Solo el 29% de los ríos de Cantabria presenta un estado ecológico óptimo
El último informe del 'Proyecto Ríos' revela que la temperatura del agua aumentó un grado en uno de los tramos inspeccionados
Únicamente el 29% de los tramos de río de Cantabria analizados durante la primavera de 2022 y el 18% de los inspeccionados a lo largo del otoño presentaba un estado ecológico óptimo, «bueno» o «muy bueno», lo que supone un agravamiento en el proceso de degradación de las cuencas de la comunidad autónoma en relación con 2021, cuando los porcentajes obtenidos colocaban en esta esfera al 33% de los tramos testados en primavera y al 28% de los estudiados en otoño. Además, durante esos chequeos se observaron los efectos del cambio climático sobre la red fluvial de la región, traducidos en un aumento de la temperatura del agua y una disminución del caudal.
Estas son algunas de las conclusiones que se pueden extraer del último informe elaborado por el 'Proyecto Ríos' a partir de los muestreos realizados en 2022 en 73 tramos de río, el equivalente a 40 kilómetros de longitud, y cuyos resultados revelaron ayer a los medios de comunicación el consejero de Medio Ambiente, Guillermo Blanco, y la coordinadora de la Asociación Red Cambera, Ana Gracia.
El estado de los ríos en primavera y otoño
Fuente: Proyecto ríos 2022, Red Cambera
De acuerdo con ese informe, el estado ecológico de los ríos era durante los meses de primavera «muy bueno» (3,2%) o «bueno» (25,8%) en el 29% de los tramos, tan solo «moderado» en el 35,5%, «deficiente» en el 27,4% y «malo» en el 8,1% de los casos restantes arrastrando al suspenso al 35% de la red fluvial de Cantabria, que en los meses de otoño no logró remontar. Por ese entonces, el estado ecológico de los ríos –que es el que permite obtener una valoración global de la estructura y funcionalidad de un río teniendo en cuenta factores hidromorfológicos y biológicos– arrojaba porcentajes aún peores: el 17,9 presentaba un estado ecológico «bueno» o «muy bueno», el 33,9 «deficiente» o «malo» y el 39,3 «moderado».
El estudio revela otras cosas. Así, los participantes del mismo dieron fe de que el agua fluye en todos los tramos analizados a excepción de dos de los arroyos inspeccionados, que fueron los de La Canaluca, en El Astillero, y Rogería, en Alfoz de Lloredo. El nivel del agua en primavera era el normal en 35 de los 62 tramos escrutados, más bajo en 25 y más alto únicamente en dos. En cambio, en otoño esos niveles eran más bajos en 48 tramos y los normales solamente en 8, esto como consecuencia de la «pertinaz sequía» que Cantabria sufrió durante esa época del año, según dijo el consejero Blanco, que se detuvo en este punto para «alertar sobre los efectos innegables de ese cambio climático que ya nadie niega».
Temperatura
Un cambio climático, continuó, que no solo es responsable de ese bajón del caudal de los ríos, cuyas aguas, que se aprecian de «buena» o «muy buena» calidad en el 50% de los tramos vistos, bajan en líneas muy generales «transparentes y sin olores», lo que pone de manifiesto «la falta de afecciones importantes». También lo es de una subida de las temperaturas.
Según precisa 'Proyecto Ríos', sus voluntarios han observado que al menos en uno de los cauces inspeccionados la temperatura del agua aumentó un grado respecto a la recogida en 2021, un fenómeno que si bien el consejero no se atrevió a generalizar –«no podemos decir que la temperatura haya subido un grado en todos los ríos», matizó– sí muestra al menos cuál es la tendencia en ese sentido.En relación con esto, Blanco precisó que la temperatura del agua de los ríos oscila desde los 22 grados detectados en primavera hasta los 9 grados registrados en el otoño.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión