ayuntamientos o la UC con el Plan Concilia.

Para la natalidad, el lugar donde vives juega un papel clave. Por ello, además de la ayuda de cien euros al mes del Ejecutivo para los municipios de menos de 5.000 habitantes, los propios ayuntamientos, en muchas ocasiones, también forman parte de la red de ayudas económicas. En Cantabria, quince municipios ofrecen una cuantía única por el nacimiento de un hijo que va desde los 1.200 euros, en los ayuntamientos con riesgo de despoblación, hasta los 200 euros en zonas como Santander. También existen políticas como la de Campoo de Enmedio, donde la cuantía depende de la situación laboral de los progenitores. En el caso de ser dos progenitores trabajando la ayuda asciende a 300 euros, cuando uno de los dos está en situación de desempleo a 500 y en el caso de que ambos se encuentren sin trabajo a 600 euros.

Las cifras

49% cayó la natalidad

desde 2008 hasta 2023 en Cantabria

975 nacimientos

en la Comunidad de enero a abril de 2025, solo por encima de La Rioja y las ciudades autónomas

Hay más modelos. Ayuntamientos, como el de Soba, van un paso más allá. Para fomentar que las familias «vengan y quieran quedarse a vivir en el municipio», ofrecen una ayuda inicial –cuando se da el nacimiento– de 500 euros, pero, además, incentivan a que se queden en la localidad como mínimo cinco años, con ayudas de 750 euros los dos primeros años de Educación Infantil del menor en el Colegio Público Jerónimo Pérez Sainz de la Maza. «Queremos que lleguen, estén agusto, se queden, formen su familia y desarrollen aquí su vida», confiesa el alcalde del municipio, Julián Fuentecilla.

Más cifras

3.372 bebés

nacieron en Cantabria en 2024, una cifra superior a la del año anterior

15 ayuntamientos

de la región ofrecen ayudas y subvenciones para fomentar la natalidad

Así la región trata de paliar el descenso de los datos de nacimientos. Pero no solo en el aspecto económico. Hay más políticas y medidas para fomentar la natalidad. La posibilidad de conciliación, la cotización del tiempo de excedencia por cuidado de hijos, los servicios escolares –como comedor o guardería– y la reforma fiscal «que pretende beneficiar a jóvenes, padres primerizos y familias». En definitiva, varios puntos de actuación para que la posibilidad de tener un hijo sea más sencilla y apetecible.

A pesar de los esfuerzos, los resultados no dan los frutos esperados. Zubieta cuenta como «hace poco consulté a un grupo de estudiantes universitarios sobre el asunto que nos ocupa y confirmaron los argumentos que me llevan a explicar la bajada de la natalidad. Para la mayoría, el desarrollo profesional es una prioridad, también valoran poder disfrutar de sus aficiones. En el otro extremo, los hijos constituyen el aspecto menos importante». De hecho, fue una joven quien clarificó su teoría: «Tener hijos no es prioritario, les tendría en condiciones muy específicas con trabajo estable, domicilio propio, un sueldo para garantizar una buena vida y con pareja estable».

¿Y cómo se podría combatir? Las políticas económicas «influyen en lo social y están vinculadas a lo cultural». Para ello, a juicio de Zubieta, hay cuatro líneas que abordar: el desarrollo económico y del empleo, «estable y de cierta calidad», crear ayudas para el acceso a la vivienda, implementar programas para facilitar la conciliación laboral y familiar, establecer una red sólida de servicios educativos y sociales y crear programas de ocio y tiempo libre para los niños, «que ayuden a los padres y abuelos, que muchos se ven obligados a ocuparse de los nietos para que sus hijos puedan ir a trabajar».

Pero hay otro aspecto clave para el experto. «Las actuaciones relacionadas con el estilo de vida y los valores». Son, por un lado, «la parte más complicada», pero «no se puede ocultar que para un sector de la población joven un hijo se considera un freno en su desarrollo profesional y, también, una limitación en su deseo de salir, viajar y divertirse». Para salvar la tendencia hacia el descenso generalizado, la actuación debe darse sobre «el envejecimiento de la población, la perdida de capital humano y la no garantía del reemplazo generacional», que producen «una crisis del sistema social: económica, de calidad de vida y cultural».

Y para atajarlo la respuesta debería ser «integral por la parte política», con actuaciones en los ámbitos económico, legislativo, cultural y de servicios sociales. Pero también «es responsabilidad de las diversas agencias de socialización: la familia, la escuela y los medios de comunicación social». Para ello, el sociólogo lanza una nueva cuestión en el debate: «¿Es posible y tiene sentido repetir el mensaje que decían los abuelos de la sociedad tradicional: un hijo es un tesoro, una fuente de satisfacción, un bien para los padres y para toda la sociedad?».

El Ejecutivo regional es conocedor de la «variedad de aristas sobre las que actuar». De hecho, González explica que «los datos de 2024 indican que vamos en el buen camino». Pero a la pregunta de si es suficiente, responde que «nunca lo es en términos de políticas de igualdad y familia». «A pesar de nuestros esfuerzos por garantizar que un hijo suponga lo mismo para un hombre que para una mujer y las ayudas económicas debemos seguir en la línea de trabajo».

Ilustración: Marc González Sala / Fotografía: Alfredo Aguilar

«La biología va por un lado y la sociedad por otro»

Que haya menos nacimientos en Cantabria «no es un problema clínico». El médico de familia y presidente del Foro de Atención Primaria del Colegio de Médicos de Cantabria, José Ramón Fernández Fonfría, es contundente: «No hay un problema fisiológico, lo que ocurre es que la biología va por un lado y la sociedad por otro». Desde el ámbito sanitario, las medidas que se pueden llevar a cabo para fomentar la natalidad son «escasas». Por ejemplo, como recuerda la directora general de Igualdad, Tamara González, «desde el inicio de la legislatura hemos ampliado los criterios de acceso a la reproducción asistida: aumentando el límite de edad hasta alcanzar los 45 años en 2026 y permitiendo que accedan al programa mujeres con un hijo». Es una de las medidas que se pueden tomar desde el punto de vista clínico, que no son demasiadas, plantea Fernández Fonfría. El trasfondo es que «las parejas quieren tener hijos más tarde porque quieren planificar su vida de una forma más cómoda y actualmente cuesta más». Es un «desajuste» entre las necesidades vitales y la parte física de las personas. Por lo que, biológicamente la solución pasa por «incentivar la natalidad a edades más tempranas». Así, dice el médico, «podríamos evitar los procesos de fecundación en los que, muchas veces, las propias pacientes sufren más». Y es que, es una cuestión cultural, «las mujeres que pasan por mi consulta y vienen del norte de África –por ejemplo– son madres antes, tienen alineada su edad biológica con el hecho de ser madres». Sin embargo, en Cantabria, España y toda Europa, «la situación es diferente y requiere de medidas laborales y económicas más ambiciosas». «Las políticas actuales en Cantabria son cortoplacistas», plantea Fernández Fonfría. Compara las ayudas de la Comunidad con las políticas que se desarrollan en el norte de Europa que albergan «soluciones de tranquilidad a largo plazo, como las bajas maternales de cinco años en Noruega o Finlandia». En cualquier caso, la postura es clara: «No hay un problema médico, sino adaptativo. Son necesarias medidas sociales y económicas para cambiar la situación».

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