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Las embarcaciones amarradas ayer en el puerto de Santoña, en plenos preparativos para la costera del bonito.

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Las embarcaciones amarradas ayer en el puerto de Santoña, en plenos preparativos para la costera del bonito. Antonio 'Sane'

La flota se arma para la costera del bonito

Pesca ·

La campaña, que supone más del 60% de los ingresos de los barcos de vivero, moviliza a la práctica totalidad de las embarcaciones del Cantábrico

Sábado, 11 de junio 2022, 07:41

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La escena a pie de puerto de Santoña no deja lugar a dudas. Llega la hora del bonito. Las embarcaciones que partirán en breve en su búsqueda permanecen desde hace unos días amarradas en medio de un trasiego de tripulantes que verifican cada detalle. Los que saldrán a cacea colocan las varas y alistan los carretes. Los barcos de vivero comienzan con los preparativos de sus bodegas. Cuando esté todo listo, tocará salir a hacer carnada: bocarte pequeño capturado a pie de costa -o en su defecto pericato, chicharrillo e incluso parrocha-, con el que cebarán a un bonito tan voraz como desconfiado.

Es la hora de repasar que no hay masas, ruidos, ni pequeños destellos que alerten al túnido de la presencia de los barcos sobre sus cabezas. Si el engaño surte efecto, los bonitos serán izados a caña uno a uno a cubierta, tal y como lleva haciendo toda la vida la flota artesanal del Cantábrico.

Para esta campaña, la cuota disponible es de 18.126 toneladas. La cifra la repite de memoria César Nates, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria. Es un 4% más que la del último año. Pero no alcanza para estirar una costera que antaño iba de julio a octubre y que en 2021 duró dos meses justos: del 14 de junio al 14 de agosto. Es pesca olímpica. No hay topes diarios, no hay ningún límite, ni de descargas, ni de capturas. Cada kilo subastado se va descontando del total hasta que se agota y, entonces, no hay más remedio que parar.

La cuota disponible para esta temporada es de 18.126 toneladas, lo que supone un 4% más que la del año anterior

Abundancia

La abundancia de bocarte en nuestras aguas, unido a la buena temperatura del agua, acelera la entrada en el Cantábrico de una especie que nace en el mar de los Sargazos y que llega aquí para saciar su apetito. Tradicionalmente se empezaba pescando el recortado -de entre cuatro a siete kilos de peso- y luego se pescaba el grande -más de siete kilos- para acabar con el pequeño o 'mono' -inferior a los cuatro kilos-. Ahora apenas se pesca el pequeño. Porque la costera acaba antes.

En lonja, el precio medio del kilo de los ejemplares grandes fue de 3,50 euros, mientras que el recortado se vendió de media a 2,40 euros. Una cotización que resulta vital para la flota de vivero. Porque la costera del bonito supone en torno al 60% de su facturación global. Puede que incluso más. «Nos jugamos el año», resume Nates.

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