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6 de junio. Matan de cinco disparos a un hombre frente a su portal en Monte. Se sospecha que el autor esté fuera del país. Sane
La Policía Nacional asegura que hay «avances significativos» en los crímenes sin resolver de Monte y Puertochico

La Policía Nacional asegura que hay «avances significativos» en los crímenes sin resolver de Monte y Puertochico

Aunque el caso de la muerte del octogenario maniatado no está cerrado, la detención del sospechoso permite a los agentes centrar sus esfuerzos en los otros dos asuntos pendientes

Daniel Martínez

Santander

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Jueves, 1 de enero 1970

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Dos al año. Esa es la media de crímenes que se producen en Cantabria según las estadísticas del Ministerio del Interior. En 2016, por ejemplo, no se registró ningún episodio de estas características. En una región en la que no existen bandas organizadas ni grupos especializados en este tipo de delitos, la resolución de los casos suele ser prácticamente inmediata. Si no se 'caza' al responsable en el momento, no suele pasar mucho tiempo antes de que quede a disposición de la Justicia y acabe entre rejas. Eso es lo normal, pero no siempre ocurre. La prueba es la situación que se ha dado en los últimos meses. Hasta tres expedientes permanecían abiertos y pendientes de resolver. Toda una anomalía en Cantabria.

Entre febrero de 2017 y agosto de 2018, tres personas perdieron la vida en Santander de manera violenta. Primero el octogenario que falleció asfixiado en su garaje cuando le fueron a robar, después un joven colombiano tiroteado a las puertas de su casa de Monte al que las autoridades relacionan con actividades ilícitas y por último un hombre apuñalado tras una discusión cuando abandonaba un conocido 'after' de Puertochico.

No sólo es un número anormalmente elevado para la capital cántabra -son más de los que se producen muchos años en toda la región-, sino que todos estas investigaciones, según la Policía Nacional, tienen un grado de complejidad extraordinariamente alto. Ni se pudo detener a nadie en el mismo lugar de los hechos, ni había una persona de su entorno implicada, ni alguien que tuviera todas las papeletas para convertirse en sospechoso... El hilo del que había que tirar para llegar al nombre propio que resolviera el delito era largo y estaba muy enmarañado.

LAS CLAVESLa Jefatura de Cantabria ha desplazado a agentes desde otras unidades por la gran carga de trabajo Todas las labores están coordinadas desde Madrid y también colaboran otras jefaturas autonómicas

Por eso la detención la pasada semana en Getxo de un hombre al que se responsabiliza del primero de los sucesos -aunque oficialmente el asunto sigue abierto y se analiza si pudiera haber más implicados, se da por hecho su autoría- se interpreta como un premio al «incansable trabajo, en algunas ocasiones de hasta 24 horas seguidas» que han realizado los investigadores de la Jefatura Superior de Policía en Cantabria en los últimos meses. «Se les ve en la cara que están agotados, pero no paran», apuntan desde el cuerpo. Además de la victoria moral, esto permitirá concentrar más esfuerzos en los otros dos casos pendientes. En ambos también se han producido «avances significativos».

En estos momentos, los tres crímenes se encuentran declarados secretos por orden de los juzgados de instrucción a los que fueron asignados, por lo que las autoridades policiales no pueden aportar detalles concretos sobre las novedades. Por eso, y también porque «los malos también leen los periódicos» y cualquier información podría poner en alerta a las personas que están bajo la lupa. La Policía Nacional se limita a decir que la actividad es frenética y que las actuaciones que se están realizando, poco a poco, están empezando a dar frutos. «A veces tienes el tema muy atado, ocurre algo y todo el trabajo que se ha hecho se viene abajo. O al revés, un asunto no avanza, de repente das con la tecla adecuada y ya lo tienes. La suerte a veces también juega un papel importante», afirman para explicar que el optimismo es relativo y que es imposible afirmar si pronto se producirán nuevas detenciones.

Ante la «gran carga de trabajo» que han tenido que asumir en los últimos meses los agentes especializados en el esclarecimiento de muertes violentas, la Jefatura Superior de Cantabria ha decidido reforzar esta unidad con policías que hasta ahora ocupaban otros puestos en Cantabria. También han contado con ayuda desde Madrid.

