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El Seprona desarrolla este mes una revisión intensiva de la gestión de los residuos en los talleres de coches de Cantabria.

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El Seprona desarrolla este mes una revisión intensiva de la gestión de los residuos en los talleres de coches de Cantabria. Javier Cotera

Seprona, el cerebro de la Guardia Civil

La división de la Guardia Civil dedicada a la protección de la naturaleza se ha reconvertido a labores de inteligencia

José Carlos Rojo

Santander

Lunes, 13 de diciembre 2021, 07:03

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Estamos acostumbrados a verlos en medio del bosque, patrullando en todoterreno o en moto. Desde que la Guardia Civil creó el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) en junio de 1988, ha sido el encargado de velar por la seguridad de los montes, los ríos, la fauna y la flora. Pero el mundo ha cambiado, se moderniza, igual que el delito. Como en una carrera armamentística, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado deben innovar para atrapar al infractor, que cada vez es más sofisticado e inasible, especialmente gracias a la intangibilidad de internet.

«Siempre vamos por detrás, pero lo suficientemente cerca como para estar al día y descubrirlos». La frase del sargento Alberto resume la filosofía con que se mueve el actual Seprona. Un grupo de expertos que a día de hoy se han especializado en diferentes variantes de delito y que son lo más parecido al cerebro de la Guardia Civil. En los despachos del cuartel de Campogiro desarrollan las principales labores de inteligencia del Cuerpo. Continúan preocupándose por la protección de la Naturaleza;pero también por otra ristra de temas de lo más variopinto:tráfico de especies ilegales –animales y vegetales–; calidad de las aguas, vertidos de residuos, tráfico ilegal de madera, de medicamentos y alimentos; delitos relacionados con el patrimonio histórico, comercio ilegal de plásticos, investigación de incendios, control sanitario de establecimientos donde se realizan tatuajes, maltrato animal, urbanismo, caza, y un largo etcétera.

«Lo que ocurre es que el abanico es tan amplio que al final tienes que tener gente especializada. De lo contrario es imposible hacer bien nuestro trabajo», remarca el teniente Coronel Juan Martínez Ros. «En este sentido hemos cambiado un poco el sentido de mando. Es el guardia el que activa la alarma al identificar un delito y es quien solicita medios, tanto humanos como materiales, para acometer la investigación», destaca.

Sólo si existe una buena formación, se puede identificar la infracción. Hay un ejemplo reciente. Cristina Martín, integrante del Seprona, identificó en el último mes más de 900 medicamentos ilegales en establecimientos de Santander, Torrelavega y Bilbao, que se iban a utilizar para blanqueamiento de la piel. «Son productos que eran ilegales en España. Que contenían sustancias potencialmente peligrosas para la salud, según lo estipulado por la Agencia Española del Medicamento», explica la experta. De no ser por su formación especializada en la materia, probablemente ningún agente habría reparado en la existencia de este delito.

«Hemos invertido el sentido de mando. El Guardia experto da la voz de alarma y solicita los medios materiales y humanos que precisa»

Juan Martínez Ros

Teniente coronel

«Durante mucho tiempo este tipo de infracciones han pasado desapercibidas para nosotros. Por eso el objetivo ha sido, en estos cuatro últimos años, especializarnos para seguir desarrollando esa labor preventiva que el Seprona ha tenido siempre en el monte, pero también para comenzar con esta otra rama, más relacionada con la inteligencia, que es imprescindible para combatir el delito en los tiempos que corren», justifica Martínez Roz.

Algunos de los agentes, veteranos del Cuerpo han vivido esta evolución y se han obligado a modernizarse. El sargento Alberto lleva 23 años en esta división de la Guardia Civil:«Empecé como patrullero y ahora estoy dedicado a detectar el tráfico ilegal de animales y de flora», explica. Tanto ha cambiado la normativa que a veces el propio infractor desconoce que está cometiendo un delito. «Por ejemplo, para tener un galápago común, que muchos hemos criado en casa, es ahora necesario tener una documentación concreta. Mucha gente no lo sabe, y hay que explicárselo», detalla.

Las nuevas tecnologías son herramientas muy útiles para la investigación y vigilancia. Javier Cotera

«Estar al día»

Antiguamente se buscaba más la infracción administrativa y ahora el objetivo es identificar el delito. «Antes nos dedicábamos todos a lo mismo y ahora... digamos que hay muchos matices que hacen que todo se haya vuelto mucho más complicado, que la detección del delito sea mucho más fina y que tengamos que estar mucho más especializados», remarca Honorio, en el Seprona desde el año 2000. La información es el principal arma de la que se sirven los 37 agentes de este servicio que conforman el equipo en Campogiro. «Hay que estar al día de los cambios de normativa, conocer bien cuál es la realidad del ámbito que te toca y estar atento a todas las noticias, rumores y avisos de los contactos. Porque todos tenemos nuestros contactos», confiesan Manuel y Luis, responsables del área de incendios y tatuajes ilegales, una combinación de competencias extraña para la que la colaboración ciudadana es crucial. «Podemos trabajar con muchas técnicas de investigación. Vigilamos de maneras que no podemos confesar aquí, por no dar pistas a los infractores;pero en todo caso la gente puede ser una fuente fiable de información».

«Hay que estar al día de los cambios de normativa, conocer bien cuál es la realidad del ámbito que toca y estar atento a todas las noticias, rumores y avisos de contactos»

Manuel

Guardia del Seprona

Lo sabe Luciano, encargado de velar por la conservación de las 6.500 cuevas que se han catalogado en la región. «Alrededor de 1.100 tienen restos arqueológicos de algún tipo y nosotros, evidentemente, no podemos estar en todas partes», confiesa. Sólo por poner un ejemplo, una cámara especial que vuela en uno de los drones más sofisticados del equipo es capaz de leer una matrícula a un kilómetro de distancia. Es lo más parecido a vivir en la novela de George Orwell '1984', pues, así visto, hay pocas vías de escape a ese gran hermano ubicuo. Y aún con todo, muchos delincuentes aún encuentran la forma de burlar la ley. «Por eso debemos seguir mejorando. Debemos ser más listos que ellos, o al menos intentarlo», recuerdan.

Los talleres ilegales de coches han crecido un 20% en cinco años

«Han crecido exponencialmente, hasta un 20%, en los últimos tiempos y suponen un perjuicio para el medio ambiente y también para la economía», cuenta Honorio, responsable de este ámbito en el Seprona. Visita varios de estos negocios cada día. Deben contar con las certificaciones adecuadas y gestionar los residuos conforme a o que exige la norma. «Imaginemos lo que puede contaminar el vertido de aceite o de los químicos que tiene una batería». Es una de las vertientes sobre las que el Seprona ha puesto mayor énfasis en los últimos meses.

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