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«Va a hablar el director. Silencio. Luego seguimos». La voz de Pedro García Aguado se impone al murmullo y causa un efecto inmediato en ... el salón de actos del IES La Albericia de Santander: el alumnado reunido allí para escucharle guarda silencio rápidamente.
El efecto que el exjugador de waterpolo produce en estos chicos y chicas de la ESO es una mezcla de admiración y curiosidad. Muchos le conocen por el programa de televisión 'Hermano mayor', donde el medallista olímpico pretendía reconducir la vida de un puñado de adolescentes en problemas. Algunos quizá sepan que fue fichado en agosto de 2019 como director general de Juventud por Isabel Díaz Ayuso, una aventura que concluyó tan solo cinco meses después. Y lo que ayer parecía claro es que todos, a juzgar por la excitación que se intuía en el aula, tenían ganas de saber qué iba a decirles este tipo alto y con mucha soltura con la jerga tecnológica acerca de la dependencia de los móviles o los videojuegos.
Aguado también vivió una etapa de adicciones. A la cocaína y al alcohol. Pasó por terapia y desde hace años se esmera en advertir a los jóvenes sobre conductas adictivas de todo tipo, entre ellas, las tecnológicas. Su charla en Santander, enmarcada en el Proyecto Formación, Educación y Sensibilización que acaba de aterrizar en Cantabria de la mano del Gobierno y la Plataforma de Juego Sostenible, iba precisamente de eso. «Parece que si no me meto nada esto no puede ser un problema», les dijo a los estudiantes mostrándoles el móvil. Ellos le contaron que casi todos disponían ya de smartphones, es decir, de teléfonos con acceso a internet y a un montón de aplicaciones, y que con ellos consumían vídeos y otros contenidos. «Y si posteáis algo vuestro, también sois creadores», les recordó Aguado, quien a base de preguntas, 'power point', anécdotas y algún que otro vídeo trató de hacerles ver las consecuencias de usar el móvil, algunas negativas o potencialmente adictivas.
Pedro García Aguado
La tecnología no es neutra en tanto que altera la forma de relacionarnos o interpretar la realidad, con independencia de si la usamos bien o mal. En esa línea, el sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman contaba en una entrevista concedida en 2017 a 'Salvados' que no gastaba smartphone para no estar «constantemente disponible» y también hacía la siguiente reflexión: «Las tecnologías dan oportunidades, pero tienen un precio por el que tenemos que pagar».
A su manera, en ese precio se centró ayer Aguado. Inventar vidas «irreales» en redes sociales, atarse a un videojuego o buscar «constantemente» la aceptación pueden denotar «problemas», avisó, y les dijo que la clave está en ser conscientes de ello. También les habló de ciberbullying: «A veces usamos las herramientas tecnológicas para hacer daño a los demás y a nosotros mismos».
A las alumnas Lidia y Raisa les gustó la charla. «Nos hemos dado cuenta de cosas: cómo estamos pendientes del móvil, que influye en el sueño, y que lo que la gente piensa de ti también influye mucho». La conferencia de Aguado también hizo pensar a Mayra, que esperó a que terminara para hacerse una foto con él. El exdeportista se tomó no una sino decenas de ellas con los chavales, posando afectuoso ante las cámaras de los móviles.
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