Vistas la dimensión de los casos y tras comprobar que las investigaciones sobrepasaban las fronteras de la región, los servicios centrales de la Policía Nacional se hicieron cargo de la coordinación. Por ejemplo, en el caso del octogenario que murió por asfixia en su garaje de la calle Beato de Liébana, ha sido fundamental para proceder a la detención la colaboración con la Ertzaintza. Pero el ámbito de actuación no es sólo nacional, también internacional. Todo apunta a que el responsable del asesinato del joven colombiano que recibió cinco disparos en Monte -por las características del 'trabajo' se busca un perfil muy concreto- pudo salir del país nada más cometer el crimen.

La Policía Nacional afirma que estos episodios no implican un aumento de la criminalidad: «Se han producido de manera muy consecutiva, pero por sus características no hay motivos para que cunda el miedo entre la ciudadanía. Igual hasta dentro de mucho tiempo no se vuelve a dar otro caso...».

Aún pendientes

El primero de los dos casos pendientes ocurrió el 6 de julio pasado. Un hombre de 33 años y nacionalidad colombiana fue asesinado a balazos de madrugada en Santander. El suceso tuvo lugar sobre las 00.30 horas en el interior de la finca de la urbanización Los Armadillos, ubicada en la calle Antonio de la Dehesa, en la subida a Monte desde Camilo Alonso Vega. En ese mismo instante se puso en marcha un dispositivo de búsqueda en la zona, pero no dio ningún resultado. Cuando la investigación apenas había arrancado, la Policía Nacional de Cantabria ya adelantó que pasaría tiempo hasta que lograra encontrar al autor o los autores del asesinato. Por las características del crimen, el perfil de la víctima y el cuidado que tuvieron sus autores para dejar el menor número de pruebas posibles, los agentes pensaban que el asesino, muy probablemente, no habría aguantado mucho tiempo en Cantabria.

El detenido por la muerte del octogenario declara esta semana

El sospechoso del crimen de un hombre de 81 años que murió en febrero de 2017 en su garaje de Santander después de que fuera amordazado por una persona que tenía intención de robarle contestará la próxima semana a las preguntas del titular del Juzgado de Instrucción Número 4 de Santander. Lo hará por videoconferencia, ya que en estos momentos se encuentra detenido en la cárcel alavesa de Zaballa, donde fue trasladado tras su detención el pasado 8 de octubre.

El arresto de este vecino de Getxo de 66 años –sus iniciales son P.G.L. y cuenta con un largo historial policial por asuntos de muy diversa índole– se produjo por un caso diferente, el asalto a una vivienda cercana a Vitoria. La Policía Nacional y la Ertzaintza ya seguían su pista gracias a una conversación telefónica en la que aparecía su voz. Él mismo llamó a la Cruz Roja para avisar de que el anciano de Santander había sufrido un robo y podría estar herido. Ante la falta de avances en la investigación, los agentes decidieron difundir esa grabación y pedir la colaboración ciudadana por si alguien podía identificarle. Y así fue. En concreto, le puso nombre un agente de la policía autonómica vasca.

Con su detención, el juzgado de Santander reabrió un caso que se había archivado de manera provisional el pasado mes de mayo por «falta de autor conocido». En estos momentos, se encuentra bajo secreto de sumario, pero los investigadores no descartan que el detenido, que ha pasado largas temporadas en Cantabria y puede estar relacionado con más robos en la comunidad autónoma, pudiera tener algún cómplice. Paralelamente, otro juzgado le investiga por el robo cometido en Vitoria.

Tres meses después, la tragedia se produjo en Puertochico. Allí moría un hombre de 39 años, de nacionalidad española y con iniciales J.P.M., que fue apuñalado poco después de las nueve de la mañana del 19 de agosto, falleciendo tres horas después en Valdecilla. La puñalada fue en el pecho, próxima al corazón, mortal. Fuentes policiales explicaron que junto a la puerta del popular 'after' se registró una pelea entre el fallecido, que iba indocumentado, y otros dos individuos, uno de los cuales sería el autor del apuñalamiento. Así se lo indicaron algunos testigos y así lo corrobora el dueño del local. En ese momento había aproximadamente una decena de clientes dentro. Tras apuñalar al hombre, tanto el presunto autor como su acompañante, también implicado en la pelea, huyeron del lugar.

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