De electricista en Cartes a la cúpula del PSOE
Este jueves se celebra en los tribunales el acto de conciliación entre el secretario de Organización socialista y la presidenta de Cantabria, quien le acusó de corrupto por ganar una plaza fija para él y para su hermana en el Ayuntamiento de Cartes cuando todavía era alcalde
Agustín Molleda repite siempre la misma frase cuando quiere convencerte de algo. «Es palabra de Agus», esgrime como sinónimo de verdad inviolable. Ese sello de garantía de sinceridad, esa 'palabra de Agus', le funcionó muy bien en Cartes, donde gobernó durante tres legislaturas –dos de ellas con mayoría absoluta– pero ha perdido eficacia muy pronto en su salto a la política autonómica. En los nueve meses que lleva como número tres del PSOE de Pedro Casares, Molleda ha sido cuestionado internamente por sus formas como secretario de Organización, por su error al vincular gratuitamente a Santos Cerdán con Pablo Zuloaga y, sobre todo, al conocerse que ganó una plaza fija para él y para su hermana en el Ayuntamiento cuando todavía era alcalde. Un proceso manchado por su participación –con firma, nombre y apellidos– cuando la ley dice que debería haberse abstenido en todo momento al ser el principal beneficiado. Por esa razón, la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, le acusó de corrupto, a lo que Molleda respondió con una demanda en los tribunales que hoy escribirá su primer capítulo con un acto de conciliación en Las Salesas con pocas perspectivas de acuerdo.
Aunque empezó trabajando con 17 años en los talleres Isidoro San Justo como electricista y recepcionando los coches, Molleda lleva la política en sus genes. Su tío Vicente fue uno de los primeros alcaldes de la democracia al frente del Ayuntamiento de Mazcuerras. Y otro tío suyo, Jaime, fue regidor en Ruente. Él no encontró la vocación política hasta los 33 años, cuando se afilió al PSOE después de que el exalcalde de Cartes Saturnino Castanedo, condenado por prevaricación a siete años de inhabilitación, le colocara, primero, como oficial de primera del Ayuntamiento y, después como encargado de mantenimiento.
Inspección de Trabajo
Aquella plaza que Molleda ocupaba por decisión directa del alcalde apareció en la Relación de Puestos de Trabajo del Consistorio de 2007 y en la Oferta Pública de Empleo de 2008. Pero nunca se llegó a convocar. Hasta el punto de que una inspección de Trabajo en 2010 destapó la irregularidad laboral de 27 trabajadores del Ayuntamiento. Sin embargo, en lugar de convocarse un concurso oposición para cubrir las plazas, Castanedo optó por nombrarlos a dedo a través de una Resolución de Alcaldía. Y así fue como Molleda acumuló una década consecutiva de experiencia laboral allí, algo clave, después, en el polémico proceso de estabilización en el que afianzó su plaza siendo alcalde en 2023.
Castanedo y otro histórico exregidor de Cartes, David Álvaro, fueron los padres políticos de Molleda en aquellos primeros años en el PSOE. Él nunca apareció en ninguna candidatura o lista hasta 2014, dos años después de la condena a Castanedo. Con el PSOE de Cartes dirigido por una gestora, Molleda fue elegido secretario general y candidato a alcalde en las elecciones de 2015 sin haber sumado antes ni un solo minuto como concejal.
Aquella ocasión fue su primera victoria electoral, aunque sin la mayoría absoluta que lograría después en 2019 y 2023. Solo cinco meses después de llegar a la Alcaldía, en su primer presupuesto municipal, incluyó una partida con la que afrontar la «normalización» de los puestos de trabajo de todos los empleados y funcionarios municipales. El propio Molleda anunció que se actualizaría la Relación de Puestos de Trabajo para «dar seguridad a todos los trabajadores municipales, pero especialmente a algunos laborales indefinidos que no tienen actualmente el carácter de fijos». Entre ellos, su puesto –que en ese momento había dejado vacante y nunca más se ha llegado a cubrir con un sustituto– y el de su hermana.
Fue el exalcalde Saturnino Castanedo, condenado por prevaricación, quien colocó a Molleda en el servicio de mantenimiento
A finales de 2020 intentó que Zuloaga rompiera con el PRC en el Gobierno. No lo logró y se marchó de la dirección dando un portazo
Durante sus diez años como alcalde, la Fiscalía llegó a abrirle en dos ocasiones diligencias de investigación por supuesta prevaricación. La primera por uso irregular de locales públicos. Y la segunda por la reforma de un conjunto histórico de la villa para convertirlo en apartamentos. En las dos ocasiones, la Fiscalía archivó después la causa.
Su salto a la política autonómica se produce en 2017, cuando forma parte del equipo de confianza de Pablo Zuloaga que desalojó a Eva Díaz Tezanos de la dirección del PSOE cántabro. Molleda es nombrado secretario de Política Territorial y su ascendencia en el partido empieza a crecer con la coordinación de las secretarías ejecutivas comarcales. Pero no dura mucho tiempo. Solo tres años después abandonó la Ejecutiva de Zuloaga dando un portazo. Según confirmaron miembros de aquella dirección, Molleda presionó a Zuloaga para romper con el PRC en el Gobierno y en los ayuntamientos en plena pandemia de covid. Y al no conseguirlo, decidió marcharse. «Me equivoqué de tripulación y en formar parte de lo que algunos han utilizado para llevar a cabo su sueño personal», se justificó en aquel momento.
Después de aquello se centró más en la gestión municipal con medidas que llamaron la atención de los ayuntamientos de media España, como la instalación del árbol de Navidad más alto de Europa (más de 66 metros con 24.000 metros de luces led y 480.000 bombillas) o el Papa Noel volador.
Su regreso a la primera fila al abrigo de Pedro Casares le permitió vengarse de Zuloaga en el Congreso del pasado marzo. Y casi sin tiempo para estrenarse como secretario de Organización, la polémica por el concurso en el que estabilizó su plaza y la de su hermana siendo alcalde le ha llevado a los tribunales contra Buruaga. Hoy, el próximo capítulo.
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