El verano no pierde su ritmo

«Mantenemos la misma esencia. Es algo nuevo, ni mejor ni peor». Así describe Juanpy Arnedo, responsable del Campus de Verano 2020, la vuelta de los más pequeños al campamento musical organizado por Escenario Santander. Una de las actividades estivales más esperadas por los más pequeños de la casa ha vuelto para celebrar, por octavo año consecutivo, la música, el baile, la pintura y, sobre todo, el arte como forma de expresión.

A pesar de la epidemia sufrida por la covid-19, el campus ha podido comenzar en las fechas previstas gracias al trabajo de los responsables que, aun confinados, fueron capaces de coordinar los recursos necesarios para su apertura. El esfuerzo ha dado sus frutos y durante este mes y hasta el próximo 29 de agosto, cientos de niños de entre 3 y 12 años se acercan a la música de una forma lúdica. En palabras del responsable del campus: «No se la inculcamos, se la exponemos para que cada uno escoja lo que le gusta».

La experiencia de los participantes, divididos en grupos reducidos de diez niños por clase, no ha variado mucho en comparación con años anteriores y, gracias a las medidas tomadas, realizan las mismas actividades. En este campamento hay tiempo para todo, desde talleres de teatro donde se convierten en directores y guionistas de su propia obra, hasta clases prácticas sobre la historia de la música a través de dinámicos juegos. «Les gusta mucho expresarse y les damos libertad para que lo hagan. Nos adaptamos a lo que quieren», recalca Arnedo.

Las actividades en el exterior tienen un papel más importante que nunca este año. Por suerte, las instalaciones permiten desarrollar muchas de ellas al aire libre, hecho que agradecen, y mucho, los más pequeños. Así lo expresa Álvaro Onieva, un niño de 5 años de edad que repite por segunda vez en el campus: «Prefiero estar afuera porque jugamos al fútbol y hacemos batallas de agua, mi actividad favorita». Además, Álvaro, amante de la música, se prepara para grabar pronto la canción 'Sopa fría' en un estudio de grabación: «Me gusta hacer música».

El campus, sin duda, se caracteriza por su dinamismo. Cada semana sigue una temática distinta, aunque la música siempre es el eje central. Por ello a él acuden niños de todo tipo. Hay quien toca instrumentos, otros que son amantes del baile o muchos que van a desarrollar otras facetas artísticas. Pero también se apuntan aquellos que, simplemente, van a jugar, a hacer amigos y, en definitiva, a divertirse.

Para que más niños como Álvaro puedan seguir disfrutando del campus ha sido necesario tomar una serie de medidas sanitarias para prevenir contagios. El protocolo de limpieza ha sido modificado y ahora, nada más llegar, se les toma la temperatura. «Entiendo las medidas, es para prevenir y están bien tomadas, por lo que no hemos sentido miedo al llevar a nuestro hijo», apunta Jaime Onieva, padre de Álvaro. Llevar la mascarilla es obligatorio para los profesores y para aquellos niños que superen los seis años de edad. Además, todas las mañanas se desinfecta todo el material necesario para las actividades.

El Campus de Verano 2020 de Escenario Santander se convierte, así, en un ejemplo de viabilidad en esta 'nueva normalidad'. Gracias al esfuerzo puesto por los responsables, el campamento ha logrado salir adelante y ayudar tanto a padres como a hijos a pasar un verano rodeados de música y juegos. Un soplo de aire fresco en medio de esta complicada situación que, sin duda, marcará el compás para futuros proyectos.