Simulacro terrorista en la universidad
Disparos, puñaladas y gritos se suceden en el campus de la UC como práctica de intervención en un atentado figurado
Los disparos de las armas de fogueo se oyen en todo el campus, por eso en la Universidad de Cantabria (UC) todos los centros están avisados de que a media mañana se escucharía escándalo en el pabellón polideportivo. En el interior hay cerca de veinte alumnos heridos: unos están desangrados, otros sufren traumatismos de diferente naturaleza, hay puñaladas y heridas de bala...; pero todo es absolutamente falso. Forma parte de un simulacro de atentado terrorista que se plantea como práctica a dieciséis agentes de Policía Local en el curso especial organizado desde el Centro de Estudios de la Administración Pública Regional de Cantabria (Cearc).
«¡Cuidado, cuidado. Hombre armado en el interior!», grita el Policía que va al frente. El grupo se ha organizado en fila india y accede al interior del polideportivo por una puerta lateral. En el interior hay un escenario dantesco donde se mezclan gritos, lamentos y disparos. Una suerte de caos diseñado por expertos que instruyen en toda España a profesionales de los distintos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
El terrorista está al fondo del pasillo, insulta a los agentes y remata con un cuchillo de plástico a una persona que yace en el suelo sobre un charco de sangre falsa que huele a caramelo. Los agentes que van al frente avanzan hasta un salón donde se oyen más gritos y los que están en cola se quedan atendiendo a los heridos. Hacen torniquetes, presionan hemorragias y valoran de forma rápida quien necesita atención inmediata para no morir desangrado.
Más adelante, un segundo alumno que simula ser el otro terrorista, porta una pistola y dispara a los agentes. Los ecos de las balas de fogueo resuenan por los pasillos; pero una vez lo abaten, sólo se escuchan lamentos y el ruido de sirenas en el exterior del edificio. Han llegado los sanitarios. Comienza la evacuación y el ejercicio se da por cerrado. «Han sido 40 minutos frenéticos. Ha habido algún momento en que era realmente agobiante», cuenta una alumna a sus compañeras. Son estudiantes del Ciclo Medio de Emergencias Sanitarias del IES Cantabria, que se han prestado como voluntarios para la práctica.
Luego viene la foto de grupo, los abrazos y los agradecimientos. «Todos deberíamos saber cómo reaccionar en un caso similar, porque nunca se sabe qué puede pasar», expone un instructor. Y así, con la sangre falsa aún presente por todos lados, se da por terminado el simulacro.
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